Una derrota para estar orgullosos

El Monbus Obradoiro cede tras dominar más de medio partido al Real Madrid (84-77) // Hubo polémica: la expulsión de Moncho Fernández a mediados del tercer cuarto volteó el encuentro
Liga Endesa
Óscar de la Fuente
POLÉMICA Moncho Fernández, yéndose al vestuario tras su expulsión. Foto: acb Photo / V. Carretero

Este Monbus Obradoiro va en serio. No ganó, no pudo y tampoco lo ayudaron, pero demostró ante el Real Madrid que su excelente arranque de temporada no debería ser anecdótico, con una derrota que deja sensaciones de ilusión y orgullo (84-77).

El colectivo santiagués no solo resistió el vendaval blanco, sino que dominó durante más de medio encuentro sostenido por su alto ritmo anotador. Hasta que, a mediados del tercer cuarto, todo cambió: Moncho Fernández recibió dos faltas técnicas en un suspiro y se marchó a la caseta. El resultado era 42-50 y los de Pablo Laso respondieron con un parcial de 14-1. Regresó el conjunto obradoirista, que incluso remontó y se situó por delante a cinco minutos del final, pero ya no pudo resistir el último arreón de un Madrid que mantiene su condición de invicto (5-0). Los visitantes se quedan con cuatro victorias y dos derrotas antes de visitar el domingo al Gran Canaria (13.00 horas).

Si algo ha demostrado el Obra en este arranque de temporada es que dispone de un arsenal con mucha pólvora, y salió dispuesto a responder al ritmo anotador de un Real Madrid que partió con Campazzo y Laprovittola para controlar el duelo. Los blancos apostaron por aprovechar su superioridad en físico y en tamaño, martilleando la pintura visitante con protagonismo de Tavares, mientras el plantel de Moncho Fernández buscó la larga distancia, con Beliauskas como estilete (8-8, min. 4).

Imperaba la igualdad con un ritmo anotador alto (14-14, min. 7), y entonces emergió el huracán Kassius Robertson, que se presentó con dos triples seguidos para dar ventaja al Obra (17-20, min. 8). Con constantes cambios para mantener el ritmo, el conjunto santiagués aguantó también en la batalla del rebote, y a pesar de sus cinco pérdidas, el 6/9 desde la larga distancia lo situaba por delante tras el primer parcial (23-25).

Las entregas al rival empezaron a ser un problema aún mayor, pero Robertson (nueve puntos en el primer cuarto, con tres triples) siguió a lo suyo. El escolta canadiense ofrece un perfil distinto al habitual en los últimos años del Obra y cuando entró en combustión el grupo supo aprovecharlo, buscándolo para que hiciese daño con su versatilidad y su uno contra uno. Todo el acierto en el tiro exterior que le faltaba al Madrid (3/10 en triples al descanso) lo encontró Kassius (6/6 en lanzamientos de dos puntos y 3/5 de tres). El equipo santiagués mandaba al descanso, y con justicia (40-44, min. 20).

CLAVE. Como al inicio del partido, el tercer cuarto se abrió con dos triples de Beliauskas, que dieron la máxima ventaja del choque al Monbus Obradoiro (42-50, min. 24). A partir de ahí, todo cambia. Moncho Fernández fue expulsado por Fernando Calatrava tras señalarle dos técnicas, y el enfado del técnico santiagués en el camino hacia el túnel de vestuarios fue el preludio de lo que ocurriría después. La ofensiva obradoirista se bloqueó (3/15 en tiros de campo en el periodo, con diez puntos), el Real Madrid vio sangre y subió un escalón más en defensa, y la situación dio un vuelco. Amos y señores del rebote, con un Tavares sencillamente imparable y un Laprovittola inspirado, los de Pablo Laso pusieron la directa y, con un parcial de 14-1, amenazaron con convertir el último cuarto en un trámite (61-54, min. 30).

Nada más lejos de la realidad, porque tras los minutos de aturdimiento, el Obra respondió, cómo no, guiado por la puntería de Beliauskas y de Robertson, autores de los ocho puntos consecutivos que insuflaron otra importante dosis de esperanza (61-62, min. 32). Todavía volvería a coger una buena ventaja el cuadro compostelano con tres tiros anotados por Jake Cohen al ser objeto de falta en un triple (67-70, min. 35). Fue el canto del cisne, porque en el WiZink Center volvió a sonar el toque de corneta y los locales se dispararon. El segundo apagón importante del Obradoiro resultó definitivo, mientras el Madrid tampoco dio opción e insistió en aprovechar su ventaja en la pintura ante un flojo Birutis para imponerse por siete puntos (84-77).

El Obradoiro encajó su segunda derrota en seis encuentros de la Liga Endesa, pero se marchó de la capital española con la sensación de haber merecido algo más y de que transita por el buen camino para disfrutar de otra campaña ilusionante. Sin apenas tiempo para recuperarse, el domingo le espera un Herbalife Gran Canaria que no termina de carburar. Oportunidad para resarcirse.