|| La otra jugada ||

Se les quedó cara de tontos

Víctor Tobío
Bernie Ecclestone. Foto: E.P.

PUES YA tenemos al madridismo en pie de guerra porque un joven francés le ha dicho que no al ‘ser superior’. Mejor dicho, más que decirle que no en realidad le ha tomado el pelo, algo que los aduladores de Florentino no le perdonarán en la vida. En realidad, está muy bien el hacerse el ofendidito en estos primeros momentos pero los sentimientos son una cosa y el fútbol es otra muy distinta porque si cuando Kylian Mbappé acabe contrato dentro de tres años y se preste a aterrizar, este vez sí, en el Bernabéu, todos los que ahora se sienten agraviados acudirán a vitorearle cual Napoleón al frente de sus huestes por los campos de batalla adelante.

El problema de la negativa del genial jugador parisino a fichar por el Real Madrid no es que lo haya hecho, sino que aquí desde hace dos años y muy especialmente a lo largo de esta temporada, las terminales mediáticas madridistas se han encargado de dar por hecho su contratación haciendo de correas de transmisión de un club, mejor dicho, de un presidente, Florentino Pérez, que nunca dijo públicamente que eso estaba hecho, dejando a los pies de los caballos a todos los que le compraron una mercancía que ahora se ha comprobado que no estaba averiada.

A lo más que llegó el mandamás merengue es a responder a aquellos aficionados que le preguntaban por el tema que “tranquilos, tranquilos”. Dando a entender que la cosa estaba hecha pero siempre guardándose el as en la manga de que nunca llegó afirmarlo. Tiene mucho mundo recorrido Florentino como para caer en esa trampa. Los que cayeron fueron aquellos que beben directamente de lo que les filtran, interesamente, desde Concha Espina y que ahora se han quedado colgados, con cara de tontos y arremetiendo contra un jugador que ha jugado, valga la redundancia, sus cartas como si de un taur se tratase. Se dejó querer por ambas entidades. Nunca llegó a comprometerse en firme y al final, aprovechando las ansias del madridismo por ficharle, consiguió sacarle una morterada al jeque.

Todos esos que se consideran traicionados por el jugador, en realidad a quien deberían dirigir sus dardos es a los dirigentes madridistas que han alimentado día tras día una supuesta contratación que, a lo que se vio, no estaba ni mucho menos cerrada. El que nos vengan ahora, de forma interesada, vendiendo que el chicho les había dicho apenas quince días antes que vestiría este verano la camiseta blanca, para así lavarle las vergüenzas a los dirigentes blancos, deberían hacerselo mirar y tomar nota para que en el futuro no vuelvan a ser los tontos útiles porque su credibilidad ha tocado fondo y ya se sabe lo que cuesta ganarla como para perderla en un instante solo por adular a señor, por muy poderoso que este sea, que les ha dejado a con el culo al aire.

Llegados a este punto uno debe reconocer que, dado el constante bombardeo a que se nos sometió a lo largo de todos estos meses, la contratación del delantero del PSG por el Real Madrid estaba hecha. Es más, no dudaría en jugarme una apuesta a favor de Florentino porque los antecedentes así lo acreditaban. Llegó Pérez a la presidencia del Real Madrid en el verano del 2020 gracias a la contratación con nocturnidad del azulgrana Figo. Esa sería la primera de otras muchas llegadas de primeros espadas a los que consiguió arrebatar a sus clubes de origen, alguno con polémica incluída. Ahí están los casos de Ronaldo el brasileño, Beckham, Kaká, Cristiano -en realidad su contración se la encontró hecha por el ex presidente Ramón Calderón- Zidane, Benzamá, Bale, Modric, Hazard,... Lo mejor de lo mejor, salvo Messi, sucumbió al encanto del presidente merengue.

Es por eso que quien más quien menos daba por hecho que de alguna manera Mbappe, que se había negado de forma reiterada a renovar por el PSG, ya contaba, sobre todo desde el pasado 1 de enero en que era libre para negociar con quien quisiese, con el compromiso por escrito para formar parte del equipo del Real Madrid que en unos meses estrenará el nuevo y flamante Bernabéu. Es más, aquí se ha repitido por activa y por pasiva que desde la presidencia blanca estos últimos años se había paralizado casi cualquier fichaje porque todo iba encaminado a hacerse con el internacional francés que está llamado a marcar una década en el fútbol mundial.

Ni por asomo se contemplaba la posibilidad de que al final el chico dijese que no. Es más, el Real Madrid llegó a ofrecer el pasado verano hasta 200 millones de euros al París Saint Germain para que lo dejase ir. Operación que contaba con la bendición del propio jugador. ¿Qué pasó entonces para que ahora, solo un año después y con la posibilidad de llegar gratis, con todo lo que ello significa, se decantase por continuar en la capital francesa? Seguramente algo habrá tenido que ver el dinero que desde Catar ponen a sus pies o, si lo prefieren, en su cuenta corriente. Y es que el fútbol, aunque duela a los románticos, ya solo es un negocio.