Caetano Horta consigue el primer diploma olímpico para el deporte noiés

Soberbia regata del remero gallego y el catalán Manel Balastegui en la final B del doble scull ligero // Cierran los Juegos de Tokio en séptima posición
Remo
Iván Fernández
Caetano Horta (izq.) y Manel Balastegui. Foto: Kai Fösterling

El remero noiés Caetano Horta ha cerrado su participación en sus primeros Juegos con un diploma olímpico. El doble scull ligero español, formado por el deportista gallego y el catalán Manel Balastegui, se impuso en la final B de los Juegos de Tokio, finalizando su estreno olímpico en séptimo lugar.

La pareja formada por Horta y Balastegui dominó con mano de hierro la final B. Fue su mejor regata en los Juegos, saliendo con velocidad y manteniendo su ventaja en cada parcial. La embarcación española, que destaca por su juventud (18 años tiene Caetano y 21 Manel) demostró su garra y no se dejó arrugar en ningún momento por el empuje del barco polaco, relegado a la final B por accidente y comiendo segundos progresivamente a la cabeza de carrera.

Marchaba en primera posición el doble scull ligero español al paso por los primeros 500 metros. Jerzy Kowalski y Artur Micolajczewski asomaban la proa de forma amenazante, pero Horta y Balastegui no se dejaban intimidar. Alcanzado el ecuador la ventaja se reducía a 0.34 segundos, con más de un segundo sobre Ucrania, que venía en tercera posición. Para alcanzar el diploma solo valían los dos primeros puestos, el objetivo con el que se habían plantado en Tokio el noiés y el catalán. En la última regata, la definitiva, supieron solventar el punto débil de mangas anteriores, y lejos de desfondarse, no solo conservarían su ventaja, sino que incluso la solidificarían.

Se estrechaba todavía más el margen en el tercer parcial, superados los 1500 metros. Polonia ya solo estaba a 0.15 segundos de España, cuestión de un par de paladas. Ucrania y Canadá también se acercaban a los dos primeros puestos, los únicos que tenían premio. Y cuando más se complicaban las cosas, en el momento de la verdad, el que establece la diferencia entre los llamados a la gloria y el resto, Caetano y Manel sacaron un as de la manga en forma de último ataque. No se lo esperaba Polonia, que ya se veía culminando su progresión en primera posición. Tampoco Ucrania ni Canadá, que ponían precio al segundo puesto. Pero la línea de meta esperaba al barco español, que se despegó de todos sus rivales en un último esfuerzo que les da la victoria en la final B (6:15.45), el séptimo puesto en los Juegos, y el primer diploma olímpico para un deportista noiés.

EXPERIENCIA. Caetano Horta y Manel Balastegui disputaron en Tokio más regatas al primer nivel que en todo el tiempo que llevan juntos. Hasta desembarcar en los Juegos Olímpico solo habían podido competir en el Europeo de Varese, donde también se habían impuesto en la final B para cerrar su clasificación olímpica. En Japón participaron en cuatro regatas, en las que dejaron su sello: una pareja valiente que destaca por su velocidad.

El séptimo puesto es un premio a todo el trabajo realizado en un ciclo olímpico que se reduce a cuatro meses para Horta y Balastegui. Es, también, la puerta a soñar con metas más altas, pues su verdadero objetivo se sitúa en París 2024. Volverán a casa con un diploma olímpico bajo el brazo, sabiendo que dentro de tres años se los espera en la lucha por las medallas.

Alcanzar la final B era el objetivo que se marcaba el dúo gallego-catalán en Tokio. El barco español llegaba a ciegas, después de no haber podido competir apenas en los meses previos. Su resultado es todo un hito, una forma de ganar tiempo al tiempo y de hacer historia para el deporte noiés. Caetano desfiló en los Juegos de Japón como el primer deportista de Noia que participa en una cita olímpica. Cierra su debut con la séptima posición, puesto de finalista, y un diploma olímpico, el primero de un deportista gallego en Tokio, que promete grandes alegrías en el camino hacia París.