El superior de Mazaira considera que la curva de Angrois se ajustaba a la norma

Vilariño declaró que el informe sobre la peligrosidad en este punto no lo vio como una cuestión de seguridad // Lluch, cargo de Renfe, dijo que no había más denuncias
Juicio Alvia
Lorena Rey
undécima jornada. José Luis Rodriguez Vilariño, superior directo de Mazaira a su llegada ayer a la Cidade da Cultura para declarar como testigo en el juicio del Alvia. Foto: Xoán Rey / EFE

En la undécima sesión del juicio por el accidente del tren Alvia celebrada este miércoles y que arrancó con una hora de retraso por problemas técnicos con la grabación de las sesiones, el tema central fue el correo electrónico enviado por el jefe de maquinistas Iglesias Mazaira en el que alertaba sobre el riesgo de la curva de A Grandeira, donde descarriló el tren.

Testificó José Luís Rodríguez Vilariño, superior directo del jefe de maquinistas Iglesias Mazaira, quien en su momento le había comunicado ese riesgo para transmitirlo a la comisión de seguimiento.

“Consideraba que había un punto crítico pero no soy experto en riesgos”, dijo Vilariño. A mayores, con respecto a la pregunta del letrado que lo propuso de si habría que instalar ciertas señales de aviso antes de llegar a la curva declaró: “No soy experto en seguridad”.

Al fiscal Mario Piñeiro le dijo que solo recibió esa comunicación alertando sobre esa sugerencia de señalización de limitación permanente a 80 kilómetros por hora para facilitar el cumplimiento de las velocidades máximas. “Yo lo ví como un tema técnico y productivo y no como una cuestión de seguridad. El informe no transgredía ninguna norma”, sostuvo.

Al respecto, explicó que en el cuadro de velocidades máximas y en el libro horario iba explicado al maquinista cómo tenía que circular. En ese momento, tampoco le pareció relevante “al punto que se ve ahora”.

Aseguró, además, que no se debatió en la comisión este último punto del informe de Mazaira porque no estaba presente un representante de Adif.

A los quince días de la puesta en marcha de la línea 082 Mazaira había enviado el escrito a Vilariño. En respuesta a las preguntas de un abogado de las víctimas, quien le mencionó que Mazaira había recibido como contestación sobre su solicitud de que no se podía hacer nada porque suponía un cambio normativo, aseguró Vilariño que él no se la dio.

Sostuvo el testigo que esa propuesta le correspondería evaluarla a Adif, y al respecto recordó que había leído que ese aviso se había transmitido a la entidad.“Al verse que era un punto crítico lo que estaba en manos de Renfe era tomar la decisión de reforzar la formación al maquinista”, incidió.

En aquella época el testigo gestionaba media distancia y “no tenía contacto con los formadores de larga distancia”, según apuntó a la abogada del Estado, Adela Álvarez.

A la pregunta de si un maquinista formado en la línea con el libro horario en el que se indican las velocidades máximas estaba apto para circular, respondió tajante que sí. “El libro horario es esencial”, afirmó.

A mayores, aseguró que “ningún maquinista me consta que haya hecho el más mínimo escrito”, responde a Adela Álvarez con respecto a línea por la que circulaba el Alvia.

La defensa de Adif le preguntó cómo actuaría si viera una situación de riesgo que afectara a la seguridad de la circulación y de los viajeros, y en concreto si lo remitiría a las comisiones de seguridad en Renfe. “Lo transmitiría y es además es una obligación”, apuntó Vilariño.

Más adelante detalló al abogado del maquinista imputado que el refuerzo de la formación sobre los puntos críticos de la vía fue a los maquinistas de media distancia, y desconoce si se le dio a los de alta velocidad –donde estaba incluído el maquinista imputado, Franciso Garzón– “porque no estaban bajo mi jurisdicción”.

Vilariño consideró que el salto de velocidad para entrar en la curva de Angrois es un “punto crítico”, pero que “se ajustaba a la normativa”. Al respecto, se le preguntó sobre las posibles medidas existentes para atajar el riesgo de velocidad en la curva de A Grandeira a lo que respondió:”no soy experto en seguridad”.

otro cargo de renfe: sobre el correo de mazaira: “no es una denuncia en materia de seguridad” A posteriori se sentó en el banquillo para declarar Ángel Lluch, exmiembro del equipo de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe Viajeros, quien aseguró al abogado del maquinista acusado, que no recibió el correo de Mazaira sobre el riesgo de la curva. Con otra abogada de las víctimas fue más preciso: “No tengo constancia de haberlo recibido”.

A la abogada de Adif le confirmó que “no le constaba que hubiera denuncias sobre la curva de Angrois” y sobre el contenido del correo de Mazaira, que lo leyó a posteriori por las causas de la investigación, no entiende que sea “una denuncia en materia de seguridad”.

“¿Qué debería de haber hecho un maquinista que se considera desprotegido ante un riesgo de la curva?”, le preguntó la letrada. En suc aso, aseguró que “hubiera cumplimentado un parte de incidentes y hubiera seguido la solución”.