¿Viajamos con el mono gramático Luis Mazarrasa?

“A los dioses no hay que temerlos. La muerte no es algo de lo que haya que preocuparse. Es fácil conseguir lo bueno. Lo terrible es fácil de soportar”. ‘Las cuatro hierbas curativas’. (Epicuro)
Roberto Carlos Mirás
Luis Mazarrasa Mowinckel es periodista y escritor de numerosos libros de viajes.

En un país en donde hay cuatrocientas quince lenguas de las cuales su Constitución reconoce dieciocho como oficiales, nos encontramos con períodos que no han sido bien divulgados y quizás tenemos que hacer caso de aquellas palabras pronunciadas en su momento por el escritor y político Krishna Kripalani: “No es inusual en un hogar indio ver a los padres conversar entre ellos con una lengua, hablar con sus hijos en otra, dirigirse a los criados en una tercera y atender a los visitantes o huéspedes en una u otras lenguas”. Luis Mazarrasa Mowinckel (Santander 1958), autor de numerosas guías de viajes, lo ha vuelto a conseguir. Primero lo hizo con numerosos artículos de sus distintos viajes a los cinco continentes en los que contaba cuales habían sido sus grandes aventuras. Podía encontrarse de viaje en Filipinas o en India, pero al mismo tiempo no se olvidaba del periodismo y de su hermana la crónica.

En su Viajero al Curry describe un lugar geográfico y cuenta lo que en él mismo vivió, además de aquellas anécdotas que él consideró más interesantes. Pero algo le quedaba en la cabeza a este explorador intrépido que publicó más de cuarenta títulos en la colección Guías Azules como India, Camboya, Nepal, Siria y Líbano, entre otros

LA NOVELA. También se introduce en la novela, en esa parte de la Historia que para algunos es totalmente desconocida y que nos hace volver a sus páginas una y otra vez. Cuando hablamos de estos países nos llevamos siempre las manos a la cabeza al vernos rodeados de fantasía o de mitos que se han ido creando a lo largo de los años y estas obras son una muestra clara de ello.

¿SUS PROTAGONISTAS? Muchos han sido los que han hablado, pero nadie se ha sumergido como Mazarrasa en la vida y en la obra de Humayun, emperador de la India, estudiando ese período para luego plasmarlo en una obra literaria contando detalle a detalle como fueron su vida y sus milagros. A través de una lectura accesible viajamos al año 1530 cuando un joven príncipe hereda el trono del Imperio Mogol que su padre, Babur, ha instaurado después de derrotar al Sultanato de Delhi, un regalo envenenado como cuenta el autor.

La tumba de Humayun en Delhi significó un gesto de piedad y afecto por parte de su primera esposa, Haji Begam. Catorce años después de enviudar, en 1564, ordenó a su arquitecto Mirak Mirza Ghiyas la construcción de un mausoleo que recordará al segundo emperador mogol, para lo que destinó a las obras un millón y medio de rupias. «Hay que tener en cuenta que durante el reinado de los mogoles (siglos XVI y XVII) el emperador de la India estaba considerado en la vieja Europa como el monarca más poderoso y rico que existía sobre la tierra –escribe el indólogo y escritor Fernando Rubio Milá– a lo que añade que fueron los mogoles quienes descubrieron Cachemira y se enamoraron de ella, del gran valle encantado.

Pero pocos, en realidad, saben y sabían como era exactamente ese país que en la actualidad, como apunta el escritor Patrick French, es una de las economías más pujantes del planeta. Pero ¿Cómo ha sido y es su Historia? ¿Existe alguna relación entre un convento en Occidente y un templo en Oriente? ¿Qué tiene Benarés o Varanasi? ¿Cuántos ghats nos encontramos al visitarlos y cómo eran esos lugares en esa época? Si retrocedemos en el tiempo, como ha hecho nuestro autor, nos encontramos con un protagonista supersticioso, opiómano, mujeriego y amante del vino y, al mismo tiempo, caudillo valiente en una obra que nos hace volver una y otra vez a la historia, a la cara y la cruz de un personaje como este emperador en un período corto de tiempo.

¿Y EN ESTA OBRA? Esta obra llena un vacío que hasta ahora no sabíamos quizás ni que existía. Pero también nos introduce en una época en donde el famoso Taj Mahal es el símbolo de amor de su marido por su esposa y el mausoleo de Humayun en Nueva Delhi en donde ejemplifica el amor de su esposa por su marido considerándolo así el primer monumento mogol de importancia y sintetizando de alguna forma las tradiciones de Persia, Asia Central y el arte nativo, donde vemos en el mismo un auténtico legado y símbolo de amor de la época mogol. Como Humayun aquel 24 de enero de 1556 adentrémonos en nuestras bibliotecas y pasemos una a una las páginas de esta obra realizada por Luis Mazarrasa, sinceramente, merece la pena. Pero Luis Mazarrasa no se ha quedado a escribir este u otros trabajos... si no que opina que se divierte, en definitiva, con lo que escribe.

¿Quien es Luis Mazarrasa? Después de haber escrito los trabajos anteriores la figura de este escritor y aventurero nos recuerda cuando hablaba de América o de los Estados Unidos en aquel lejano programa del escritor Fernando Sánchez Dragó pero a Mazarrasa también se le puede ver viajando, hablando sobre India con Javier Moro y con el gran viajero Ángel Martínez Bermejo (Mango con Pimienta. Un viaje a Kerala) o el fotógrafo Ángel López Soto y compartiendo micrófono con Blanca Martín y Jaime Barrientos (La espada de Alejandro). Como los viajes nunca pasaran de moda, ahora mismo podemos encontrar uno nuevo

Aunque si algo se lleva dentro de uno nunca es nuevo, siempre está ahí... Era hora de que un autor escribiese algo sobre Indochina, Vietman y Camboya... Un libro que de alguna forma se suma a los trabajos anteriores publicado en una nueva editorial, Nueva Estrella, iniciando un camino a la literatura de viajes sumergida entre la tradición y la modernidad que nos acerca a países lejanos pero, a la vez, cercanos...

Del Napalm al iPhone. Fue el periodista madrileño Vicente Romero quien escribió aquel Pol Pot. El último verdugo. Viaje al genocidio de Camboya, que nos lo recuerdan mucho las páginas de este nuevo trabajo de Mazarrasa. Los países, en la medida de sus posibilidades, se descubren a sí mismos e invierten y juegan unos con otros llenos de tecnología o de medios que no lo son tanto. Quizás por eso el título del libro, Del Napalm al iPhone. Viaje por Indochina nos acerca a los testimonios de las víctimas del napalm o a aquel terrible agente Navaja irrigado por los norteamericanos que se encuentran en todas las salsas o los campos de exterminio de los Jemeres Rojos y también siguiendo las huellas del escritor francés Pierre Loti (La India. Sin los ingleses) o las del corresponsal de guerra Michael Herr, testigo de los horrores de la Guerra de Vietnam dando lugar con sus crónicas a lo que se denominaría el nuevo periodismo.

Pero este volumen es algo más. Luis acaba de publicar un nuevo artículo en el diario El País bajo el titulo Bombay. La capital del cine de la India, este trabajo publicado en una editorial de Nuevo Cuño nos habla también de una cultura y de como son sus gentes aportando la sabiduría de un buen periodista de viajes y la cara y la cruz que el autor se ha encontrado. En un momento en que todo está en internet necesitamos trabajos de doscientas páginas como este o más que son las que tenían que estar.

Entremos en la lectura y saboreemos las páginas de este volumen. Y al final nos preguntaremos ¿estará la editorial a la altura? Eso tan solo ustedes los lectores lo pueden resolver. “El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años, se queda como un ignorante en la oscuridad. Y sólo vive el día”, Goethe. Y ahora tras un tiempo de reflexión el propio Luis de la mano de Almuzara nos sorprende con su nueva exploración y aventura en su nuevo La ruta de los mogoles. Un viaje de Samarcanda a Hyderabad, donde en 1526 un Ejército formado por tribus y clanes turco-mongoles derrota en el norte de la India al último monarca del Sultanato de Delhi.

Cerramos con unas palabras del propio autor: “He estado un montón de veces en Nueva Delhi, al menos diez, y aunque desde mi primera visita hasta la última han pasado treinta años, en muchos aspectos la ciudad no ha evolucionado apenas, o lo ha hecho a peor”, pero aún así visitemos como el autor Agra, el Fuerte Rojo, construido por el emperador mogol Sha Jahan que también realizó el Taj Mahal en Agra.

Testigos de la historia.