|| La otra jugada ||

Un despropósito difícil de entender

Firmas
Víctor Tobío
Un momento del polémico sorteo de la Champions League celebrado en Nyon. Foto: UEFA

VERGÜENZA, bochorno, indecencia, lamentable..., éstos y otros calificativos se escucharon tras el aquelarre en que acabó convertido el sorteo de los octavos de final de la Champions League organizado por la UEFA y que tras los fallos detectados en un primer momento, se vieron obligados a su repetición con el consiguiente cabreo de muchos de los representantes de los clubes implicados y en el que alguno se sintió notablemente perjudicado, caso del Real Madrid.

Y aquí surge la gran pregunta: ¿Cómo es posible que un organismo que ingresó en el quinquenio 2016-20 unos 15.000 millones de euros, cometa tantos errores en cadena en un sorteo que sabe que siguen millones de espectadores en todo el mundo? Otra más, ¿cómo es posible que un organismo tan profesionalizado no compruebe por activa y por pasiva si las bolas con los nombres de cada equipo van al bombo que les corresponde? Y, por último, ¿cómo es posible que se intente cargar el muerto sobre un organismo ajeno a la propia UEFA?

El club blanco, al igual que la Juventus, se ha quejado con toda la razón del mundo y a pesar de que el organismo europeo habla de un software que falló así como de dos bolas que fueron al bombo equivocado, en el Real Madrid aseguran que no hubo tal fallo del software. Pero lo cierto y verdad es que si en un primer momento a los de Ancelotti les había correspondido el Benfica como rival de octavos, un equipo, en teoría, asequible. Luego, en la repetición les ha correspondido el PSG de los Messi, Mbappé, Neymar, Ramos, Di María y compañía, con lo que ya no las tienen todas consigo.

De nada, salvo el derecho al pataleo, le va a servir al club de Concha Espina recurrir lo sucedido con el sorteo, entre otras razones porque ahora mismo las relaciones con la UEFA están rotas a raíz del intento de puesta en marcha de la Superliga, un conflicto que sigue latente y dando que hablar casi todas las semanas y que el presidente del fútbol europeo, Aleksander Ceferín no está dispuesto a pasar por alto.

Es más, tanto el Real Madrid como sus otros dos acompañantes en la Superliga, Barcelona y Juventus, saben que la UEFA les ha colocado una diana y que harán todo lo posible por perjudicarles. Por lo pronto, a los de Florentino Pérez ya les han disparado la primera bala y no será la última pues en Suiza le tienen ganas porque es el cabeza visible de una revolución que está cuestionando su autoridad y cuenta, además, con el respaldo de la Justicia española.

Encima, para que no falta de nada, algunos de los implicados en el sorteo no han tardado en dar su opinión y las hubo para todos los gustos. Así, el centrocampista portugués del Manchester United, Bruno Fernandes, que le correspondió como rival el Atlético de Madrid, se lo tomó con humor al señalar en las redes sociales: “¿Cuándo es la tercera ronda del sorteo?”, siguiendo por el técnico del Liverpool, Jurgen Klopp, que tendrá como rival al Inter de Milán, que se mostró comprensivo, manifestando que “lo vi en vivo y pensé: ‘No puedes dejarlo así’. Definitivamente, tenían que volver a hacerlo”. Al tiempo, el representante del Real Madrid en el sorteo, Emilio Butragueño, no salía de su asombro: “Ha sido sorprendente, lamentable y muy difícil de entender. Teniendo en cuenta los millones de aficionados que estaban pendientes del sorteo, así como todo el mundo del deporte”.

Sin recurso. Sin embargo, dadas las circunstancias y quizá en aras de no tensar aún más las relaciones entre la casa blanca y la UEFA, la directiva del Real Madrid ha decidido no recurrir esta presunta irregularidad al Tribunal Europeo del Deporte, a pesar de haber advertido, previamente, que la repetición del sorteo era inadmisible y que constituía una “adulteración obvia, evidente y flagrante”, destacando de que el fallo es atribuible al organizador y no a los clubes participantes en el sorteo.

Ahora, de lo que se trata es de pasar el trago lo más rápidamente posible porque no hay que olvidar que, a pesar de los pesares, los dirigentes del fútbol europeo, con su presidente Ceferín a la cabeza, cuentan con el respaldo de la casi totalidad de los clubes, aunque algunos lo hagan a regañadientes y, encima, con el tema de la Superliga aún caliente, abrir un nuevo frente podría situar al Real Madrid en una situación de clara desventaja y ya sabemos como se las gastan por Europa adelante cuando alguien se sale de la linea oficial.

De eso podrían hablar largo y tendido los seis clubes ingleses que en un principio apoyaron la creación de la Superliga y en apenas cuarenta y ocho horas se vieron obligados a dar marcha atrás dejando en la estacada a Real, Barça y Juve.

De lo que no cabe la menor duda es que este sorteo pasará a los anales de la historia como un auténtico despropósito para vergüenza de una institución cada vez más cuestionada.