Leer en tiempos de incertidumbre

José Miguel Giráldez
El escritor y columnista ourensano Juan Tallón y Brenda Navarro que analiza todas las violencias posibles en ‘Ceniza en la boca’

Este ha sido el año del centenario de Ulises, de Joyce, y de La tierra baldía, de T.S. Eliot. Con esa mirada al Modernismo, seguramente ya perdido. Pero necesario. Y está siendo el centenario de la muerte de Marcel Proust. Grandes fechas nos contemplan. Gigantes de la literatura. Y se nos ha muerto Javier Marías. Y Hans Magnus Enzensberger. Y Dominique Lapierre. Y Raúl Guerra Garrido. Y Fernando Marías. Y nuestra Nélida Piñón. Y nuestro Domingo Villar. Entre otros. Aunque tenemos una guerra terrible en las puertas de Europa, la vida sigue. Los libros, también.

He elegido los mejores libros de 2022 sin discriminar entre autores en lengua española y traducciones, también sin tener en cuenta si eran de nacionalidad española o no. Igualmente he mezclado géneros. En ese sentido, es una lista global, que abarca y afecta a todo lo que he podido leer en el año que acaba de terminar. Ya se sabe que las listas son un buen intento, pero nunca absolutamente justas.

1. ‘El peso de vivir en la tierra’, de David Toscana. (Candaya). Se trata de una novela reciente, un tanto inclasificable, que recomiendo vivamente. La manera de abordar la trama me parece original, el despliegue de humor e ironía, realmente insuperable. Pero admito que es una novela que contiene una cierta dosis de extrañeza y esa pasión del autor por la literatura rusa. En ella, el protagonista, Nicolás, un funcionario que deviene en loco, como Alonso Quijano, locos ambos a su manera, dirige su vida a partir de las citas de los grandes escritores de la vieja Rusia: siempre hay una escena, en Gogol, en Pushkin, en Dostoievski, que conduce sus pasos en la realidad mexicana de Monterrey. Nicolás, que decide llamarse Nikolái Nikoláievich Pseldónimov, junto a su mujer, ahora Marfa Petrovna, y junto a otros cuantos, convierte el bar en la plataforma de pruebas espaciales Sályut (las primeras estaciones espaciales soviéticas). Flotan gracias al vodka, y se apartan de la realidad. Una historia quijotesca, muy divertida. Para mí es una de las grandes novelas del año.

2. ‘De bestias y aves’, de Pilar Adón. (Galaxia Gutemberg). La historia navega entre la realidad y la ficción, o, mucho mejor, entre la realidad y la irrealidad. Adón tiene una capacidad extraordinaria para hacernos pasar de un lugar a otro mágicamente. El libro es inquietante. No vamos a descubrir a Pilar Adón ahora, ni lo que parecen ser sus obsesiones (esos grupos casi secretos, esas impenetrables comunidades, esas reglas no escritas), pero su lenguaje es único e inimitable. De niña, la hija del cazador aprendió una naturaleza que no tiene que ver con parques y jardines. Luego, su maravilloso cincel literario hizo el resto. Es también una de las grandes novelas del año.

3. ‘Amor y morriña’; Timandra. Theodor Kallifatides. (Galaxia Gutemberg). 2022 ha sido el año de mi descubrimiento personal de Kallifatides. Leer a Kallifatides produce efectos muy saludables, estoy seguro. Y eso que en él está presente el trauma (en mayor o menor medida) de la emigración, uno de los temas principales de su última obra, recién aparecida, Amor y Morriña. Perderse a Kallifatides es imperdonable. Tanto en su dimensión más clásica, apelando al pasado mítico de Grecia, como en sus visiones más domésticas y autobiográficas, este autor, de larguísima carrera, ofrece una mirada elegante y compasiva de la vida de la gente, de su propia vida. Como ya escribimos en otra ocasión, Theodor es “un ejemplo vivo de las migraciones europeas, del salto del sur hacia el norte, del contraste entre lo mediterráneo y lo nórdico”. Un autor fundamental.

4.- ‘Una historia ridícula’, de Luis Landero. (Tusquets). Ninguno de nosotros vamos a descubrir a Luis Landero a estas alturas, habitual siempre en las listas de lo mejor del año. Un escritor imprescindible. Un genio de nuestro tiempo. Un maestro del humor, de la ironía. Si cabe, más aún en esta obra, que podría figurar perfectamente en el primer puesto de este listado. No hace tanto que recibía en Compostela el Premio Casino Europeo por su novela anterior, Lluvia fina, junto a Tatiana Tibuleac. La historia de Marcial Pérez, (y su concepto del honor, su concepto del orgullo y la dignidad personal, su pasión por la rectitud, como él mismo nos hace saber, por no hablar de su visión de los demás...), no va a dejar que abandonemos estas páginas fácilmente. Es un Landero en su momento cumbre.

5.- ‘La autopista Lincoln’, de Amor Towles. (Salamandra). Este bostoniano sigue ofreciendo grandes historias (encontrarán las más recientes en el mismo sello). Puede que su obra no haya copado las listas de este año, pero para mí es un título fundamental. Hay más novelas sobre el autodescubrimiento, sobre la formación, sobre la construcción de las emociones. Hay novelas de familia y de amistad: en eso el año ha sido prolífico. Hay novelas sobre el espíritu de Ulises en los cien años de Ulises, como dijimos más arriba (el de Joyce). Y esta es una de ellas, una de las mejores. Todo en ella me parece abrumador, brillante: los personajes numerosos y diversos que pululan por sus páginas y el descubrimiento de la piel de un país (hablamos de un viaje que va desde Nebraska a Nueva York).

6.- ‘Obra Maestra’, de Juan Tallón (Anagrama). De la literatura de Tallón se ha dicho ya de todo y todo bueno. Es uno de los autores contemporáneos más brillantes, y, sobre todo, más audaces. Lo suyo es sorprendernos y hacer funcionar su prodigiosa máquina humorística e irónica, su impagable observación de la realidad, que, aunque esperable sabiendo de quien viene, siempre va un paso más allá de cualquier expectativa. Gran habilidad constructiva la suya, y grande también su dominio de las voces narrativas.

7.- ‘Diarios. A ratos perdidos, 3 y 4’, de Rafael Chirbes (Anagrama). Chirbes, decía Basanta, es uno de los autores más brillantes de los últimos 50 años. Lo suscribo. Recuerdo cuando lo entrevisté en 2013, menos de dos años antes de que nos dijera adiós, a propósito de esa genialidad que es En la orilla (también Anagrama). Tristemente desaparecido, Chirbes no deja de enviarnos maravillas. El primer volumen de sus diarios arrasó el año pasado. Lo hace ahora con la segunda entrega, reconocida de manera unánime por su lucidez y su honestidad. “No quiero parecerme a nadie”, me dijo. Chirbes nos sigue hablando de cerca en estos diarios.

8.- ‘Salvo mi corazón, todo está bien’, de Héctor Abad Faciolince (Alfaguara). No suele defraudar nunca el escritor colombiano. Ya sea en clave más personal, o, como ahora, en torno a la amistad y el concepto de la familia, sus novelas abundan en lo trágico, pero también en lo humorístico y en lo irónico. Como ya escribimos, esta es “otra novela poderosa. También una novela cercana a gente que Héctor Abad conoció, y profundamente cervantina. Es cervantina porque el protagonista, el cura Luis Córdoba, reúne en sí mismo a Don Quijote y a Sancho. Los sueños idealistas y el amor por la buena comida (y por el cine).

9. ‘El peligro de estar cuerda’, de Rosa Montero. (Seix Barral). Por supuesto, la relación entre locura, desequilibrio, impostura y literatura es uno de los grandes temas de este libro. No sólo entramos en muchas vidas, desde Emily Dickinson a Virginia Woolf, sino que entendemos el porqué de los procesos creativos, las puertas que dan acceso a los lugares de la imaginación, el sueño, la pesadilla, la mentira (esa gran materia de la literatura y de la vida). Pero también la verdad”. Este es un gran libro sobre los libros, sobre la vida literaria, sobre el matrimonio, quizás indisoluble, entre el arte y la locura.

10.- ‘Mientras estamos muertos’, de José Ovejero. (Páginas de espuma). He aquí uno de los grandes autores de nuestro tiempo, versátil como pocos, cultivador de géneros diversos, gran dominador de los territorios de la imaginación. Toda la prosa de Ovejero, yo diría, va dejando mensajes, frases, avisos, pensamientos, algunos como hachazos. Como escribimos no hace mucho, ‘Hay una salvaje animalidad en este relato, no sé bien si es una novela o un conjunto de historias. Todas entrelazadas, todas atadas con un hilo imposible de romper”. He aquí una prosa penetrante, cortante, envuelta en un gran perfume ético, donde late la memoria y también, cómo no, los secretos y las oscuridades de la familia.

Otros muchos títulos y autores, naturalmente, podrían ocupar la mayoría de los puestos de la lista anterior. Otra de las grandes novelas del año ha sido Montevideo (Seix Barral), del siempre imprescindible Enrique Vila-Matas. Ese irrefrenable viaje por los recuerdos de toda una vida, también debería estar ahí. Igualmente debería figurar Sara Mesa (La familia, Anagrama), ahondando en el gran tema del año (las interioridades domésticas, las ciénagas de lo cotidiano), novela reconocida ampliamente por la crítica y por sus muchos lectores incondicionales. Una narradora de indiscutible solidez y coherencia. Me ha gustado mucho una ópera prima que merecería mayor atención: me refiero a Sola, de Carlota Gurt (Libros del asteroide), y en esa misma editorial, una delicada joya, Antes del salto, de Marta San Miguel. Siempre hay que prestar atención a Brenda Navarro (magistral su Ceniza en la boca, Sexto piso). Y a los geniales relatos de Ampuero y Mónica Ojeda (Páginas de espuma). Javier Cercas sigue resultando sólido en sus entregas, en esta ocasión El castillo de Barbazul (Tusquets), y Lorenzo Silva demuestra, como siempre, su gran oficio a la hora de trenzar historias de intriga, esta vez con Bevilacqua y Chamorro, con un elaborado enigma en torno al Camino de Santiago: La llama de Focea (Destino). Pero no quiero terminar sin hacer un pequeño homenaje a la que me ha parecido una de las editoriales del año (junto a otras muchas, que pueblan de manera casi milagrosa los escaparates de las librerías). Mi homenaje va para la ingente labor de Capitán Swing, en cuyo catálogo se acumulan cada vez más títulos extraordinarios, imprescindibles para entender el mundo de hoy y quizás el mundo de ayer.

Javier Pintor, formador, crítico y dinamizador cultural (A Coruña). Cada año también, Javier Pintor, formador, divulgador y crítico, participa en la selección de los mejores libros de los últimos doce meses para este periódico. Pintor hace para este periódico un listado exclusivamente de obras originales en español. Finalmente, menciona los mejores libros que, según su análisis, se han publicado en traducción desde literaturas foráneas.

1. ‘Mientras estamos muertos’, de José Ovejero. (Páginas de Espuma). Me parece un libro de relatos que se lee como una novela. Un juego de espejos entre el protagonista y el escritor. Ilumina una época de la vida que muchos hemos conocido. Para mí es el mejor libro del año.

2. ‘El río de cenizas’, de Rafael Reig (Tusquets). Me parece otra de las grandes novelas actuales y pienso que Reig merece mucho más reconocimiento. Aquí tenemos una historia sobre un anciano con dinero que sufre un ictus y es ingresado en una residencia. Asistimos a un repaso de su vida, de esa forma tan iluminadora que Reig domina a la perfección. Reig es un grandísimo escritor, grandísimo realmente. Una mente muy lúcida.

3. ‘Lugar seguro’, de Isaac Rosa (Seix Barral). Gran libro de 2022. Rosa, como me pasa con Landero, es para mí un autor fundamental de la literatura actual. Podría decir que todo lo que escribe me gusta. Tiene algo que ver con Ovejero, al menos en lo que se refiere a esa incursión, tan común a ambos, en el análisis social.

4. ‘Una historia ridícula’, de Luis Landero. (Tusquets). Creo que he leído casi todo lo que ha escrito Landero, y eso es porque se trata de uno de mis escritores favoritos. Muy cervantino, pero, al tiempo, muy a contracorriente. La creación de personajes y de atmósferas es incomparable. Sus personajes viven fuera del espacio y del tiempo, o eso me parece. Está entre esos escritores que tienen su lugar aparte.

5. ‘De bestias y aves’, de Pilar Adón. (Galaxia Gutenberg). Esta obra es magnífica. Me recuerda a cineastas como Guillermo del Toro, no sé... También me recuerda un poco a Martín Garzo. Lo digo por esa mezcla entre lo real y lo irreal, cómo atraviesas esos dos mundos simplemente abriendo una puerta, sin más, esa increíble capacidad para las conexiones entre universos.

6. ‘Obra maestra’, de Juan Tallón. (Anagrama). Tallón tiene, desde luego, una voz diferente en el conjunto de la literatura contemporánea. Aquí estamos ante un gran ejercicio narrativo, que mezcla muy bien el humor ácido y corrosivo, que él tiene, y que es muy galaico, con una estructura excelente, muy compleja. Es uno de los buenos libros de este año, especialmente por su concepción narrativa.

7. ‘Salvo mi corazón, TODO ESTÁ BIEN’, de Héctor Abad Faciolince. (Alfaguara). A Héctor Abad se le mide habitualmente por El olvido que seremos. Lo sé. Pero no se puede medir a un autor sólo por una obra, y menos aún por su mejor obra. Esta novela me parece buenísima. Córdoba, el protagonista, que es un cura, me parece un personaje fascinante. Es luminoso, pero hay mucha oscuridad alrededor de él. La idea, es, por tanto, sólida y muy bien elaborada. Quizás lo más interesante de esta novela sea la construcción de los afectos.

8. ‘Personas decentes’, de Leonardo Padura. (Tusquets). Su personaje, Mario Conde, me encanta. Esa intersección entre intriga media, recreación histórica y la recreación doméstica de la Cuba de los últimos cincuenta años me seduce mucho. Es su territorio y Padura eso lo hace de manera genial.

9. ‘Las herederas’, de Aixa de la Cruz. (Alfaguara). Aixa es una escritora y una pensadora fantástica. Todas sus novelas presentan un planteamiento que analiza muy bien el ‘zeitgeist’ de nuestro mundo. Aquí tenemos a estas cuatro mujeres, estas primas, que llegan a esa casa en herencia y cómo su mundo va siendo desvelado, entre la realidad y la fantasía, porque hay mucha magia en esta novela... Los remedios naturales, las hierbas del campo... Hay mucha reflexión en los libros de Aixa de la Cruz.

10. ‘La bajamar’, de Aroa Moreno. (Random House). Me encanta Aroa Moreno. Puede que este libro no sea tan redondo como La hija del comunista, de acuerdo, pero aun así es una gran historia. Una novela muy poética, con esas imágenes tan impactantes al principio (el niño ahogado) y al final. El tema de la dificultad de los arraigos familiares me interesa.

Por lo que se refiere a las obras extranjeras, en traducción (sigue diciendo Pintor) el mejor para mí es Theodor Kallifatides. Por supuesto, recomiendo todos sus libros, particularmente Timandra, también de 2022, y publicado en la misma editorial, pero señalamos ahora Amor y morriña, ese viaje de Grecia a Suecia, esa mirada al universo de la emigración, porque es el que Theodor acaba de publicar. Kallifatides es uno de los grandes descubrimientos literarios para mí, me acompañó con mucha intensidad en los últimos meses. No quiero dejar de citar otro gran libro, aparecido en Sexto Piso, Pequeñas desgracias sin importancia, de Miriam Toews, y, por ejemplo, Abejas grises, de Kurkov (Alfaguara) en esta ocasión sobre el mundo de las abejas con la guerra de Ucrania al fondo.

Ha sido (asegura Pintor), un buen año para el ensayo y para las biografías noveladas (o como quiera que se llamen). Quiero destacar sobre todos a Colm Tóibín. Ahora, su trabajo sobre Mann nos llega con tanta calidad como aquel El maestro, sobre Henry James. El mago: la vida de Thomas Mann (Lumen) me parece sin duda uno de los grandes libros de 2022.
Ah, y uno más. El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero (Seix Barral), también entre mis preferidos.

Esther Gómez, Libraría Moito Conto, A Coruña. La popular librera coruñesa, que cada año ofrece en este periódico una lista de los mejores libros, me asegura que “si bien 2022 no ha sido un año que haya provocado grandes sacudidas en el territorio de la literatura”.

1. ‘Obra maestra’, de Juan Tallón. (Anagrama). Una de las primeras sorpresas del año, Tallón evoluciona constantemente sorprendiendo con cada obra publicada, en esta ocasión extrae literatura de un hecho ocurrido hace años y publicado en la prensa de entonces: la misteriosa desaparición de una escultura de treinta y ocho toneladas y todos los movimientos que provoca en ministerios y departamentos varios de la España más chapuzas.

2. ‘La ciudad de los vivos’, de Nicola Lagioia. (Random House). Una joya escrita con cuidado estilo periodístico. La muerte de un chico a manos de dos niños bien de la Roma oscura puede parecer una novela negra con misterio por resolver. Laioia narra un hecho que conmocionó Italia en una gran novela, dura, despiadada en la superficie, con mucha reflexión abierta en el fondo. Es el libro que más debates ha abierto con los lectores que pasan por mi librería en A Coruña. No hay indiferencia posible.

3. ‘Tierras muertas’, de Nuria Bendicho. (Sajalín editorial). Impresiona el relato en trece voces de un hecho dramático en una familia a la que la miseria y los secretos mantiene en una vida de negritud vital y doméstica. Tal vez no nos creamos del todo la expresión oral de algunos de los personajes, pero nos ha gustado muchísimo la novela.

4. ‘Betty’, de Tiffany McDaniel. (Hoja de lata Editorial). Betty Carpenter es la joven cheroqui protagonista de esta historia de dolor, una joven única heredera entre ocho hermanos del color de piel de su padre. Con muchas historias dentro de la principal haciendo crecer el argumento, acompañamos a una familia norteamericana peculiar cuyos miembros son todos especiales. Betty es un gran viaje, una novela de emociones profundas, duro, tierno, con amor por la naturaleza y tradiciones familiares con lenguaje vibrante.

5. ‘Los extraños’, de Jon Bilbao. (Impedimenta). Entre mis autores españoles favoritos está siempre Jon Bilbao. Hace un par de años me fascinaba con Basilisco, del que esperamos nueva entrega en el 2023 con ansia lectora, y este año me ha encantado leer y recomendar mucho Los extraños, una novela corta de limpia perfección literaria. La prosa de Jon Bilbao es, sin duda, de lo mejor del año.

6. ‘La familia’, de Sara Mesa. (Anagrama). Sara Mesa ofrece pero no juzga, ni siquiera me hace sentir que sea yo la que tiene que juzgar. Todo está en el ojo clínico e incisivo de la escritora para narrar los comportamientos humanos. Un libro fácil de leer y del que salir con la hipocresía y las miserias domésticas en los bolsillos. La familia tradicional ha estado siempre en crisis, pero algunas se han sometido a las rígidas normas con la mejor de las sonrisas. También hay puertas y ventanas que se abren, hijos pequeños que cambian los rumbos.

7. ‘Las leyes de la ascensión’, de Céline Curiol. (Coedición de Errata Naturae y Periférica). Es uno de los grandes novelones del año, por extensión y por calidad. Moderna en todos sus aspectos, ofrece un retrato contemporáneo desde Paris para reflejarse en alguno de sus seis espléndidos personajes.

8, 9. y 10. ‘Vivir con nuestros muertos’ y ‘Buena suerte’, ambos en Libros del Asteroide al igual que 14 de abril, de Paco Cerdá, también en esta editorial, son tres de los libros que este año mejor me lo han hecho pasar; Vivir con nuestros muertos podría considerarse un híbrido entre ficción y ensayo, y el de Cerdá es además Premio de Ensayo de la editorial del asteroide.

Podríamos añadir algunos más que también merecen estar en esta lista, al menos en mi opinión (me dice Esther). Por ejemplo, un libro, que puede considerarse ensayo, titulado Agua y jabón, de Marta D. Riezu (Anagrama). Un libro encantador lleno de reflexiones apacibles.

Ahora disfruto del último de Corman McCarthy, recién llegado a las librerías, El pasajero-Stella Maris, en Random House, y uno de los libros más esperados del año. También la excelente edición de La Ilíada con las ilustraciones exquisitas del gran Calpurnio, tristemente fallecido estos días (Blackie Books), se puede considerar uno de los libros del año.

Por supuesto, si pensamos en la obra de toda una vida, es el momento de acercarse a Annie Ernaux, con Pura Pasión (Tusquets) o Memoria de chica y Una mujer (Cabaret Voltaire), o a la poesía de Rafael Cadenas.

MERCEDES CORBILLÓN, LIBRERA (CRONOPIOS, PONTEVEDRA Y SANTIAGO DE COMPOSTELA), ESCRITORA Y COLUMNISTA. Citaré solamente cinco libros (me dice Corbillón) que considero imprescindibles, para facilitar las cosas al lector. Por supuesto, el orden no es estricto, pero puede ser indicativo.

1. ‘Obra maestra’, de Juan Tallón. (Editorial Anagrama). Este es quizás el mejor libro del año. Es una novela muy ambiciosa, muy original, como todo lo suyo, que parte de una idea esquinada y extraña. Su literatura es muy personal, lo sabemos. Mi libro favorito de 2022.

2. ‘El último hombre blanco’, de Nuria Labari. (Random House). Otro gran libro de este último año. Sus novelas están siempre llenas de ideas, son muy profundas y brillantes. Nadie como ella para diseccionar la realidad. Su estilo es increíble, sus párrafos son a menudo subrayables, te hace pensar todo el rato. Esta novela merece mucha más repercusión porque es de las grandes.

3. ‘Vivir con nuestros muertos’, de Delphine Horvilleur (Libros del asteroide). La filósofa francesa aborda nuestra relación con los difuntos. Es un ensayo extraordinario sobre la muerte y sobre el duelo, un libro hermosísimo sobre el acompañamiento de los vivos que despiden a sus seres queridos.

4. ‘La ciudad de los vivos’, de Nicola Lagioia. (Random House). Una travesía dura, cruda, una narrativa monumental. Es una novela que te toca en lo más hondo, que te trastorna, que te hace pensar en qué tipo de sociedad vivimos. Horror a flor de piel en esta historia muy muy oscura sobre dos jóvenes bien que acaban a cuchilladas con otro joven de familia humilde al que apenas conocen. Es tormentosa, reveladora hasta el dolor.

5.- ‘Ceniza en la boca’, de Brenda Navarro (Sexto Piso). Es también una novela llena de oleaje emocional, de turbulencias, sobre cómo superar el suicidio de un hermano adolescente. Es una novela sobre cómo encarar la vida, a través de las telas de la muerte, sobre lo distinto, sobre el desarraigo. Navarro me parece una autora fundamental, y este libro es deslumbrante.