Antonio López hace patente su deseo de seguir en el cargo al rematar su mandato

En la inauguración oficial del curso en la USC, hizo balance de su etapa como rector, marcada en la segunda parte por la pandemia // Reclama una inversión adecuada en ciencia e innovación
Inicio de curso universitario
Charo Barba

Podría ser la de este viernes la última inauguración oficial del curso académico de la Universidade de Santiago (USC) presidida por el rector Antonio López, pero no es esa la intención del también catedrático de Derecho Financiero y Tributario.

Y es que el remate de su discurso lo dejó claro: “No están resueltos, ni mucho menos, todos los problemas de la Universidad, pero, a pesar de todas las dificultades aún no superadas, quien les habla conserva toda la ilusión por el futuro y está dispuesto a seguir poniendo todas sus ideas y sus capacidades al servicio de esta Alma Mater Compostelana a la que tanto le debemos, si la comunidad universitaria así lo quisiera”.

El ejercicio 2021-22 será el cierre de un ciclo que comenzó en junio de 2018, cuando se convirtió en rector por abrumadora mayoría.

El curso vivirá un proceso electoral no sólo para elegir a la futura cabeza de la USC, sino también a los representantes en el Claustro. La segunda parte de su mandato estuvo marcado por la pandemia, de la que felicitó a toda la comunidad universitaria por su implicación y, en especial, al estudiantado, que, aseguró orgulloso, “demostró en sus comportamientos una responsabilidad no siempre reconocida”.

Después de manifestar la ilusión con la que comienza este curso, aunque preocupados todavía por la situación sanitaria, se mostró confiado en que el alto porcentaje de vacunación de la comunidad universitaria que permite medidas suavizadas en lo que a distancia de seguridad se refiere, permita también “albergar la esperanza razonable de una evolución positiva que nos acerque cada vez más a la ansiada normalidad, caracterizada por la vuelta a la presencialidad plena”.

Antes fue desgranando las promesas cumplidas en esta etapa concentradas en cuatro grandes puntos. Abrió el camino con el relevo generacional, una necesidad tan evidente que podría poner, por los procesos de jubilación, en riesgo la continuidad y mejora de docencia, investigación y transferencia.

Un plan plurianual de actuaciones que permitió, en los tres primeros años (2019- 2020 y 2021) crear 150 plazas de profesorado ayudante doctor; incorporar 24 docentes en otras figuras de profesorado; 55 puestos de profesorado contratado doctor; y, a través de la promoción en la carrera académica 114 plazas de profesorado titular y 97 de catedrático. Asimismo, se convocaron 123 puestos para el personal de administración y servicio, tanto de acceso libre como de promoción interna.

En la redefinición de la oferta docente, otra de las cuatro patas que describió, destacó la implantación de nuevas titulaciones, con incidencia especial en el campus de Lugo, donde se produjo un cambio de tendencia del alumnado de primer curso, pasando de 4.173 en 2018 a 4.637 estudiantes este curso, lo que representa un aumento del 11 % en el cómputo global, pero más de un 38 % en los datos del Campus Terra.

El proceso continúa con la tramitación, ahora, de un grado en Inteligencia Artificial que se implantará el próximo curso en las tres universidades gallegas y otras propuestas de másteres, además de programas internacionales como la Universidade sen Fronteiras, fruto de una colaboración entre el SUG y las del norte de Portugal.

En el apartado dedicado a investigación y transferencia de conocimiento, Antonio López sacó pecho al recordar que la USC se encuentra entre las doce mejores universidades de España y las 500 del mundo, donde, dijo, “hay más de 26.000”. En esta línea, el rector puso el foco en la necesidad de que la financiación “no dependa casi en exclusiva de fórmulas de subvención”.

Para conseguirlo, aseguró que se trabaja en “robustecer” los centros, institutos y estructuras de investigación en todas las áreas de conocimiento para hacerlas más competitivas. Destacó fórmulas interuniversitarias como el Citmaga (Consorcio Centro de Investigación y Tecnología Matemática en Galicia) en Matemáticas y el Cispac (Centro de Investigación Singular dos Paisaxes Culturais) en Humani- dades y Ciencias Sociales.

Por último, el rector habló de la situación de las infraestructuras, después de un decenio de crisis financiera, y del ambicioso plan que presentó su equipo, que ronda los 80 millones de euros y marca como prioritario el proyecto de la Cidade da Saúde, un edificio que albergue las facultades de Farmacia y Enfermería, además de otras dotaciones para investigación.

“No se trata de incrementar metros, porque no es necesario ni a corto ni a medio plazo, sino de buscar el uso más eficiente de la superficie construida, optimizar el consumo energético y reducir gastos corrientes”, manifestó Antonio López, que también hizo mención a la gestión de la deuda de la USC con la que se encontró.

Así, explicó que todos los esfuerzos se encaminan a la reducción de gastos, que permitirán rebajar la deuda a 17 millones de euros frente a los 30 de hace cuatro años.

Tras el deseo expresado por la profesora Estévez Toranzo de que la concienciación de la sociedad a raíz de la crisis sanitaria provocada por el covid, añadió que también deberían hacerlo “los responsables de los distintos niveles de gobierno”, ya que solo “una inversión adecuada en ciencia e innovación permitirá encontrar soluciones a situaciones de este tipo –en alusión a la pandemia– que, con certeza, se repetirán”.

En este sentido, alcanzar un Plan de Financiamento para el quinquenio 2022-2026 que ahora se está negociando conforma, dijo, “un reto de este curso”.

Esta responsabilidad, a la que recordó que se puso cifra en el acto de inauguración de curso del Sistema Universitario Galego (SUG) hace una semana, “no puede hacerse recaer de manera principal sobre la limitada capacidad de las universidades para obtener ingresos, sino que requiere un compromiso decidido de la Administración competencialmente responsable como es la comunidad autónoma”. La cifra la puso el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al mencionar la necesidad de “movilizar” –”y las palabras son importantes”, matizó este viernes el rector– 3.000 millones de euros en cinco años.