ALDÁN 1997 Recibió por sorpresa la llamada de la selección para ser olímpico, una oportunidad que para los futbolistas solo ocurre una vez por la limitación de edad

Iván Villar, guardián de la portería de Tokio en los Juegos del ‘carpe diem’

Fútbol
Iván Fernández
GUARDAMETA Iván Villar, en un entrenamiento con la selección española sub-21. Foto: RFEF

A veces, las sorpresas llegan a pares. Lo sabe bien Iván Villar, que no contento con firmar la renovación con el Celta hasta 2024, aquella misma tarde aún le depararía otra alegría: Luis de la Fuente lo convocaba para disputar los Juegos Olímpicos de Tokio con la selección española.

La llamada le llegó por sorpresa, pues inicialmente no formaba parte de los planes del seleccionador nacional. Fue una lesión, la del guardameta de la UD Las Palmas Álex Domínguez, la que le abrió las puertas de los Juegos Olímpicos.

Viaja a Japón como integrante de una lista que se ha ampliado a veintidós futbolistas ante posibles casos positivos por coronavirus. Por ello, cada técnico deberá hacer un total de cuatro descartes antes de disputar cada encuentro.

Iván Villar está ante sus primeros Juegos, y probablemente los últimos. De ahí la importancia del carpe diem, de saborear y disfrutar cada momento, sin olvidarse de dar el máximo para estar preparado si surge una oportunidad. Los Juegos Olímpicos son efímeros para los futbolistas. Un sueño imposible de volver a conciliar una vez despierto, salvo para unos pocos elegidos. La limitación de edad, con la posibilidad de contar solo con tres jugadores mayores de 23 años (esta vez la limitación se pospone un año ante el aplazamiento de los Juegos) hace que una vez superada esa edad muy pocos puedan regresar a una cita olímpica, a diferencia de otro tipo de deportistas.

LA LLAMA DE LA PORTERÍA. Galicia solo ha tenido presencia en la selección olímpica en cinco ocasiones. En ellas, los tres últimos futbolistas gallegos convocados para acudir a unos Juegos eran guardametas. Después de la ausencia en Río de Janeiro 2016 el regreso del colectivo español a una cita olímpica se salda con otro jugador de nuestra comunidad que, como no podía ser de otro modo, también se desenvuelve bajo palos.

Luis Otero y Moncho Gil fueron los primeros jugadores nacidos en Galicia que formaron parte de la selección española de fútbol en unos Juegos. Fueron doblemente precursores, pues su participación en Amberes 1920 fue también la primera aparición de un gallego en una cita olímpica. Juan Monjardín y Luis Pasarín cogerían el testigo en París 1924. En México 1968 estuvo Juan Fernández, y desde entonces, solo ha vuelta a haber porteros. Agustín Rodríguez y Paco Buyo defendieron el honor gallego en las porterías de Moscú 1980, en unos Juegos marcados por el boicot orquestado por Estados Unidos. Tras años de ausencia, el portero vigués Diego Mariño estuvo presente en Londres 2012. Y en Tokio estará un cangués, Iván Villar, de nuevo un guardameta.

A PULSO. La oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos sorprende a Iván Villar como guardameta de Primera División. Las lesiones de Sergio Álvarez y de Rubén Blanco le abrieron las puertas de la portería del primer equipo del Celta, llegando a disputar veintiún encuentros. Villar se consolidaba así en la cima, culminando un trayecto que había comenzado en 2008, cuando entró a formar parte de las categorías inferiores del conjunto vigués.

No será esta su primera experiencia con la selección, pues ya había tenido su oportunidad en categorías inferiores, y también había sido convocado en varias ocasiones con el combinado sub-21, a las órdenes de Albert Celades, primero, y del propio Luis de la Fuente, después.

Como compañeros de batallas tendrá a un peso pesado como Unai Simón, reforzado tras su papel en la Eurocopa, además del guardameta del Huesca, Álvaro Fernández. El portero del Athletic de Bilbao parte con galones, no solo por su papel en el cuadro de San Mamés, sino también por haber sabido rehacerse en el torneo continental.

Tokio será un paso intermedio para Iván Villar. La parada entre la temporada de su consolidación en el Celta, a raíz de las lesiones de sus compañeros, y el capítulo anterior al nuevo reto que le aguarda en Vigo, donde a la vuelta de Japón se encontrará con el recuperado Rubén Blanco y el fichado Matías Dituro.