Lección de pundonor de un Rosalía que quiso, pero no pudo

En cuadro y con la lesión al inicio de Sarai Carro, el Institutos de Compostela-Xunta peleó el triunfo frente al Baloncesto Léon hasta el último segundo
Institutos de Compostela-Xunta
Cristina Guillén
La plantilla del Institutos de Compostela-Xunta con dorsales para la andaina Camiño ao Respecto. Foto: Antonio Hernández

El Institutos de Compostela-Xunta es de esos equipos a los que hay que matar varias veces, de los que se revuelven cuando crees que los has sentenciado, de los que siempre regresan para darte problemas y te obligan a seguir, a no dejar de pelear, sin poder bajar la guardia. En cuadro, con solo cinco séniors por la lesión de Sara Corredoira -uno de sus líderes dentro y fuera del campo-, sin Catherine Traer -en Canadá hasta dentro de 15 días después de disputar un Torneo FIBA 3x3 con su selección-, y pendiente aún de si por fin esta semana habrá novedades en cuanto a los fichajes, el equipo compostelano sigue tirando de orgullo, de casta y de bagaje táctico para añadir un nuevo triunfo a su casillero a los 4 que le permiten sostenerse en la zona media de la tabla de la Liga Femenina 2 -son 8.ª- después de las primeras 8 jornadas.

Son dos las derrotas consecutivas de las pupilas de Chiqui Barros. No pudieron sacar el partido hace siete días en Barakaldo y no lo han podido hacer este domingo frente al Baloncesto Femenino León (59-63), pero como en toda carrera de fondo la capacidad de resistencia es la que marca las diferencias entre los que llegan a la meta y los que se quedan por el camino, y el pasado curso este mismo Rosalía ya evidenció que si de algo sabe es de sobrevivir.

Porque al inicio del choque ante el León tocó lidiar con un nuevo hándicap: la lesión de Sarai Carro en el dedo de una mano. Perdía el entrenador ferrolano a otra de sus veteranas pero las jóvenes supieron responder al reto. Les costó entrar en el choque, tardaron 5 minutos en anotar, pero enseguida se desfondaron en lo físico para suplir las carencias en el juego interior y movieron con rapidez el balón en ataque para buscar el mejor tiro. No hubo el acierto deseado, mientras las visitantes sí hacían daño desde la línea de 6,75 ante todo intento de voltear el marcador por parte local, pero como mal menor queda un averaje ajustado para el partido de vuelta.

“Más, imposible”. “Más con menos no se puede hacer”, subrayaba Chiqui Barros al término del encuentro. “Fuimos hasta el final y nos faltó un poco más de tiempo,”, se lamenta el técnico que también aplaude: “Hoy es para poner un 10 al equipo, es el día que más reflejó esos valores que creo que hay que ponderar en el deporte”. “El proyecto femenino del Rosalía y estas jugadoras y la ciudad de Santiago merecen que al equipo se le dé lo poquito que necesita para competir a un nivel más alto. Con muy poquito más y con todas las jugadoras bien ya está demostrando que puede competir con cualquiera en esta Liga e incluso estar arriba, pero cuando vas al límite seguido todo se paga”, reivindica Chiqui Barros pendiente ahora del estado físico de Carla, Inés y Sarai.