As Percebeiras propicia la última polémica del urbanismo coruñés

Desde hace décadas la amplia parcela permanece sin edificaciones // Por ahora, ningún proyecto prosperó, y el actual está en el trámite ambiental en la Xunta
Urbanismo
Alberto Martínez
Imagen general del proyecto previsto para la parcela de As Percebeiras en el barrio de Labañou. Foto: Concello A Coruña

Hace algo más de medio siglo comenzó en la ciudad herculina un desarrollismo excesivo basado en altos edificios acordes con la relación de la anchura de las calles según el PXOM vigente entonces. Con ello el déficit de zonas verdes aumentó pero también aparecieron problemas judiciales promovidos por ese modelo de urbanismo. Así llegaron sentencias como las bastante conocidas del polígono de Someso o el edificio del Conde de Fenosa, que hubo que abonar o pactar acuerdos.

Ahora, el proyecto urbanístico de As Percebeiras provoca desde el verano cierta polémica en la urbe herculina. Las reivindicaciones de los vecinos rechazan la construcción de 12 bloques en los que se distribuirán 371 viviendas, siendo el 40% de éstas (148) destinadas a protección oficial. Además en el plan el PXOM reserva 359 plazas de aparcamiento, unos 13.676 metros cuadrados de espacios libres y otros 1.598 más para equipamientos.

La aprobación por la Junta de Gobierno Local del Concello del Plan especial de Labañou, promovido por la asociación de propietarios As Percebeiras el pasado 29 de julio de 2020 fue el detonante. El proceso se encuentra con el expediente enviado a la Xunta para su evaluación ambiental, un trámite necesario para que se apruebe en el pleno.

Este ámbito de suelo urbano no consolidado, según el PXOM vigente tiene de 43.941 m², con una superficie edificable de 60.000 repartida en un 83,33 % de uso residencial colectivo (49.998) y un 16,67 % de uso terciario (10.002). La parcela es una pradería libre de edificios desde la que se ve todo el frente litoral de la torre de Hércules y parte de la ensenada del Orzán, y los vecinos aspiran a tener un parque para el disfrute ciudadano acorde a las tendencias de las urbes del futuro.

Según la ficha del PXOM el objetivo de la urbanización es la de conectar las avenidas de Labañou con la Ronda de Outeiro, obtener un espacio libre junto al paseo marítimo que permita la conexión entre los jardines Torrente Ballester, y el propio paseo, y concentrar la edificación al otro lado del nuevo viario a construir.

Pero los vecinos del barrio siempre insistieron en que fuera zona verde, o tuviera el mínimo impacto visual. Recuerdan que en PXOM anteriores se había reservado la zona para un equipamiento escolar, en referencia al de 1985, y son sabedores que en el siguiente de 1998, con un ámbito inferior de poco más de 37.000 metros cuadrados y una edificabilidad que no llegaban a los 31.000, es la mitad que permite el ordenamiento actual en vigor.

La petición de los promotores para construir esta urbanización no es de ahora, porque ya había chocado con el Ejecutivo precedente de la Marea Atlántica. En octubre de 2017, el entonces alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, informó del trabajo que se estaba desarrollando con la comisión gestora del polígono para acordar un planeamiento en ese sector “más respetuoso con el borde litoral y acorde con un urbanismo no agresivo, con un volumen edificatorio más razonable”. Pero cambió el Ejecutivo local.