Condena al falso médico Coté a cuatro años y medio de cárcel

Sentencia del Supremo por la clínica alicantina // Pendiente el juicio por el caso de Ferrol
Patricia Hermida
doce años a la espera. José Manuel López Pérez, conocido como Coté, en los Juzgados de Ferrol tras su detención en el año 2008. Foto: Kiko Delgado

Desde hace 12 años, los más de cien afectados en Galicia por el caso Coté continúan a la espera de juicio. En febrero de 2008, este ferrolano era detenido en su ciudad por ejercer de médico sin tener titulación y por provocar lesiones supuestamente entre parte de sus pacientes. Tras seis meses en prisión, quedaría libre en agosto de ese año y abriría otra clínica en Vinaròs (Castellón). Por sus actividades delictivas en esta provincia valenciana acaba de ser condenado por el Tribunal Supremo a cuatro años y medio de prisión. La Sala II de lo Penal confirma que José Manuel López Pérez cometió los delitos de intrusismo y estafa. Y eleva la pena inicial, que era de dos años y nueve meses de cárcel por parte de la Audiencia de Castellón, “por recaer el engaño en un bien de primera necesidad como la salud”.

Coté no cometió estos delitos en soledad. También ha sido condenado a cuatro años y medio otro falso médico, que junto al ferrolano estafó a una veintena de pacientes en Vinaròs. Se trata de Frederic Gisbert, al que la Audiencia Provincial sentenciaba en un principio con tres años. El Supremo considera además válida la prueba de una cámara oculta, en una grabación en la clínica para el programa de televisión Diario de (emitido en Telecinco).

¿Qué ocurre con los más de 100 pacientes que presentaron denuncia por el caso de Ferrol? El macrojuicio estaba previsto para el 2 de abril en la Audiencia Provincial de A Coruña, con cuatro meses de duración. Pero se ha caído del calendario judicial debido al impacto del coronavirus. Según fuentes de la acusación particular, todavía no hay fecha para su celebración. La Fiscalía pide aquí 334 años de cárcel para Coté: nueve por intrusismo, continuado de estafa y continuado de falsedad; cuatro por un homicidio por imprudencia grave; seis por lesiones con deformidad; cinco por cada una de las 63 lesiones con instrumento peligroso; y subsidiariamente, cuatro por delito contra la Hacienda Pública, en caso de absolución en estafa. Su mujer María Susana Rodríguez también está acusada, y para ella se solicitan tres años por presunto delito de blanqueamiento de capitales.

En la Audiencia Provincial de Castellón, la Fisalía pedía en un principio 22 años para cada uno de los acusado. Pero al final del juicio rebajó la solicitud a la mitad, a 11 años. Según el Tribunal Supremo, los ahora condenados a cuatro años y medio ejercían como médicos sin la titulación requerida y engañaron a una veintena de pacientes en una clínica de Vinaròs. Allí se presentaban como facultativos, “examinaban a los enfermos, diagnosticaban dolencias de todo tipo y prescribían tratamientos, incluso algunos con células madre, trasplantes y cirugías no menores”. El Supremo también indica que “uno de los condenados contaba con un título privado de terapias naturales, y el segundo con títulos extranjeros relacionados con ciencias de la salud... pero ninguno tenía la titulación reconocida en España para ejercer la medicina”.

El dictamen del alto tribunal puede sentar precedente para el caso gallego, una vez se celebre el juicio. El Supremo ha estimado además el recurso de la Fiscalía, y desestima íntegramente los de los acusados. También condena a María Josefa Álvarez, esposa de Gisbert que ejercía de recepcionista, con dos años y mes de prisión como cómplice de intrusismo y estafa.

Insiste el Supremo en que los falsos galenos excedían el ámbito de la medicina alternativa. Y reconoce indemnizaciones por 137.000 euros para 22 perjudicados, la mayoría por daños morales.