|| La otra jugada ||

Una Liga a la baja

Firmas
Víctor Tobío
Kylian Mbappé, del PSG, festeja el 2-0 en el Stade Reims. Foto: Yoan Valat

LLEVAMOS años afirmando, al menos hasta hace bien poco tiempo, que la Liga española miraba de tú a tú a la Premier League y para ello nos basábamos en la actuación de los equipos en las distintas competiciones europeas donde se consecharon éxitos indudables. Eso hizo que nos olvidásemos de que la Premier nos sacaba varios cuerpos de ventaja en lo que a organización y proyección internacional se refiere lo que, al fin y a la postre, se traduce en contratos mucho más suculentos por los derechos de televisión.

El hecho de que hasta no hace tanto tiempo tuviésemos aquí a los dos mejores jugadores del mundo, a saber, Messi y Cristiano, permitía albergar la esperanza de darle la vuelta a la tortilla. Sin embargo, la marcha del portugués hace tres veranos a la Juventus dejó solo a un Messi que se convirtió en la única bandera de una competición que intentó vendernos que hombres como Hazard o Griezmann podrían suplir la fuga de Cristiano. Craso error.

Y ahora, con el fichaje del argentino por el PSG, nos encontramos, de buenas a primeras, con que no tenemos a un solo jugador que pueda ser la referencia a nivel mundial de una competición que tras la pandemia ha visto como la mayoría de los equipos ha tenido que apretarse el cinturón lo que se ha traducido en fichajes de medianías que no aportan nada o muy poco a una Liga que a este paso acabará por convertirse se una competición menor.

Tan grave es la cosa que al cierre del mercado de verano, que vivió unas últimas horas de auténtica locura, nos topamos con que el gasto de los equipos de LaLiga en fichajes fue de un 30 % menos que el verano pasado, con la pandemia ya haciendo de las suyas. Es más, los 292,5 millones de euros gastados por los conjuntos españoles convierten a esta Liga en la quinta de Europa, superados por la Premier League (1.330 millones), la Serie A (551,9), la Bundesliga (416) y la Ligue 1 (356). Por poner un ejemplo, solo dos clubes ingleses, Arsenal y Manchester United, han invertido más en fichajes (305,6 millones) que los veinte clubes españoles de la Primera División juntos.

Así las cosas, no puede resultar extraño que la liga inglesa coma aparte y cada vez se distancie más de las otras ligas domésticas del Viejo Continente y que desde hace un par de años, con la excepción este curso del Villarreal, marquen la pauta en Europa acaparándolo todo.

¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? Muy sencillo. En la Premier prima la profesionalidad y los clubes saben que tienen que someterse a unos controles que no les permiten saltarse los presupuestos a la torera, además de implantar un reparto del dinero de las televisiones más equitativo. Es más, en Inglaterra sería impensable que se diese el caso que está atravesando un club como el Barcelona, en auténtica bancarrota, porque en las islas ya habrían saltado las alarmas tiempo atrás y le impedirían a los dirigentes culés hipotecar el club en la manera que lo han hecho.

Y ahora la pregunta que se hace todo el mundo: ¿tiene esto solución? La tiene pero no a corto plazo. Primero los clubes habrán de sanearse económicamente hablando y una vez conseguido, habrá que replantearse la política deportiva. En este último apartado cabría decir que no hay mal que por bien no venga. Al no tener un euro en caja, a los equipos no les queda más remedio que echar mano de la cantera con lo que a medio y largo plazo saldrán beneficiados no solo los clubes sino también la propia selección española. Ahí está el caso palmario del Barcelona que al no poder acudir al mercado a fichar, a su entrenador no le queda otra que tirar de los jugadores de casa y si la temporada pasada ya salieron nombres como Ansu Fati, Mingueza o Araújo, ahora mismo ya suenan los de Gavi, Nico o Balde.

Caso Mbappé. Y otro factor importante para recuperar el prestigio de hace un lustro sería contar con la llegada de alguno o algunos de los mejores jugadores entre los que se encuentran, como no, Mbappé y Erling Haaland. Un Mbappé al que el Real Madrid se agarró hasta última hora como a un clavo ardiendo pero al que los jeques no han querido liberar y que de mantener su palabra llegará el próximo verano al club de Concha Espina que se ha ahorrado un buen porrado de millones porque el atacante del PSG quedará libre en 2022 y podrá negociar con quien quiera a partir del próximo 1 de enero.

Desde luego, de confirmarse su aterrizaje en la capital de España sería un aldabonazo importante ya no solo para el Real Madrid sino también para LaLiga y ya no digamos si lo hace acompañado por el atacante noruego del Borussia Dortmund, pues de repente aquí se darían cita quizás los dos mejores jugadores del momento o, cuando menos, los que apuntan maneras para ser los herederos de Messi y Cristiano. Ahí es nada. Pero, mientras tanto, toca remar con lo que hay.