PATRIMONIO EN JAQUE. Una veintena de vehículos invaden a diario el atrio del templo de Santa María A Antiga // Los vecinos critican la pasividad de la Policía

Ni penitencia ni multa: pecado a la puerta de una iglesia pobrense

Patrimonio religioso
Suso Souto
MOVILIDAD. La invasión del atrio es un doble problema de feísmo y de movilidad. Fotos: Suso Souto

La iglesia pobrense de Santa María A Antiga do Caramiñal es uno de los monumentos religiosos más destacado del patrimonio cultural del Barbanza. El ábside es renacentista (del siglo XVI) y la nave y la fachada principal son barrocas (del XVIII). Alberga una de las más notables colecciones de retablos de la comarca, datados entre los siglos XVII y XIX. Pero no lo tendrá usted fácil para fotografiar el templo; se lo impedirán los casi una veintena de vehículos que a diario estacionan en el atrio, pese a la prohibición expresa de la señal de entrada al mismo.

El alcalde, Lois Piñeiro, guardó ayer silencio al respecto y no respondió a la consulta de este diario para conocer sus explicaciones. Y es que, según señala con sorna un vecino, “ni la Iglesia puede multar a los infractores ni el Concello ponerles una penitencia”, pese a que, por cierto, el atrio es colindante con el consistorio y con la sede de la Policía Local.

La presencia de los vehículos no es sólo un problema de feísmo, sino también de movilidad. Quienes se acercan a diario para conocer esta hermosa iglesia tienen que moverse entre coches para poder contemplar el gran escudo de los marqueses de Parga sobre el rosetón de su fachada, o el reloj de sol donde se talló un epígrafe con salmos alusivos a la identificación del astro sol con la imagen y el poder de Dios.

Lo dicho: infracción y pecado.