El AVE vence a la orografía gallega

El tramo Pedralba-Ourense, que entró ayer en funcionamiento, atraviesa el macizo ourensano a través de 31 túneles y 32 viaductos // Hay un ahorro en tiempos de viaje y más oferta de conexiones
Transporte
Lorena Rey
conexión galicia-madrid. Obras en el tramo Pedralba-Ourense, el último que entró en servicio, en una imagen de 2020. Foto: Brais Lorenzo

Pese a los veinte años de obras y proyectos, pese a los vaivenes políticos y paralizaciones debidas a la crisis y otros factores administrativos, el AVE a Galicia ya es una realidad. La comunidad afrontó ayer la inauguración de su línea de alta velocidad con la satisfacción de ser la primera comunidad del norte de España que cuenta con una vía de altas prestaciones ininterrumpida entre las principales ciudades gallegas y Madrid.

Este gran hito tuvo su primer episodio histórico a finales de 2011, con la entrada en servicio del tramo de 150 kilómetros entre Ourense, Santiago y A Coruña. Tras la puesta en servicio de la línea entre Olmedo y Zamora en 2015, la conexión ferroviaria de Galicia con el centro de la península ibérica se cerró finalmente con la finalización de tres tramos que suman cerca de 230 kilómetros: Zamora-Pedralba de la Pradería, que se inauguró en octubre de 2020 y ahora el tramo Pedralba de la Pradería- Ourense, de una longitud de 119,4 kilómetros, que supuso una inversión de 2.965 millones de euros.

Este último trayecto ferroviario supondrá para los viajeros una reducción considerable de tiempo, tanto en su trayecto a Ourense como en las conexiones a otros puntos de Galicia. En concreto, los trenes de Vigo y Pontevedra recortarán sus tiempos actuales en 54 minutos; los de Santiago, 1 hora y 4 minutos; los de A Coruña, 1 hora y 3 minutos; y los trenes a Lugo acortarán en 57 minutos la duración de su viaje.

En total, la duración de los trayectos serán la siguiente: Madrid-Ourense se hará en dos horas y cuarto; Madrid-Vigo, en cuatro horas y 16 minutos; Madrid-Pontevedra, en cuatro horas; Madrid-Santiago, en tres horas y 20 minutos; Madrid-A Coruña en 3 horas y 51 minutos; y Madrid-Lugo en cuatro horas, 46 minutos. Estos tiempos serán reducidos en 20 minutos una vez se ponga en servicio la nueva maquinaria de trenes, Avril, que alcanzarán los 330 kilómetros por hora.

La orografía de la zona fue desde el primer momento un grave problema para la puesta en marcha de este proyecto titánico, tanto por inversión como por tiempo de realización. Tal y como explica el Ministerio de Transportes en su web, el tramo más complicado ha sido el de unión de Pedralba de la Pradería (Zamora) con Taboadela (Orense), de 103,4 kilómetros: “Es el tramo más complejo de toda la línea desde el punto de vista orográfico y geotécnico. Esta circunstancia y la premisa de conseguir unos parámetros propios de alta velocidad obligan a que gran parte del trazado discurra entre túneles y viaductos de grandes dimensiones hasta su destino final, la estación de Ourense. El tramo atraviesa las montañas del macizo central ourensano gracias a la construcción de 32 viaductos y 31 túneles, muchos de ellos bitubo, es decir, con un tubo para cada vía. De los 103,4 km del tramo Pedralba-Taboadela, tres cuartas partes se han construido en dos plataformas paralelas independientes, una para cada vía”.

Esta situación hace necesario crear mucha infraestructura. De hecho, se construyeron 26 kilómetros de túneles para la doble vía, “siendo el más largo el túnel de O Corno (8,6 km) y casi 11 kilómetros de viaductos, de los que el más largo es el viaducto de Requejo para vía doble (1,72 km) y el más emblemático el viaducto doble de Teixeiras, de 508 metros de longitud, con una altura máxima de más de 100 metros y un vano central compuesto de un arco de 132 metros de luz.

variante de ourense En una segunda fase, el acceso a Ourense se realizará por la variante exterior de la ciudad, futuro trazado en ancho estándar de aproximadamente 18 kilómetros dividido en cinco subtramos. De ellos, Adif ya ha adjudicado la obra de plataforma de los dos primeros: Taboadela- Túnel de Rante (5,6 kilómetros) y Túnel de Rante- Conexión Seixalbo (2,26 km) que suman casi ocho kilómetros de la nueva variante, por un importe superior a los 112 millones de euros. Estos tres primeros tramos entre Taboadela y Seixalbo, permitirán la conexión con el actual túnel de acceso a Ourense. Los proyectos de plataforma de los dos últimos, entre Seixalbo y la estación de Ourense se encuentran en redacción.

incremento de la frecuencia de servicio en todas las ciudades gallegas La llegada del AVE a Galicia supone un incremento de la velocidad de conexión ferroviaria, pero también de la frecuencia de servicio. El servicio Ourense-Santiago salta de seis a diez frecuencias diarias por sentido; Vigo verá duplicar los servicios, de cuatro a ocho; el aumento respecto a Pontevedra será de cinco a siete frecuencias diarias por sentido, y Lugo pasará de tres a cuatro.

En cuanto a la llegada del tren low-cost, no se han cerrado las puertas a ningún operador, tal y como indican las últimas noticias publicadas al respecto. Por el momento, Isaías Taboas, presidente de Renfe, ya anunció la intención de que Avlo, su compañía económica, llegue a Galicia. No obstante esto, se trata de un proyecto aún sin fecha, dado que Avlo, por el momento, extenderá su servicio de Alta Velocidad a Valencia (marzo de 2022) y al sur de España a lo largo del próximo año.