|| La otra jugada ||

Un asunto demasiado serio

La Otra Jugada
Víctor Tobío
denuncia Mouctar Diakhaby, en un partido con el Valencia. Foto: AFP7

LA IMAGEN de Mouctar Diakhaby abatido y desamparado en la gradas del Ramón de Carranza debería avergonzar a toda persona de bien pero, sobre todo, debería hacer reflexionar a los dirigentes del fútbol mundial en general y a los españoles en particular, porque lo sucedido en el partido que disputaron Cádiz y Valencia no es un hecho aislado. Desde hace tiempo se vienen sucediendo en el mundo del deporte y muy especialmente en el mundo del fútbol, situaciones en las que se falta al respeto de forma grave a los deportistas por su color.

Echando la vista atrás, solo en los campos españoles se han repetido imágenes que deben ser rechazadas de plano por todos y cada uno de los estamentos implicados en el juego limpio. Pero lejos de eso y a pesar de que existe una reglamentación que castiga con dureza esos comportamientos, lo cierto es que estamos muy lejos de erradicarlos.

Así, echando mano de la memoria, tenemos los casos del delantero malacitano Darío Silva, que en el año 2000 agredió a un aficionado del Oviedo que le había insultado y llamado “negro”. Estos días más de uno también recordaba las palabras del seleccionador español Luis Aragonés dirigidas a José Antonio Reyes en las que, de forma vehemente, le decía “dígale al negro -en referencia a Thierry Henry- que usted es mejor”, montándose la mundial en la prensa británica.

Cómo olvidar el amago de abandono del campo del Zaragoza por parte de Samuel Eto’o en respuesta a los gestos racistas de los aficionados zaragocistas parodiando a un simio. O el del también barcelonista Dani Alves cuando se dedicó a comer el plátano que un aficionado del Villarreal le había lanzado desde la grada. Y ya mucho más recientemente, los insultos racistas recibidos por el delantero del Athletic, Iñaki Williams en el campo del Espanyol que se ha convertido en la primera causa abierta por xenofobia en el fútbol profesional español.

Han sido muchos los comentarios que se han vertido en los distintos medios de comunicación a raíz del suceso protagonizado por Diakhaby que, según sus palabras, fue insultado por el jugador gaditano Cala, llamándole “negro de mierda” y entre esos comentarios los hubo para todos los gustos, desde los que rechazaron abiertamente la postura de los jugadores del Valencia abandonando el terreno de juego en solidaridad con su compañero, hasta los que criticaron a los propios jugadores ches por retornar al campo dejando al defensa francés tirado en la grada bajo la excusa de que corrían el riesgo de que Competición sancionara al club con al pérdida de, al menos, tres puntos.

Lo cierto y verdad es que este incidente no debería quedar impune. Se impone abrir un expediente y determinar si realmente hubo tal insulto. Aquí, hasta que no se demuestre que lo hubo, debe prevalecer la presunción de inocencia. Sin embargo, si al final resulta cierta la versión del jugador valencianista, a quién corresponda no debería temblarle la mano a la hora de aplicar el régimen sancionador correspondiente. En este apartado, hay dos posibilidades: en primer lugar, si el acto racista es considerado muy grave, puede implicar la retirada de la licencia federativa de dos a cinco años. Y si el responsable o responsables de analizar los hechos entienden que se trata de un caso grave, se le aplicaría al jugador un mínimo de cuatro partidos de sanción. Además, en ambas circunstancias, llevaría aparejada una sanción económica. Pero para que todo esto vaya adelante, el club que se considere perjudicado, debería presentar la correspondiente denuncia, algo que ya han hecho los valencianos.

Así pues, puede que lo ocurrido en el Ramón de Carranza sirva para que de una vez por todas se tomen esto del racismo y la xenofobia en serio, ya que a pesar de los numerosos incidentes que han tenido lugar en lo que llevamos de Siglo XXI, nada o muy poco se ha avanzado al menos en lo que respecta al fútbol y lo malo es que algún día va a tener lugar una desgracia y entonces sí, nos daremos golpes en el pecho como penitencia por no haberlo arreglado a su debido tiempo.

Resulta curioso que el mismo día y casi a la misma hora en la que se disputaba el partido entre Cádiz y Valencia, la plataforma Movistar Liga de Campeones ponía en antena un documental bajo el título ‘Indignados: el fútbol contra el racismo y la discriminación’. Un trabajo en el que se hablaba de casos concretos de racismo y xenofobia sufridos por sus protagonitas, entre ellos Paul Pogba, Moise Kean, Ruud Gullit, Megan Rapinoe, Hope Powel y Mata entre otros deportistas y que debería ser de obligado visionado en las aulas de los colegios para que nuestros jóvenes, los hombres del mañana, pudieran comprobar en primera persona el daño que determinados comportamientos pueden provocar en gente que como dice el internacional inglés Tirone Mings, objeto de insultos y mofas en un partido jugado con su selección, “si no haces nada por solucionarlo, tú también eres parte del problema”.