Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h
VÍCTOR TOBÍO BARREIRA / Periodista / Exsubdirector

Del plomo al offset

FUE EN OCTUBRE de 1975, apenas mes y medio antes de la muerte de Franco, un hecho que resultaría determinante en el devenir de los siguientes años para una España que había estado sometida durante cuatro decenios a una dictadura. Fue en ese tiempo cuando llegué a este casa, una casa que se convertiría en la mía en los siguientes 43 años y que ahora, ya jubilado, contemplo con la nostalgia de todo lo vivido y el agradecimiento por haberme permitido seguir desde dentro una serie de acontecimientos que marcarían el futuro de un país que ha disfrutado, seguramente, de los mayores años de prosperidad de toda su historia a pesar de la crisis del 2008 y la del covid-19 que nos está tocando sufrir hoy en día.

Es inevitable, al echar la vista atrás, recordar aquellos primeros años de una redacción en la que apenas éramos una docena de personas las que intentábamos contarles diariamente la actualidad de lo que acontecía a nuestro alrededor en un periódico en el que el ruido de las linotipias y el olor a plomo nos acompañaba a lo largo de toda la jornada, jornadas que se prolongaban, inevitablemente hasta altas horas de la noche y que luego tenían su prolongación en alguno de los pubs de la zona vieja –Modus Vivendi, Fuco Lois, Metate, Paraíso Perdido– donde los más jóvenes nos reuníamos, cerveza en mano, a comentar las noticias del día y a vivir, como se podía, la noche compostelana.

La interrelación entre redacción y talleres, por aquel entonces, era imprescindible para la composición de páginas. Los Parada, Rogelio, Domingos o Regueiro se tenían que armar de paciencia para no tirarnos las galeradas de plomo que sobraban a la cabeza. Creo que nunca le agradecimos lo suficiente su actitud siempre positiva para con unos redactores que queríamos comernos el mundo en tiempo récord.

La apertura que trajo la llegada de la democracia a punto estuvo de quebrarse aquel 23-F de 1981, fecha en la que la prensa dio una lección de compromiso con las libertades, lo que permitió que el golpe de estado fracasase, permitiendo que nuestro país entrase en una etapa de progreso y con ellos esta empresa que vivió tres años después su mayor transformación. Atrás quedó el plomo para dar paso al ofsset. Fue un cambio, para los que lo vivimos en primera persona, espectacular y, a partir de ahí, con la llegada de las nuevas tecnologías, EL CORREO se sumó a la modernización que ya no pararía en los años siguientes en los que compartimos numerosos acontecimientos que nos llevaron a estar al pie del cañón para que nuestros lectores estuviesen oportunamente informados de todo cuanto acontecía a nuestro alrededor. Hablar aquí y ahora del esfuerzo, los desvelos, las horas robadas al sueño y a la familia a lo largo de todo este tiem- po, podría tener su justificación si no fuese porque, por encima de todo, desde el primero al último de los trabajadores de este empresa estábamos comprometidos en sacar diariamente a la calle el mejor productor posible.

La puesta en marcha de la autonomía gallega, las primeras elecciones de la democracia, la apertura de la autopista, las visitas del papa, el atentado de Clángor o los asesinatos de los guardiaciviles en el Banco de España de Platerías, el ascenso del Compos, la sentencia de la operación Nécora, el traslado del Hospital General, la apertura de nuevas facultades, el Prestige o el cambio de Siglo, fueron algunas de las más relevantes noticias acaecidas a lo largo de estos últimos 45 años de los que tuve la enorme fortuna de vivir en directo y que compartí con unos compañeros a los que considero más que amigos y que ahora, visto con los ojos de un recién jubilado, uno hace que me sienta orgulloso de haber pertenecido, mejor dicho, de seguir perteneciendo a este casa.

16 jun 2020 / 01:10
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito