Jácome y Arévalo, paladas hasta el diploma olímpico
Antía Jácome y Carlos Arévalo sellan su debut en unos Juegos con un diploma olímpico en Tokio 2020. La pontevedresa brilló en el estreno del C1 200 femenino en el programa con un meritorio quinto puesto, el mismo del betanceiro en el K1 200 en el que el catalán Saúl Craviotto concluyó séptimo.
“Me he quedado a nada de la medalla, pero yo no he perdido una medalla, sino que he ganado un quinto puesto y estoy muy contenta”, reconoció Antía Jácome. Su quinto puesto sabe a gloria, con una gran actuación en el Canal Sea Forest que la dejó a 192 milésimas del bronce y a 110 del cuarto. Su marca, 47’’226.
“Me he encontrado muy bien. Es verdad que salí bastante adelante y luego ya me veía delante, pero no sabía en qué posición y menos un quinto puesto que hubiese firmado hace tres años o hace seis o hace uno mismo”, dijo.
Un par de horas antes de la final, en la madrugada del miércoles al jueves en Galicia, la pontevedresa había obtenido el pase con suspense. Fue cuarta en su semifinal, suficiente para avanzar. Ya en la prueba definitiva protagonizó una buena salida, codeándose siempre entre la cuarta y la quinta plaza aunque su esfuerzo final la llevó a pelear por el podio. La estadounidense Nevin Harrison conquistó el oro por delante de la canadiense Laurence Vincent-Lapointe y de la ucraniana Liudmyla Luzan.
El C1 200 no era, a priori, el principal objetivo de Jácome en este ciclo olímpico, pues aspiraba a clasificarse en C2 500 junto a la también pontevedresa Antía Otero. No lo lograron en el Preolímpico, pero Jácome sí aprovechó su segunda opción al batir a María Corbera en el selectivo nacional, el pasado 1 de julio en Verducido.
Su quinto puesto en Tokio es el premio al esfuerzo y a la valentía cuando, con quince años, se trasladó a Sevilla para entrenar con el objetivo de perseguir su sueño olímpico. Y, todavía con 21 años de edad (cumplirá 22 en noviembre), supone un resultado prometedor con vistas a París 2024.