|| La otra jugada ||

La guerra por la Superliga ya es personal

La Otra Jugada
Víctor Tobío
El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, entregando al técnico del Chelsea Thomas Tuchel el premio al mejor Entrenador del Año de la UEFA. Foto: Facundo Arrizabalaga

EL ENFRENTAMIENTO entre UEFA y Superliga, o lo que viene a ser lo mismo, entre Aleksander Ceferín y Florentino Pérez, lleva camino de convertirse en una especie de Guerra de los Rose, donde cada semana asistimos a un nuevo capítulo cuyo final deja paso al capítulo siguiente, hasta acabar en una telenovela sudamericana o turca que son las que están de moda actualmente.

El problema entre el organismo que rige el fútbol europeo y la Superliga ha pasado de ser algo entre dos entidades que defienden posturas diferentes a ser un enfrentamiento personal de Ceferín y Florentino, que mantienen un pulso para ver quién se lleva el gato al agua y ya se sabe, o al menos cualquier especialista en psicología lo sabe, que tomarse un problema como algo personal a nada bueno conduce.

Así, mientras el presidente de la UEFA no para de salir en los medios criticando con dureza a los tres clubes que se mantienen firmes en el tema de la Superliga -Real Madrid, Barcelona y Juventus-, con especial inquina hacia el mandamás merengue. Florentino, que a estas alturas ya reconoce que metió la pata en la forma de presentar el proyecto, mantiene, como es su costumbre, un perfil bajo, sin hacer declaraciones, que para eso ya cuenta con sus altavoces mediáticos, a la espera de acontecimientos.

Ahora mismo, en cómo acabará esta guerra sin cuartel, nadie lo puede adivinar, pero de lo que no cabe la menor duda es que no es el presidente de blanco un hombre acostumbrado a perder y mucho menos a dar su brazo a torcer. Al frente de una de las mayores empresas constructoras de Europa, si en su momento se dedicó a dar el paso de encabezar la puesta en marcha de la Superliga es porque lo tenía bastante seguro, otra cosa es cómo lo presentó y cómo, posteriormente, nueve equipos de los doce que le apoyaban dieron marcha atrás, algo con lo que no contaba pero que se aseguró que si alguno no iba hasta el final, pagase una fuerte penalización.

Es más, como quiera que los doce sabían contra quien iba el envite, antes de nada pusieron el asunto en manos de profesionales de la abogacía que llevaron el asunto por la vía judicial, lo que sorprendió en la UEFA que no contaba con ello.

Libre competencia. Y ahora se acaba de conocer que el titular del Juzgado 17 de Madrid, el magistrado Manuel Ruiz de Lara, ha conminado a la UEFA a que anule las sanciones contra los clubes fundadores de la Superliga y lo haga público so pena de procesar a su presidente por desobediencia.

En un auto tachado por los entendidos en la materia de muy duro, el juez califica a la UEFA como un “organismo al margen del Estado de Derecho, en abierta promoción de prácticas que comprometen el principio de libre competencia en el mercado relevante de organización de competiciones de fútbol profesional en la Unión Europea”. De ahí su advertencia para que cumpla lo acordado por el juzgado madrileño que va a seguir muy de cerca todo el proceso para impedir que se vulneren los derechos de los clubes que han pedido su amparo.

Llegados a este punto, en otras circunstancias, tanto UEFA como Superliga deberían sentarse a negociar para acabar con un enfrentamiento que perjudica a todos, pero como quiera que nadie parece dispuesto a dar el primer paso, habrá que esperar acontecimientos para ver por dónde sale el sol en un pulso que a nada bueno conduce.

Mientras tanto y para que no falte de nada, el presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentis se ha despachado criticando a los fundadores de la Superliga pero también destacando que el actual formato de la Champions y la Europa League no funcionan porque no generan los ingresos suficientes para que los clubes sigan siendo competitivos, sobre todo ante el poderío de entidades como el PSG, Manchester City o Chelsea que cuentan con el respaldo económico de estados o multimillonarios.

El presidente napolitano mantiene que hay que reducir las ligas domésticas, algo en lo que muchos están de acuerdo, pues hay demasiados partidos poco atractivos para los aficionados, y debería irse a la creación de la liga europea con un sistema de clasificación democrático, que se base en lo logrado por los clubes en sus respectivos países.

“He estado estudiando -ha dicho De Laurentis- este proyecto: llevaría 10.000 millones de euros al fútbol europeo, pero hay que tener voluntad y total independencia”. Con este cambio se busca captar a la gente joven que hoy en día apenas sigue el fútbol, decantándose por otras actividades, con el riesgo que ello comporta para el futuro a medio plazo del deporte rey.

Lo que sí parece claro, sea la Superliga o la propuesta del presidente del Nápoles, que el fútbol tal como está concebido hoy en día no puede continuar si de lo que se trata es de dar espectáculo y crear afición. Veremos.