|| La otra jugada ||

Los ‘tics’ del Viejo Continente

Firmas
Víctor Tobío
PREMIER Digne y Emerson en el Everton-Tottenham de la pasada semana. Foto: AFP7 E.P.

YA NADA es lo que era en el mundo del fútbol. Años atrás la Premier League tenía a bien diferenciarse del resto de grandes ligas europeas por mantener a sus técnicos pasase lo que pasase. Ahora, como ocurre en todas partes, los inquilinos de los banquillos de la competición doméstica inglesa saben, como lo saben también sus colegas del resto de Europa, que su estancia más o menos prolongada vendrá marcada por los resultados que cosechen.

Tiempos aquellos en los que apenas se producían un par de ceses por temporada y casi siempre en los mismos equipos. Pensar en que un técnico ocupe hoy media docena de años el mismo puesto resulta casi una quimera y mucho menos en que se mantengan varios lustros como en su día pasó con Sir Alex Ferguson, que se retiró en 2013 tras 27 años al frente del Manchester United o Arsene Wenger que ocupó el cargo de primer entrenador del Arsenal durante veintidós años (1996-2018). Curiosamente, tras la retirada de ambos, sus respectivos banquillos han sufrido una sucesión continua de técnicos hasta la llegada de Mikel Arteta (Arsenal) y Ole Gunnar Solskjaer (M.U.), aunque a este último ya le están segando la hierba bajo sus pies tras los tropiezos ante Liverpool y Manchester City.

Seguramente la inestabilidad que viven los banquillos de los equipos de la Premier League tenga bastante que ver también con la llegada masiva de técnicos procedentes del exterior. Hasta hace unos años el círculo de entrenadores británicos era muy cerrado y los clubes apuntaban en la dirección de poner al frente de sus equipos generalmente a hombres procedentes de la propia casa o vinculados de alguna manera a la misma, al punto que su nivel de implicación con la entidad les llevaba a ser considerados algo más que meros entrenadores, por lo que se les guardaba un respeto y una consideración que para sí quisieran tener todos los técnicos del mundo.

Ahora mismo, con apenas tres meses de competición, con el cese de Dean Smith como técnico de Aston Villa tras perder ante el Southampton, son ya cinco los técnicos que han tenido que hacer las maletas cuando en toda la pasada temporada fueron despedidos cuatro (Frank Lampard, José Mourinho, Slaven Bilic y Chris Wilder). La marcha de Smith del Aston Villa se ha venido a sumar a las de Nuno Espírito Santo (Tottenham), Xisco (Watford), Daniel Farke (Norwich City) y Steve Bruce (Newcastle). Y dada la irregular marcha de otros equipos, todo apunta a que antes de las Navidades y ya no digamos antes de que remate la actual temporada, a estos cinco defenestrados se les sumará alguno más.

Cierto que es mucho lo que se juegan los equipos de la Premier, ya no solo en lo que se refiere a prestigio deportivo, sino también en el apartado económico, pues dependiendo de la marcha que llevan al final de temporada recibirán la parte proporcional que les corresponde en lo que a los derechos de televisión se refiere. Una cantidad que en la liga inglesa supone una parte muy importante pues es, con diferencia, la competición que más dinero reparte en este apartado concreto.

Un solo ejemplo de lo mucho que se juegan los equipos ingleses. En la temporada 2019-20, en la que el Manchester City se proclamó campeón, los clubes de la Premier se repartieron 2.785 millones de libras, siendo el Liverpool el que más ingresó, 170 millones, seguidos de los citizens con apenas dos millones menos. Pero lo que más llama la atención es que aquí el reparto es mucho más equilibrado que en LaLiga, pues entre el primero y el último apenas hay 50 millones de diferencia.

Es por ello que mantenerse en la élite es fundamental para poder ingresar ingentes cantidades de dinero que luego les van a permitir acudir al mercado para hacerse con los mejores jugadores, en el que parten con una gran ventaja respecto a la inmensa mayoría de clubes de otros lares. De ahí que ahora mismo la Premier es, con diferencia, la mejor competición cuando hasta hace bien poco ese puesto lo ocupaba, con merecimiento, la Liga española. Y tampoco nos puede resultar extraño que además de los mejores jugadores -a excepción de la trilogía del PSG, Neymar, Messi, Mbappé-, allí se vayan también los mejores técnicos o, al menos, los que están entre los mejor considerados, a saber, Pep Guardiola, Jurgen Klopp y Thomas Tuchel, sin olvidar a los Benítez, Bielsa o Patrick Vieira, todos ellos formados en el extranjero pero que han aterrizado en las Islas dispuestos a dejar su impronta en un fútbol que para bien o para mal, hoy acapara la atención de todos, aunque en algunos casos haya copiado los viejos tics del fútbol continental, para desgracia de sus técnicos.