Cumplidos 40 años de la primera detención en democracia de doce radicales que luchaban por “unha Galiza ceibe”// Entre ellos figuraba el que luego seria uno de los fundadores del Exército Guerrilheiro do Pobo Galego, Arias Curto TEXTO A. Arnáiz

El golpe policial que destapó al independentismo gallego

Tribunales
Ángel Arnáiz
Antom Arias Curto en su detención en Vigo en 2015 como miembro de Causa Galicia Foto: Archivo ECG

En esta primera semana de septiembre se cumplen 40 años del primer golpe policial en democracia contra el movimiento independentista armado en suelo gallego, cuyo máximo exponente fue el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive (EGPGC), organización liderada por Antom Arias Curto, que estuvo operativa entre 1986-1991 y cuyo objetivo pasaba por crear un Estado independiente y socialista en Galicia.

La Jefatura de Policía de A Coruña hacía pública el 6 de septiembre de 1980 una nota oficial en la que informaba sobre las detenciones que desde el día 1 de ese mes se realizaron en Galicia, con motivo del atraco a una sucursal de la Caja de Ahorros de Orense, en el que la cantidad sustraída fue de 352.000 pesetas.

Doce personas fueron las detenidas en aquel entonces, supuestamente vinculadas al Partido Galego del Proletariado (PGP), a las que se les aplicó la ley Antiterrorista y fueron incomunicadas en la Jefatura Superior de Policía de A Coruña. A varios de los detenidos se les acusó de mantener contactos con ETA.

LISTA DE DETENCIONES. Los detenidos fueron: José Cid Cabido, de veinte años, estudiante y residente en Vigo; Antom Arias Curto, de 36 años, industrial de Monforte de Lemos (Lugo) y concejal en este municipio como independiente por la coalición nacionalista Unidade Galega; José Luis Nieto Pereira, de 21 años, estudiante y natural de Vigo; Francisco José Atanes Gómez, de 21 años, administrativo en Orense; José Luis Méndez Ferrín, de 42 años, escritor y catedrático en Vigo; Arturo Estévez Rodríguez, de 30 años, empleado en Pontevedra; Antonio Bertolo Losada, de 40 años, farmacéutico de Vilaboa (Pontevedra); Modesto Román González, de 19 años, estudiante en Vigo; Manuel Pousada Covelo, 48 años, economista en Vigo; José Luis Villaverde Varela, 50 años, comerciante de Vigo; José Patricio Recaméns, 39 años, técnico de televisión, concejal de Vilaboa por Unidade Galega, y Luciano Prego Sanjurjo, 36 años, pocero de Vilaboa.

ACUSACIONES Y RELACIÓN CON ETA. A los detenidos se les acusa de acciones realizadas en 1979, entre ellas el intento frustrado de robo al polvorín de Noia; robo de dinamita, también frustrado, en una cantera de Ferreira de Pantón (Lugo) y la voladura de la cruz de los Caídos de Vigo. También de diferentes acciones violentas contra los intereses de la empresa Autopistas del Atlántico, que ejecutaba por aquel entonces las obras de la AP-9 en su trazado por suelo gallego.

Según explicaba la nota oficial de la Policía, algunas armas llegaron hasta Arias Curto, entre ellas una metralleta, seis pistolas y munición, a través del etarra Domingo Iturbe Txomin, quien se las entregó en Vitoria. Según el mismo comunicado policial, varios de los detenidos mantuvieron contactos con ETA en Biarriz y Zaráuz, preparados por Méndez Ferrín. También algunos militantes del PGP recibieron en Bayona (Francia) lecciones teóricas de ETA sobre utilización de explosivos y tiro. La nota policial habla además de un intento frustrado del PGP por contactar con ETA militar.

ANTOM ARIAS CURTO. Uno de los más activos luchadores del movimiento independentista gallego, a sus 76 años y residente en Vigo, recuerda aquella detención como parte de una lucha “contra Autopistas del Atlántico, hoxe máximo expoliador das clases populares galegas”. Añade que, en ese momento, “a lei antiterrorista permitía que os detidos foran retidos hasta dez días e incomunicados e pasamos ese tempo nos interrogatorios policiais, sendo vítimas de coaccions e malos tratos, todo moi legal”. Se lamenta también que por aquel tiempo, además de concejal en Monforte, era el gerente del negocio que la familia tenía en la capital de Lemos, Talleres Arias, que tanto les había costado levantar, consiguiendo ser los concesionarios oficiales de Chrysler España y tras las detenciones de ese año “nos retiraron a concesión do seus modelos, como o tractor Barreiros, os autos Simca e Dodge e camións”.

Arias Curto rememora que su familia, por su actividad política, “foi moi castigada polo Estado español e padeceu as consecuencias da miña dispersión a centros penitencarios lonxe de Galiza, nos tempos que estiven na cadea, como Herrera de la Mancha o Segovia”.

RESISTENCIA GALEGA. Arias Curto señala que pasaron 40 años desde aquella operación y el interrogante que se plantea y deja en el aire es “¿Está máis próxima a independencia e o socialismo na Galiza?”.

Al hilo de esa pregunta, este histórico de la lucha armada en Galicia, con 71 años, volvió a ser arrestado a finales de octubre de 2015 por la Guardia Civil, junto a otras 11 personas, en el marco de una operación antiterrorista contra las formaciones independentistas Causa Galiza y Ceivar por apoyo a Resistencia Galega. Reflexiona ahora, que lleva 5 años procesado, y que la Fiscalía de la Audiencia Nacional “acúsanos aos 12 de enaltecemento do terrorismo e pertenza a unha organización criminal, delitos polos que pide entre 6 e 8 anos de cadea”.

Curto, ante esa acusación de la Fiscalía y la petición de pena, exclama “morrerei preso, xa tendo 76 anos”. Pese a todo, no duda en afirmar “mellor de pe que colonizado permanentemente”, concluye.

Este independentista gallego hasta la médula, que pasó buena parte de su vida en la cárcel, vive desde hace años en Vigo de una modesta pensión de sus cotizaciones en la empresa familar. En una entrevista concedida en agosto de 2017 a este diario, explicaba que en su vida como jubilado mantenía su compromiso social y político como hizo toda su vida, desde que en el año 1968 fundó el Partido Comunista Galego (PCG). Explicaba así mismo que colabora en los centros sociales vigueses Faísca y Revolta y que militaba en la organización independentista Causa Galiza.

Reconocía que el momento en que más cerca vió la muerte fue en 1968, cuando se tiro por la ventana de la comisaría de Ourense, donde estaba detenido “para evitar unha nova sesión de tortura”.