|| La otra jugada ||

Una Liga en la que todo está por decidir

Firmas
Víctor Tobío
Mapi León. Foto: FCB

SI HAY UN deporte donde lo imprevisible es moneda de curso corriente, ese no es otro que el fútbol. Si no que se lo pregunten al Atlético de Madrid que llegó a la mitad del campeonato con 50 puntos y todos los pronunciamientos a su favor para hacerse con el título de Liga y ahora, apenas seis jornadas después, y aunque sigue siendo claro favorito, ve como, tras su empate con el eterno rival, tanto Barcelona como Real Madrid empiezan a comerle terreno y es que, como el propio Simeone dijo en su día, ningún equipo se proclamó campeón en el mes de diciembre.

¿Qué ha ocurrido, pues, para que a estas alturas los rojiblancos hayan perdido buena parte de su ventaja? A tenor de lo que dicen los expertos y de lo que todo el mundo ha podido ver, han sido varios los factores que han influido. Por un lado los errores del técnico colchonero que cuando se ha visto con ventaja en el marcador -ocurrió ante el Real- le dio por aplicar una táctica conservadora, con cambios de jugadores que nada aportaron, lo que al final lo pagó con la cesión de un empate y, por otro, que el equipo ha perdido la frescura y el hambre que había mostrado hasta hace bien poco. De hecho resulta sintomático que hombres, como es el caso de Saúl, hasta hace poco titular indiscutible, ahora calienta banquillo con cierta frecuencia.

Si todo esto no fuese poco, nos encontramos con un Barcelona que sin hacer un gran fútbol, ha conseguido armar un equipo sólido, a pesar de las lagunas defensivas que sigue teniendo y que lo penalizaron gravemente a comienzos de temporada, lo que le ha permitido encadenar una racha de 16 jornadas sin conocer la derrota, sumando victorias en todos los partidos excepto el empate que cedió, a última hora, ante el Cádiz. Y todo ello contando con bajas importantes en la defensa que Koeman ha conseguido paliar echando mano del filial y cambiando el dibujo táctico con tres centrales y dos carrileros -los laterales- que se suman al centro del campo donde generan superioridad. Además, los jóvenes procedentes de la cantera le están dando a los azulgranas un excelente rendimiento, sin olvidarnos de las aportaciones de los ya veteranos Messi, Alba y la irrupción de un renacido Frenkie de Jong que está haciéndonos recordar el centrocampista que se dio a conocer en el Ajax.

Si en la jornada doce, con el equipo a una docena de puntos del Atlético, les dicen a los aficionados azulgranas que iban a llegar a la jornada 25 habiendo reducido a la mitad esa diferencia, nadie o casi nadie se lo hubiese creído, sobre todo por las sensaciones que transmitía el equipo, con jugadores faltos de forma, poco motivados y haciendo cada uno la guerra por su cuenta. En este cambio de actitud tiene buena parte de culpa el técnico que ha sabido irse ganando a un vestuario dividido y con un Messi al que se le ve cada día más implicado, lejos de aquel jugador que echó a andar la temporada triste y abatido, lo que afectó seriamente al juego del resto de sus compañeros.

Además, ahí está el Real Madrid, equipo al que nadie puede dar por descartado, a pesar de los altibajos en su juego y de la falta de pegada, lo que se acaba traduciendo en enormes dificultades para hacer gol si Benzema no es de la partida. Un jugador el francés que, junto a Casemiro y a Courtois, está manteniendo a un equipo que sigue esperando a Hazard y en el que echan de menos un delantero centro que aproveche la verticalidad de hombres como Vinicius o Rodrygo. Sin olvidarnos de las numerosas lesiones -más de cuarenta en lo que llevamos de campaña- que han complicado la vida a Zidane, especialmente de aquellos hombres básicos en un conjunto entrado en años y que tiene que seguir exprimiendo a los ya treinteañeros Modric, Kroos y Ramos, este último en el dique seco estas últimas jornadas con el agravante de saber si renueva o se marcha libre este próximo verano.

Pero, de lo que no cabe la menor duda es que cuando entramos en el último tercio de la temporada, el Atlético tiene en su mano el repetir título de Liga con Simeone y de él solo dependerá que lo logre o no. Si al final no lo consigue, tendrá que cargar con las culpas de haber tirado una Liga que tuvo en su mano merced a su, hasta hace poco, bien hacer favorecido, eso sí, por la irregularidad de sus dos grandes rivales que han puesto todo de su parte para que, por una vez, los del Wanda canten un alirón que tienen merecido, en una temporada marcada por la pandemia que ha generado una fuerte distorsión tanto en lo deportivo como en lo económico y confiando en que los aficionados puedan volver pronto a los estadios pues con su ausencia se ha demostrado que el factor campo ha dejado de existir y con ellos, la salsa del fútbol, polémicas arbitrales al margen.