Prologado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el extitular del Gobierno de España Mariano Rajoy Brey, José Manuel Romay Beccaría presentó sus memorias, en las que relata 60 años de vivencias políticas y aporta su pensamiento, cautivado por el liberalismo reformista TEXTO Alberto Martínez

“Disfruté haciendo lo que me gusta”

Política
Alberto Martínez
José Manuel Romay Beccaría, flanqueado por Mariano Rajoy Brey (i) y Alberto Núñez Feijóo, ayer. Foto: Cabalar

“En mis sesenta años de servicio a Galicia y España disfruté haciendo lo que más me gusta. Y de ello dejo testimonio en mis memorias para animar a los que sienten la vocación política a que sigan ese camino, que le dará, en expresión de Popper, más felicidad de la que nunca pudieron merecer”, expresó ayer José Manuel Romay Beccaría (Betanzos, 1934) en la sede de Afundación, en A Coruña, durante la presentación de su libro de memorias, titulado José Manuel Romay Beccaría, vida y pensamiento político.

Lo hizo en una intervención que fue prologada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el expresidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy Brey. Ambos elogiaron su doble vertiente de servidor público, como letrado del Consejo de Estado e incansable trabajador en las administraciones, y como político en Galicia y en España.

Rajoy, que señaló que desde 1981 están en contacto, recomendó “vivamente” leer este libro “extenso, sólido, casi enciclopédico”, de un hombre “culto y bueno”, y de un político que “ha sido un gobernante serio, que genera confianza”. “Un valor seguro que sabía y entendía de lo que hablaba, que valoraba los pros y los contra y decidía siempre en función del interés general”, agregó.

“Pertenece a esa estirpe de servidores públicos de los que hoy no andamos precisamente sobrados”, comentó. y recordó que en 1964 Romay diseñó la operación logística para la vacunación de la poliomelitis a todos los niños de España, consiguiendo el objetivo de la erradicación, “por lo que obtuvo el reconocimiento de la OMS”, dijo.

Por su parte Núñez Feijóo aseguró que “sin Romay no se entiende ni se comprende la historia española ni la gallega reciente”, y opinó que “estamos hablando de un hombre de la transición, o mejor dicho, de las transiciones: de la que convierte a España en una democracia y de la que hace de Galicia una autonomía constitucional y solvente”.

Destacó, además, que “el ejercicio de la política para Romay es incompatible con la frivolidad y los gestos vacíos”, ya que “como decían los romanos, un buen gestor de la res pública no se improvisa”. Y apuntó que Romay “goza del aprecio de los gallegos”, porque “cumplió siempre con su deber, mantuvo su honestidad de forma inalterable durante 60 años, no tuvo más interés que el de acertar, y nunca defendió más que los intereses generales”.

AGRADECIDO. En su turno de palabra, Romay devolvió los elogios a Núñez Feijóo y Rajoy, de quienes aseguró que “encarnan, como pocos, altos niveles de excelencia como políticos y como personas”, además de poner en valor que “su inteligencia y honestidad los colocan a la cabeza del escalafón de la política española”. Recordó también a su progenitor, el ejemplo que determinó su vocación política. “Al igual que él y Valclav Havel, yo entiendo la política como una manifestación del deseo de contribuir a la felicidad de la comunidad”, manifestó. Y añadió: “Los políticos no son amos, sino servidores del interés general”.

Centrando sus palabras en sus vivencias, Romay describió que “a partir de 1975 este viejo Reino de España, de la mano de su Rey, escribió una de las páginas más hermosas de su historia”. “La España de muros desmoronados de Quevedo, cuya historia, según Ortega, era la historia de una decadencia, dio una lección inesperada e inolvidable al mundo”, declaró el político escritor.

Consideró que los años de la Transición fueron “un inmenso éxito colectivo, un inmenso triunfo de España y los españoles, le pese a quien le pese”. Por ello, opinó que la actual “desafección entre los ciudadanos y la política que promueven populistas y demagogos irresponsables es tremendamente peligrosa”.

De la crisis catalana afirmó que es “el mayor desafío al que se enfrenta nuestro país”, y defendió la actitud del expresidente Rajoy al respecto. “Se mantuvo firme y limitó el diálogo con los políticos de la Generalitat a cuestiones que se pueden resolver en el marco de la Constitución y la ley, que fue rechazado reiteradamente por los nacionalistas”.

Y aseguró que “no es verdad que España robe a Cataluña; no lo ha hecho nunca”. Así, les recordó a los que votan opciones independentistas que “a pesar de la crisis, el Gobierno de la nación ha facilitado la financiación de la Generalitat y de los servicios públicos que de ella dependen, evitando su quiebra”.

“Queremos que siga siendo la tierra acogedora y solidaria que siempre ha sido con los demás pueblos de nuestro país. Una tierra llena de mujeres y hombres, de obras y realidades que a todos nos llenan de orgullo. Los españoles sentimos a Gaudí, Dalí y Plá como a Goya, Picasso o Lorca”, describió sobre Cataluña.

REFERENTES. Sobre su otra faceta en el libro, su pensamiento, señaló: “Mis memorias serían incompletas, sin que dejara testimonio de la importancia que han tenido para mí los intelectuales a través de los que fui conociendo mejor la realidad”. Así citó a Raymond Aron, Ralf Dahrendorf, Ernst Gellner, Giovanni Sartori, Anthony Giddens, John Gray y Víctor Pérez Díaz, y a los que calificó de “definitivamente inmortales: Nicola Maquiavelo, Alexis de Tocqueville y Max Weber”.

Como “precursores e inventores del Nuevo Paradigma”, son “los apologistas de la sociedad abierta y los agentes empeñados en resolver la nueva cuadratura del círculo político: aquella que pretende, al mismo tiempo, generar riqueza económica, promover la cohesión social y garantizar la libertad individual”.

Aunque fue una presentación casí íntima por las limitaciones impuestas por la pandemia, fueron innumerables las personas que la siguieron a través del streaming abierto en internet. Núñez Feijóo expresó la intención de que en el próximo año, una vez superada la crisis por la pandemia, se volviera a repetir en un acto multitudinario. Ayer en el salón de actos de Afundación se encontraban, entre otros, el vicepresidente del Parlamento de Galicia, Diego Calvo; y la cúpula de Abanca con Juan Carlos Escotet, Javier Etcheverría y Francisco Botas.