Ser o no ser el Obra de antes, esa es la cuestión

El equipo santiagués confía en recuperar su mejor versión para tener opciones de batir al Barça (Sar, 20.00 horas) // Se antoja clave aumentar el acierto y la confianza // Álex Suárez es baja
Liga Endesa
Óscar de la Fuente
Birutis (11), ante Sulejmanovic en el Tenerife-Obra de la pasada semana. Foto: acbPhoto/E. Cobos

No parece el rival más indicado para recuperar sensaciones y, sobre todo, saborear de nuevo el regusto de la victoria, pero si el vademécum del monchismo señala que en el camino del Monbus Obradoiro hay 18 rivales que son de su liga, la Liga Endesa, existen motivos y ejemplos suficientes para pensar que batir al Barça hoy (20.00 horas, Multiusos Fontes do Sar) está lejos de ser una quimera.

Lo resumió Moncho Fernández en la rueda de prensa del viernes. Tras repartir elogios al cuadro azulgrana, el técnico obradoirista recordó que sus pupilos ya han sido capaces de mirar de tú a tú a adversarios instalados en un escalón igual o similar. “Hay que hacerlo todo bien para poder batirlos, pero no son ni más ni menos equipo que el Real Madrid, Málaga y Valencia y si fuimos capaces de estar hasta el final contra ellos, tenemos capacidad para hacerlo también contra el Barça”, argumentó.

Porque es imprescindible analizar lo que habrá enfrente esta noche, pero el primer paso para optar al triunfo pasa por hacer examen interior y recuperar la mejor versión. Reconocía el Alquimista que falta brillantez y que urge elevar la confianza, y el diagnóstico se revela evidente al repasar los números. En sus siete primeros encuentros, el Obra promedió 85,1 puntos a favor y un porcentaje del 39 % en el lanzamiento de tres puntos. En los cinco últimos esas cifras han caído a 70,4 tantos anotados y un acierto exterior del 34,4 %. Con esos guarismos, especialmente con los 63 y 62 puntos encestados frente a Burgos y Tenerife, respectivamente, aspirar a la machada se antoja una misión imposible.

‘CASO HEURTEL’. Llega un Barça del que no se puede decir que navega por aguas turbulentas, pero sí que se ha encontrado con algo de marejadilla. Ganó el viernes al Milán (87-71) gracias a un parcial de 21-0 en el tramo final cuando perdía a mediados del último cuarto, pero cayó derrotado en tres de sus cinco compromisos anteriores entre Liga Endesa y Euroliga. Además, la situación de Thomas Heurtel ha enturbiado el ambiente. El base francés se quedó sin jugar el martes ante el Olympiacos y lo hizo solamente tres minutos el viernes, entre comentarios de Jasikevicius sobre la falta de implicación defensiva.

Víctor Claver es baja en el Barça tras operarse de una rotura en la fascia plantar que lo mantendrá ausente entre dos y tres meses, mientras Álex Suárez se cae de la lista en el bando local, al complicarse un golpe en la tráquea que sufrió a comienzos de semana y que recomienda reposo. Sigue fuera Kartal Ozmizrak y Steven Enoch no debería tener problemas para participar pese a las molestias que arrastra en el tobillo.

El Obra necesitará elevar el nivel individual y colectivo para tener opciones, puesto que enfrente se encontrará con un engranaje que realiza pocas concesiones a los contrincantes. “Del Barça de Jasikevicius lo que me gusta es cómo defiende, sin duda. Son el equipo que mejor defiende de la Liga y de la Euroliga como demuestra el número de victorias que lleva y los puntos que encaja por posesión”, apunta Moncho. “Pienso que su dinamismo, su presión a toda la pista, su uno contra uno, su rebote... Todo hace que se convierta en un equipo muy peligroso porque a esa calidad ofensiva de los Mirotic, Kuric o Abrines han añadido un espíritu colectivo, solidario, de mucho trabajo. Eso hace que sea un rival potentísimo”, calibra el santiagués.

Se trata del tercer clasificado del campeonato doméstico y del actual líder del máximo torneo continental, que culmina una semana con tres compromisos antes de iniciar otra con la misma exigencia cuantitativa. También el Monbus Obradoiro cargará su calendario con sendos compromisos el jueves y el próximo domingo, y nada mejor que una victoria balsámica y de mérito para olvidar los últimos traspiés y especialmente el mal sabor de la derrota en Tenerife.