|| La otra jugada ||

La Justicia da la razón a la Superliga

Firmas
Víctor Tobío
Jon Rahm. Foto: RS

A ESTAS alturas, tal como se están desarrollando los acontecimientos, resulta difícil saber cómo va a acabar el pulso entre la UEFA y la Superliga porque cada semana se van conociendo nuevos capítulos que decantan la balanza de uno u otro lado.

En su momento, apenas 48 horas después de que Florentino Pérez anunciase la puesta en marcha de la competición en la que estaban involucrados doce de los mejores equipos europeos -solo faltaban el Bayern Munich y el PSG-, todo pareció venirse abajo al renunciar primero los seis clubes de la Premier, a los que en apenas unos pocos días siguieron otros tres -Inter, Milán y Atlético de Madrid- en desmarcarse dejando tirados a Real Madrid, FC Barcelona y Juventus.

Las presiones tanto políticas como deportivas habían dado sus frutos y el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, no tardó en sacar pecho anunciando sanciones para los clubes que aún se mantenían en sus trece, esto es, Real Madrid, Barça y Juve, además de abrir expediente a los otros nueve que habían osado enfrentarse al aparato oficial para luego dar marcha atrás en una suerte de hacerse perdonar sus pecados.

Así, el presidente del organismo que preside el fútbol europeo no solo se vino arriba en lo que consideró un éxito de su gestión, consiguiendo desmontar la pretendida puesta en marcha de una competición paralela, sino que incluso anunció la más que probable sanción que se le impondría a los tres clubes rebeldes. Nada menos que dejarlos fuera de la Champions League durante las dos próximas temporadas. A esto se le llama poner el carro delante de los bueyes.

Ni por un momento se paró a pensar el bueno de Ceferín que no estaba jugando con aficionados. Y si alguna duda tenía, rápidamente se le disiparon, pues ya sabía anticipadamente que Florentino Pérez y compañía, conocedores de cómo se las gastan las autoridades fútboleras, habían tomado la precaución de acudir al Juzgado de lo Mercantil 17 de Madrid, cuyo titular, Manuel Ruiz de Lara, decretó en su día, en un auto, la imposibilidad de que se pueda sancionar a los clubes implicados en la puesta en marcha de la Superliga.

Es más, desde el juzgado madrileño se elevó un requerimiento al Tribunal Europeo de Luxemburgo para que se hiciera extensible a todas las justicias europeas.

Desde Suiza. Pues bien, siguiendo el recorrido judicial del expediente, el Ministerio de Justicia de Suiza ha alertado tanto a UEFA como a FIFA de que se abstengan de sancionar a los tres clubes implicados en el tema de la Superliga, ya que se les recuerda que no tienen capacidad para hacerlo.

Para adoptar esta resolución, el juzgado suizo se ampara en el auto del titular del Juzgado de Madrid. “Si FIFA y UEFA, como entidades que se atribuyen la competencia exclusiva para organizar y autorizar competiciones de clubes de fútbol internacionales en Europa, prohibieran o se opusieran, basándose en las citadas disposiciones de sus estatutos, al desarrollo de la Superliga, ¿debería interpretarse el artículo 101TFUE en el sentido de que estas restricciones a la competencia pudieran beneficiarse de la excepción establecida en esta disposición, atendiendo a que se limita de forma sustancial la producción, se impide la aparición de productos alternativos a los ofrecidos por FIFA y UEFA en el mercado y se restringe la innovación, al impedir otros formatos y modalidades?”, eliminando, de esta forma, la competencia en el mercado y perjudicando al consumidor que no puede elegir otras competiciones, salvo las que ofertan estos dos organismos internacionales.

Serio varapalo. El varapalo judicial de la Justicia Suiza es de los que hacen época y tanto Ceferin como su homólogo al frente de la FIFA, Gianni Infantino, harán bien en tenerlo presente.

De hecho ya se han apresurado a paralizar el expediente sancionador incoado en su día contra los tres clubes, lo que se interpreta como un primer paso para destensar la situación porque en el supuesto de que los organismos disciplinaciones de la UEFA decidiesen suspender a Real Madrid, Barcelona y Juventus con su no participación en las dos próximas ediciones de la Champions, estos tienen muy claro que acudirán a los tribunales y si éstos acabasen dándoles la razón, las indemnizaciones a las que tendría que hacer frente el organismo que preside Ceferin pondrían a la UEFA en un serio problema de liquidez, porque ya no solo es lo que regularmente perciben esos equipos por su participación en esa competición, también había que añadirle la pérdida de patrocinios, ingresos por publicidad, entradas, etc.

Además, habría que resarcirles de la más que probable fuga de sus mejores jugadores, que no estarían dispuestos a renunciar al escaparate que para ellos supone la Champions.

En definitiva, como ya se expuso en este mismo espacio hace tan solo unas semanas. Unos y otros están llamados a sentarse a negociar para buscar la solución menos mala para todas las partes implicadas, siempre que todos dejen sus personalismos al margen porque aquí no se trata de quién va a ganar el pulso, se trata de salvar el fútbol, tanto el fútbol internacional como el fútbol más doméstico.