LAURYNAS BIRUTIS Pívot del Monbus Obradoiro

“Quizá noté más atención de los rivales tras el primer día”

Monbus Obradoiro
Óscar de la Fuente
REBOTE Laurynas Birutis, en plena pelea por el balón en el duelo en la pista del Zaragoza. Foto: acbPhoto/E. Casas

Dentro de la pista, Laurynas Birutis (Siauliai, Lituania; 1997) parece un jugador frío pero efectivo, con una extraña mecánica de tiro pero con fundamentos para jugar de espaldas al aro y con una visión de juego extraña para un pívot de su envergadura. Fuera de la cancha, el poste del Monbus Obradoiro irradia timidez, casi le cuesta expresarse en una entrevista, pero con respuestas cortas repasa una campaña plagada de altibajos y de contratiempos a nivel personal y colectivo... con final feliz.

Aunque no pudo jugar por estar lesionado, se le pudo ver celebrando y animando a sus compañeros cuando se confirmó la permanencia el domingo ante el Estudiantes. ¿Qué se le pasaba por la cabeza en los últimos minutos del encuentro?

Sentía que no podía jugar así que quería ayudar al equipo de otra forma, aportar energía desde el banquillo, animar a los compañeros que estaban sobre la pista.

¿Pensaba en eso, en que no podía jugar pero sí había otra manera de ayudar a ganar?

Sí, siempre es así. Los jugadores de banquillo, los que no pueden estar en la pista, si están motivados y animando les dan más impulso a los que sí están jugando. Cuando estás en el parqué notas que eso te da un impulso.

Kartal Ozmizrak mete un triple clave a un minuto y algo del final. ¿En ese momento saben que el objetivo está conseguido?

Hubo varias canastas importantes. El triple de Jake (Cohen), el de Kartal (Ozmizrak), el mate de Mike (Daum)... Estuvo muy bien.

¿Hubo celebración?

Sí, está claro. Lo celebramos un poco en el vestuario.

El equipo pasó por momentos complicados esta temporada. Muchas lesiones, el brote de COVID, una larga racha de derrotas... ¿Seguía tranquilo, confiado en que se cumpliría el objetivo?

Lo que está claro es que nunca dejamos de trabajar duro en los entrenamientos, en la pista. Tuvimos muchísimos partidos buenos, que jugamos bien, pero que acabamos perdiendo al final. Hubo muchas lesiones y otras cosas pero seguimos peleando. Pudimos haberlo hecho mejor, pero...

Ya se sabía que sería una temporada complicada por el COVID, la ausencia de público en los pabellones, etc. Aun así, ¿imaginaba que sería tan difícil como ha sido?

No creo que nadie hubiese esperado tantas lesiones y todo lo que pasó esta temporada. Son cosas que no puedes controlar, por eso hay que estar preparado para todos los escenarios, para que a veces puedan jugar unos, a veces otros... Los que estén sobre la pista deben dar el cien por cien para poder competir.

Esta es su primera temporada fuera de Lituania. ¿Por qué salir de su país en este momento? ¿Qué lo animó a dar ese paso?

No sé, tuve varias ofertas y las valoré. Creo que esta era de las mejores y quería probarme a mí mismo en la ACB, contra equipos tan buenos como los que juegan aquí. Esa fue la razón principal.

¿Por qué pensó que el Obradoiro era el lugar ideal?

(Piensa) No sé, desde el cuerpo técnico me comentaron que siempre hay buen ambiente dentro del equipo y Moncho es un buen entrenador con la técnica individual.

¿Conocía la reputación del Obradoiro en el desarrollo de los pívots? Aquí han jugado Salah Mejri, Mike Muscala o Maxi Kleber.

Lo sabía, sí. Quizá hay posiciones que tienen más importancia según el entrenador, con más jugadas ofensivas por poner un ejemplo, y a mí se me da bien el bloqueo y continuación...

¿Cree que es un buen sitio para que los pívots se desarrollen?

No solo para los pívots, también para otras posiciones. Tiene que ver con la filosofía de Moncho.

Sé que antes de firmar pidió referencias a Laurynas Beliauskas y a Eimantas Bendzius. ¿Qué le comentaron ellos?

Nada en particular, algunos detalles. Hablamos de cómo eran los entrenamientos, los entrenadores, la ciudad... Estas cosas.

En su primer partido, contra el Fuenlabrada, firma 42 créditos de valoración con 27 puntos y 12 rebotes. Recibe el MVP de la Liga Endesa en el mes de septiembre con un gran inicio del equipo. ¿Qué se le pasa por la cabeza? ¿Que la Liga en realidad no era tan complicada?

No, no. Esos partidos también fueron muy apretados. Empezamos 3-0 pero también podría haber sido un 0-3 porque fueron igualados. Todo depende de pequeños detalles.

Laurynas Birutis, con el premio al MVP de septiembre en la Liga Endesa. Foto: Obradoiro CAB

¿Individualmente esperaba tener ese impacto desde el inicio?

No lo sé, yo intentaba hacer mi juego y no pensaba demasiado en esas cosas.

¿Cuándo empezó a notar que los rivales se centraban más en intentar pararlo?

No lo sé, quizá desde el segundo partido. Después del primero hubo más atención.

Sé que fue uno de los afectados por el brote de COVID entre diciembre y enero. ¿Fue duro atravesar esa situación y más estando tan lejos de casa por primera vez?

Todos los días era lo mismo. Los primeros sí fueron duros por el COVID, porque tuve síntomas, pero después era cuestión de esperar en casa hasta poder volver a la pista para entrenar.

¿Se sintió muy afectado físicamente después de recuperarse?

Creo que no mucho. Perdí algo de peso pero es normal con cualquier enfermedad. No creo que me haya afectado mucho después.

Tiene un año más de contrato con el Obradoiro. ¿Se ve progresando individualmente la próxima temporada en Sar?

Individualmente siempre se puede mejorar y seguir progresando. No solo en baloncesto, sino que para cualquier persona debería ser un objetivo. Es lo normal.

¿Entonces está seguro de continuar aquí la próxima temporada?

Sí, creo que sí (sonríe).

En su país, Lituania, el baloncesto es casi una religión, y además su padre (Sigitas Birutis) fue jugador profesional. ¿Cómo empezó a jugar al baloncesto?

Estaba en la pista porque mi padre jugaba. No recuerdo mucho porque era muy pequeño. Quizá no prestaba mucha atención pero solo estar allí me influyó. Después iba con la pelota a todas partes, también era más alto que los otros niños, probé este deporte y me gustó.

¿No tiene muchos recuerdos de su padre jugando?

No, yo era muy pequeño. Tendría un año o dos, después él se retiró.

¿Él le animó a jugar al baloncesto? ¿Aún le da consejos ahora?

Sí, está claro. Para cualquier jugador cuyo padre haya sido profesional del baloncesto es normal que le den consejos.

¿Usted siempre jugó como pívot?

Sí.

¿Por su altura o porque le gustaba esa posición?

Sí, por la altura. Era el más alto así que no podía pedir jugar de base.

¿En esa época, en sus inicios, se fijaba en otros pívots, tenía algún ídolo en el baloncesto?

Sí, veía a muchos pívots, y Pau Gasol era uno de mis ídolos. Había alguno más, pero me gustaba siempre ver jugar a los pívots.

No hay ya tantos pívots que sepan jugar de espaldas como usted, recibiendo dentro de la pintura. ¿Quién le enseñó esos fundamentos?

Mis primeros entrenadores. También mi padre, pero sobre todo los primeros entrenadores que tuve cuando empecé. Con ellos mejoré todas mis habilidades. Creo que tuve a los mejores.

¿Y cuándo empezó a pensar en la posibilidad de dedicarse a esto profesionalmente?

Quizá a los 16 o 17 años, cuando empecé a jugar en el segundo equipo del Zalgiris. Firmé un contrato con ellos y ahí pensé: “Vale, vamos a probar”.

Muchos niños sueñan con dedicarse al deporte y en este caso el baloncesto. ¿No lo pensaba?

Sí, todos los niños tienen sueños de ese tipo, pero a los 16 o 17 fue cuando me di cuenta de que podía ser una posibilidad.

Decía que el momento clave fue cuando firmó para jugar en el filial del Zalgiris. Es uno de los grandes clubes de Lituania y además juega la Euroliga. ¿Qué aprendió allí?

Mucho. Estuve tres años allí. Tenía un entrenador que me enseñó mucho, también fue jugador profesional y campeón de la Euroliga, ahora está en el Barcelona (Sarunas Jasikevicius). Me enseñó mucho acerca de los detalles, también mejoré físicamente con el preparador físico. Me dio mucho.

Fue cedido al Siauliai, donde fue MVP de la liga lituana en la temporada 2017/18 y después regresó al Zalgiris, pero se lesionó y volvió a salir la campaña siguiente.

Tenía una lesión desde principio de temporada, pero esperé para operarme. Después pedí que me dejasen ir a otro equipo para poder tener minutos y recuperar la forma.

¿Fue duro no poder consolidarse en la Euroliga por esa lesión?

Puede ser, pero no culpo a nadie. Quizá algún día vuelva a ese nivel.

¿Qué sueños tiene ahora en el baloncesto?

Simplemente jugar y disfrutar.