“El empresario está en ‘stand-by’, con cubrir costes y evitar hundirse ya tiene bastante”

Economía
Santi Riveiro
Cándido Álvarez es como una navaja suiza al servicio de los empresarios, pues además de abogado, es gestor administrativo, agente de la propiedad inmobiliaria, agente y corredor seguros. Foto: A. R.

Como están metidos en tantos frentes, desde la consultoría para empresas la legal y laboral, cuentan con una atalaya privilegiada para ver lo que está sucediendo en Galicia por la crisis sanitaria y su contagio social y económico. ¿Cuáles son los principales desafíos que afronta hoy nuestra comunidad?

El primero, salir de esta. La burocracia debe reducirse y el concepto de puesto de trabajo ligado a la presencia física y a un horario fijo debe quebrar en favor del rendimiento individual. Con la digitalización, los problemas creados por el covid-19 hubiesen sido mínimos. Entre los países, el mejor ejemplo es Estonia y ejemplos de empresas hay muchas, especialmente las más grandes, pero las medianas y pequeñas deben afrontar la realidad asumiendo que el miedo a cambiar de criterio empresarial va ser más un beneficio que un problema.

¿Y los miedos? ¿Qué les transmiten sus clientes?

El empresario está en “stand-by” a la espera de la normalización. Ahora, con cubrir costes y no hundirse ya tienen bastante. También hay mucho miedo a invertir. Además, la presión fiscal y la incertidumbre jurídica frenan de forma notable a muchos emprendedores que ven más riesgos que beneficios en las aventuras empresariales en momentos tan críticos.

En el caso de las medidas para atenuar el impacto de la pandemia, como los ERTE o la paralización de actividad a los autónomos. ¿Hasta cuándo deben durar? Se ven en general como positivas, pero... ¿Tienen zonas oscuras?

Si somos el país de la Unión Europea con mayor caída del PIB no es casualidad. Los ERTE han sido una mala solución, quizá la que había, pero creo que al Gobierno le ha faltado valentía y ha legislado a toro pasado. En cuatro meses se han dictado más de 200 normas, un ejemplo perfecto de la burocratización del sistema. En mi opinión, los ERTE tienen que durar lo que tengan que durar. A mi juicio, se generó una psicosis innecesaria por no adoptar medidas claras.

¿Se puede estar produciendo mucho fraude en este terreno?

Inspección de Trabajo está ojo avizor. El fraude es inevitable, pero creo que en general es bajo. La colaboración entre empresa y trabajador funciona porque está en juego la empresa. No puedo decir lo mismo de la Administración, que en lugar de simplificar se ha hartado de exigir trámites inútiles que están motivando que muchos trabajadores sigan sin recibir las prestaciones. El personal SEPE está desbordado a pesar del importante esfuerzo que viene realizando. Una vez más nos topamos con falta de medios, por la baja digitalización, y con la burocracia. Las empresas pueden haber cometido incumplimientos sin transcendencia, pero fraude, pocas. La diferencia es que si el error o lo comete la empresa puede ser sancionada hasta con 187.000 euros y los errores de la Administración no tendrán consecuencias.

¿Temen que este dique llegue a romperse y acabemos ahogados en ERTE convertidos en ERE, despidos, ceses de actividad definitivos, concursos de acreedores y cierres de negocios y empresas?

El golpe todavía no es definitivo y el porcentaje de cierres va a ser muy alto. Nuestra economía está basada en un castillo de naipes en el que cuando falla una carta todo empieza caer. Me refiero al sector turístico. Con un 14 por ciento del PIB, da trabajo a casi tres millones de personas y viven de forma indirecta miles de pequeñas y medianas empresas El golpe en Galicia puede ser menor porque nuestra economía no depende tanto del turismo, pero las consecuencias ya son serias.

Supongo que son testigos, por su labor, de la parálisis de iniciativas emprendedoras y de la inversión privada. ¿Cuándo cree que se podría volver a encontrar pulso?

El inversor suele ser miedoso. Los créditos ICO han solucionado de forma temporal la caída masiva y muchas empresas están afrontando los pagos con préstamos, pero si la facturación no vuelve al ritmo normal la caída será inevitable.

¿Cómo ha sido la vuelta a la actividad judicial? ¿Temen aquí también que se vuelva a tener que volver a parar, sería asumible por nuestro sistema?

La vuelta ha sido un poco frenética y caótica. Personalmente no entiendo por qué se paralizó la actividad. En 2016 se implantó el sistema Lexnet, que implicó obligación de presentar todos los escritos por vía telemática. La actividad presencial, juicios, comparecencias, declaraciones... no es superior al 30 % del volumen de trabajo de un juzgado, por lo que la mayoría de actuaciones pudieron hacerse con normalidad.

Sin embargo, en ese mundo en el que habitan de los tribunales supongo que el golpe por la pandemia fue, es y será durísimo...

La Justicia tiene importantes problemas: la falta de interés de la Administración por solucionar las dificultades de gestión de los expedientes, falta de medios y de personal, y ahora viene la avalancha de demandas derivadas de la crisis, se estima en 700.000... En los años 90, la Administración tuvo claro que tenía que reorganizar seriamente la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. Se consiguió en poco tiempo y hoy las dos son un ejemplo a seguir, por lo que podemos pensar que no existe el más mínimo interés en reorganizar el resto de las administraciones.

Ustedes están en temas como el cártel de la leche... ¿Cómo va ese cuestión? ¿Se ha ganado algo de tiempo?

Lo que le he comentado sobre la lentitud de la Justicia viene al pelo. Una década después el problema sigue sin resolverse. El cártel actuó al menos hasta el año 2011 y hoy únicamente nos encontramos con la resolución del asunto en vía administrativa. Increíble pero verdad. Mientras no haya una sentencia firme no se debe demandar por lo que, una vez más, los perjudicados, valga la redundancia, son los grandes perjudicados del sistema.

¿Entonces en qué momento del proceso le decimos que estamos a los ganaderos?

Entiendo que como en Álvarez Real, la mayoría de los despachos se ha limitado interrumpir la prescripción a la espera de la resolución de la Audiencia Nacional.

¿Cómo necesitamos utilizar, vía presupuestos de Galicia y del Estado, las ayudas y préstamos que llegarán desde la UE?

Los políticos siempre nos plantean soluciones atractivas. Ahora nos hablan de cofinanciamiento, de gestión conjunta. Suena bien pero sinceramente, soy escéptico. ¿Qué podemos esperar si desde siempre los políticos se tiran los trastos? Imagínese que en las empresas nos dedicáramos a ponernos piedras unos a otros. Hace falta voluntad. Por fortuna, en la mayoría de las empresas prima el consenso y la aportación por encima de los intereses que, indudablemente, existen.