aquellos MARAVILLOSOS AROS (153). 1994 Máximo anotador en la final que da al Joventut la Copa de Europa, se forja en la cantera del Barça y gana casi todo // Autor de varios libros, es asesor financiero

Ferran Martínez, talento sereno

Xabier Sanmartín
GRANDES Ferran Martínez y Magic Johnson. Foto: Cortesía de F. Martínez.

Jordi Villacampa me dijo una vez que el Joventut de los años 80 donde él brilló “era el segundo equipo de todos”. Y no le falta razón.

El día de la Revolución de los Claveles nacen más personas de lo habitual con un tic de romanticismo. Es una hipótesis por demostrar como toda utopía pero evocar esa jornada de un conflicto luso donde los fusiles lanzaban flores, pide soñar.

Ferran Martínez Garriga llegó al mundo un 25 de abril de 1968, sin que nadie supiera que se convertiría en un pívot de 2,12 m. con mano de alero y tacto sereno.

Formado en la cantera del Barcelona, a Ferrán, muchos le chillamos por el mero hecho de enfrentarse como culé al Joiventut molón de finales de los años 80 y de los primeros años 90. Quienes teníamos por segundo equipo a La Penya le temíamos pero otra cosa era verle en torneos europeos o con la selección española (donde nos anunciaba el siglo XXI, la era de los pívots lanzando desde cinco o seis metros).

Formado en la cantera del colegio Mireia Montgat, el Barcelona pule su juego y a los 20 años lo cede al Grupo IFA Español (en ACB) donde promedia casi 14 puntos y 5,6 rebotes en 24 minutos de juego, así que su talento regresa al Barça.

Grande y con clase, tiene muy buena mano (es de los primeros interiores que clava triples con naturalidad) pero rehuye el barro de la zona, suscitando algún reproche culé que abre los ojos a otros.

En busca de mejora, el Joventut del curso 1990-1991 le ficha y, como equipo de popularidad en alza, animamos al Ferran de 22 años y le exigimos la luna. Su estilo no es tribunero. Le afloraba la rabia, como a todos, pero su personalidad está más inclinada a un gancho celestial, una suspensión elevadísima pero limpia o un dribling con tiro a tablero, que al ruidoso mate. Es tan bueno y tranquilo que. a veces, te irrita.

En esos cuatro años como estrella badalonesa, Ferran se sale del mapa como parte del club que toca el cielo en 1994 al ganar la Copa de Europa (hoy Euroliga) tras una final donde es el máximo anotador con 17 puntos junto a Rafa Jofresa (4), Villacampa (16), Mike Smith (6), Thompson (9), Ferran (17), Tomas Jofresa (5) y Morales (2), con Alfonso Albert, Dani García, Iván Corrales y Dani Pérez completando la plantilla que viaja a Tel Aviv con Obradovic de entrenador.

Ferran, un grande sereno, suma a su carrera un bienio culé y otro blanquinegro antes de irse a Grecia, al Panathinaikos, donde continúa su colección de títulos tallando un palmarés de escándalo.

Al acabar, estudia finanzas y se convierte en asesor, con libros como 13 canastas para ganar en los negocios (digitales), lanzado en 2019 por la editorial ED, ejemplo de que su juego inteligente partía más de la mente que del bíceps.