|| La otra jugada ||

El difícil momento de la retirada

Víctor Tobío
Joan Laporta. Foto: ECG

“ESTOS DOS últimos meses me he dado cuenta de que mi lugar sigue estando en el campo y no en las gradas. Llegará ese momento. Pero no es ahora. Amo a mis compañeros de equipo y amo a mi familia que me apoya. Ellos hacen todo posible. Regresaré para mi temporada 23 en Tampa. Tenemos asuntos pendientes”. Así, con este escueto twitter, Tom Brady, apenas mes y medio después de anunciar su retirada, aseguraba que regresaba para dirigir una temporada más a los Buccaneers.

Con siete títulos en su haber -seis siendo el mariscal de campo de los Patriots y el séptimo ya con el equipo de Tampa Bay-, el considerado mejor quarterbak de la historia ponía punto final a la rumorología que desde hacía unas semanas apuntaba en la dirección de que jugarìa una temporada más. Con 44 años a sus espaldas -comenzará la próxima campaña ya con 45-, el californiano se siente con fuerzas para seguir impartiendo lecciones en una competición físicamente exigente.

Es en este punto donde los especialistas se preguntan qué puede llevar a un hombre que lo ha ganado absolutamente todo tanto en lo que a títulos tanto individuales como colectivos se refiere, a prolongar, puede que excesivamente, su carrera poniendo en peligro su propia salud cuando, además, no tiene problemas de tipo económico ya que a lo largo de sus más de dos décadas como profesional ha acumulado una fortuna.

Probablemente la pregunta tenga respuestas para todos los gustos y todas tengan su parte de razón. En todo caso no parece Brady el deportista que necesite estar permanentemente bajo lo focos. Hombre acostumbrado a la fama desde joven, se le tiene por contar con una cabeza bien amueblada, dispone de una familia aparentemente feliz y cuenta con el apoyo mayoritario de la opinión pública estadounidense. Puede que el anuncio de su retirada, pocos días después de quedar eliminados, fuese una decisión precipitada motivada por la frustración de no llegar a una nueva SuperBowl. O puede que también lo llevase meditando desde hacía tiempo y aprovechó esa oportunidad para anunciarlo. El tiempo dirá si ahora su decisión de volver a competir ha sido la acertada.

En todo caso hay múltiples ejemplos de deportistas de élite que no han sabido poner punto final a sus carreras y luego llevaron mal su retirada al punto que en algunos casos eso les acabó acarreando profundas depresiones que remataron de mala manera para ellos y para sus propias familias. Los nombres de muchos de ellos están en la mente de todos y aunque cada caso es distinto, lo cierto es que por unas razones o por otras, todos ellos llevaron mal el no poder seguir practicando el deporte en el que alcanzaron fama, reconocimiento y aprecio.

La palabra RETIRADA es algo que al deportista le llega mucho antes que a cualquier otra persona que se dedica a otra actividad. Quien más quien menos sabe que a determinada edad, casi siempre superados los 65 años, le llega la edad de la jubilación pero al deportista eso le llega mucho antes. Alrededor de los 30 casi todos los deportistas tienen que comenzar a pensar que más temprano que tarde habrán de afrontar la decisión de dejar aquello a lo que se han dedicado desde jóvenes y en muchos casos cuesta asimilarlo por eso los especialistas aconsejan comenzar a prepararde con tiempo para que ese momento no sea tan duro.

Se me viene a la cabeza el caso de Michel Jordan que con apenas 30 años decidio, de la noche para la mañana, abandonar el baloncesto afectado por la muerte violenta de su padre bajo el argumento de que “ya no disfruto del baloncesto”. Dos años después volvió a los Chicago Bulls hasta que se retiró definitivamente a los 36 años. Es un caso, salvando las distancias, parecido al de Brady, aunque Jordan lo anunció en el mejor momento de su etapa como baloncestista.

Y, sin embargo, otros, como su compañero de profesión, el gran Kareen Abdul-Jabbar prolongó su carrera hasta los 42 años en lo que algunos entendidos consideraron como algo excesivo pues físicamente ya no estaba para luchar con pivots más jóvenes y más fuertes.

Así, según pone de manifiesto el psicólogo Javier Bonilla Rodríguez “la reitrada puede llegar por diversos motivos y no siempre en el momento deseado. No es lo mismo tomar la decisión de retirarte cuando has tenido una carrera deportiva larga en la que has alcanzado tus objetivos, que tener que dejarlo por una grave lesión o por falta de apoyo de patrocinadores”. Y para hacer frente a ese momento apunta que es recomendable tener en cuenta toda una serie de variables con las que hacer frente a la retirada entre las que destaca el apoyo social, rodearte de profesionales que lleven bien tu carrera y también llevar a cabo un entrenamiento que ayude en esa transición. En definitiva, hacerse a la idea de que los focos ya no se dirigirán a tí y cuanto antes lo asumas, antes te adaptarás a tu nueva situación.