Moncho garantiza el compromiso del plantel

“Las victorias son muy importantes pero lo es también el cómo y de esta forma estoy convencido de que llegarán”, defiende // El Monbus Obradoiro afronta nueve finales en apenas un mes
Monbus Obradoiro
Cristina Guillén
El compostelano Moncho Fernández en el grito inicial junto a sus jugadores del Monbus Obradoiro. Foto: ACB Photo / A. Baúlde

Salió el sol ayer, un día después de la dolorosa derrota del Monbus Obradoiro en Fuenlabrada (84-82). Brilló el astro rey para levantar ánimos a la deriva -los de dentro del vestuario y los de la grada- y como siempre apela Moncho Fernández, la vorágine de la competición tampoco acepta los victimismos ni deja tiempo para lamer heridas. Queda apenas un mes para que la Liga Endesa llegue a su fin -la última jornada se juega el 16 de mayo- y la pelea en la zona baja de la competición exige cabezas altas, conjuras, jugadores con carácter, enrabietados y con fe en la directrices de su cuerpo técnico.

“Volvimos después de tener una desventaja de 13 puntos en el último cuarto, pensaba que la victoria era nuestra pero cometimos errores al final, algunas pérdidas, y tuvimos un buen tiro. No nos ajustamos a nuestros principios, Trimble hizo un gran partido, fue prácticamente indefendible después de los bloqueos y creo que esa fue nuestra perdición. Como dije, jugamos duro y la victoria era nuestra, pero no pudimos cerrar el partido”, resuena aún el lamento del mejor hombre del cuadro santiagués en el partido, Kassius Robertson.

El Obra tiene por delante 9 encuentros con rivales como el Real Betis (el domingo 25 de este mes) y el Movistar Estudiantes (el 9 de mayo) como enemigos directos a día de hoy por la pelea de la salvación y en sólo cuatro de ellas ejercerá de local, aunque sin el calor de la Caldeira el jugar en Sar no semeja un factor tan determinante.

“Las derrotas nunca llegan en un buen momento”, respondía Moncho Fernández tras el duelo cuando se le cuestionaba que el Monbus daba con este tropiezo un paso atrás en sus aspiraciones después del triunfo frente al GBC de hace siete días. “Espero que el palo anímico que no nos pase factura. Ahora mismo el equipo está destrozado porque hizo un esfuerzo enorme para volver, tenía el partido en la mano y se nos fue en el último segundo”, añadía.

Competir. “Hay que quedarse con el baloncesto y el baloncesto dice que le hemos competido a un equipo que le tenía ganado el partido al Barça y si nosotros, de cien partidos perderíamos una vez este, pues ellos de cien perdieron uno el de Barcelona. Si hemos sido capaces de competir a ese nivel de exigencia, es que estamos haciéndolo bien”, argumenta Moncho Fernández para insuflar fe antes lo que viene. “Si cuando estamos 14 puntos abajo somos capaces de volver y ponernos para ganar el partido, es que el equipo cree, trabaja y está comprometido y yo me quedo con eso. Las victorias son muy importantes pero lo es también el cómo y de esta forma estoy convencido de que llegarán”, reflexionaba tras el duelo.

“Lo bueno que tiene el baloncesto es que nos podemos permitir lo que dure esta rueda de prensa de duelo pero tengo que quedarme con tantísimas cosas buenas que ha hecho el equipo y cuando pierdo no me siento feliz ni mucho menos pero hay derrotas que me han dolido mucho más que esta”, sentenciaba el entrenador santiagués.

En esa necesidad de ver el vaso medio lleno para levantar el ánimo del obradoirismo están sin dudas aspectos como los primeros 10 minutos de Birutis, que por momentos recordó al pívot MVP del inicio de la Liga, el acierto delante y el trabajo atrás de Robertson, y la aportación de Jake Cohen en la parte final del encuentro, inteligente para leer la defensa rival y aprovechar las oportunidades.