Enésimo, pero este quizá definitivo, no va más para Alcoa y su futuro laboral

Tras fracasar la conciliación, quedó visto para sentencia tras 10 horas de batalla en el TSXG
Tribunales
José Calviño
El presidente de Alcoa España, Álvaro Dorado, entrando al TSXG. Foto: Efe/Cabalar POOL

Por enésima vez, la suerte vuelve a estar echada para la planta de aluminio primario de Alcoa. Eran cerca de las ocho y cuarto de la tarde del jueves, noche cerrada ya, cuando en la Sala de lo Social del TSXG, en A Coruña se presentaban las conclusiones y quedaba visto para sentencia el juicio sobre el ERE que afecta a 524 trabajadores.

Una nueva jornada maratoniana, intensa pero casi calcada a la celebrada el 28 de octubre en idéntico lugar, en el que la Justicia falló en contra de la intención de la multinacional estadounidense. Casi punto por punto. Que, a su vez, fue un calco de los 120 días en los que se extendió el periodo de consultas. Pero ahora se hablaba en sede judicial de más de medio millar de despidos, que supondrían el fin de la producción del metal no férrico en el complejo lucense. Allí en Cervo, a 88 kilómetros a vuelo de cuervo y 161 por carretera de la urbe herculina, en A Mariña lucense, acompañaban la batalla en el Alto Tribunal con quema de neumáticos y carteles los operarios.

Los letrados de los representantes de los trabajadores, Gobierno central y Xunta defendieron la mala fe de la empresa en el proceso, los de Alcoa defendieron lo contrario. Antes de iniciarse el juicio, fracasó el intento de conciliación entre las partes enfrentadas.

La letrada de la representación de los trabajadores señaló que quedó demostrada la “pantomima” de negociación que llevó a cabo Alcoa en todo ese periodo, pues desde el principio “se sabía” que se iba a terminar “abortando una venta”. Por ello demandó que se declare la nulidad del despido colectivo puesto que Alcoa “lo que hizo fue simular”, “lo que hubo no fue un periodo de consultas, sino una simulación”. No les aportaron luz sobre las incontestables causas que llevaron al ERE. En octubre de 2019 Alcoa adoptó la decisión de reducir la producción mundial de aluminio y “miró el mapa y señaló a San Cibrao”, alegan.

Consideran dudosas las causas que aduce la compañía para el despido, pues la propia memoria fija de forma “confusa” las pérdidas estimadas para este año, al hablar primero de una cifra de 34 millones y después de otra de 58 millones. Además, se queja de que “aún por encima”, además de no cumplir con las consultas, la empresa abogó por un despido “barato” con 30 días para “un máximo” de solo una anualidad.

Detalla Europa Press que se refirieron a la exposición realizada por la mañana por el letrado representante del Ministerio de Industria de que Alcoa tenía un plan en el “nunca” estuvo dispuesto a vender. Su fin era reducir la producción hasta el 15 % en la planta de aluminio para seguir percibiendo ayudas de CO2, pues el cierre de una fábrica de esta características es “carísimo” por los costes ambientales.

Creen que el precio eléctrico “tuvo solución”, pero la empresa se negó a sentarse con el Gobierno para abordar el plan industrial. Recuerda que recibió 659 millones de dinero público desde 2013 por las subastas de interrumpibilidad, así como 44 millones en compensaciones de CO2.

En el turno de conclusiones, los representantes de las administraciones incidieron en su exposición de la mañana de la “mala fe” de Alcoa a lo largo de todo este proceso, una “actitud de bloqueo en la negociación” por la compañía al estar decidido de “antemano” el despido.

En su intervención final, el representante legal de Alcoa reclamó la desestimación de la demanda y una sentencia absolutoria, al tiempo que incidió en pedir la “falta de legitimación” de la Xunta y Ministerio en su personación en esta causa. Considera que han quedado acreditado las “pérdidas brutales” de la planta de aluminio, con causas estructurales “incontestables” que afectan a la planta de San Cibrao. Apuntó que los 120 días de negociación multiplicaron por cuatro el plazo legal fijado. “Podría haber durado cien años y no se hubiese alcanzado ningún acuerdo”, dijo, culpando a los sindicatos, que solo querían la venta a Liberty House, que no quiere el aluminio: “Si esto diese dinero no tendrían los ojos puestos en la refinería” de alúmina.

Declaraciones de peritos

Entre los peritos llamados por la empresa, uno de ellos ha confirmado que por cada tonelada de aluminio que se produce desde 2018 “se pierde dinero”, detalla Europa Press. Este experto, presente en las reuniones del periodo de consultas en representación de la empresa, ratificó que la previsión de pérdida para 2020 es de 58 millones. Aún así, reconoce que no ha tenido en cuenta el resultado económico de toda la corporación a nivel mundial.

Otro profesional citado por Alcoa cifró en 35 millones de dólares el coste de rearranque tras una parada de cubas. También admite que “es más fácil” hacer esa reactivación si parte de las cubas siguen operativas y no se paran todas.

Asegura que una planta situada en Móstar (Bosnia), que es “gemela” a la de San Cibrao, se consiguió rearrancar a pesar de haberse parado durante la guerra de forma “abrupta”.

Preguntado sobre si hay fondos previstos para el coste de una avería del transformador eléctrico, considera que no es “realista” que “pueda haber un fallo decisivo”. Eso sí, informa de que hay un fondo para contingencias con 2,5 millones.

Posteriormente, un operario de la subestación eléctrica afectado por el despido ha explicado que el precio de estos transformadores ronda los seis millones de euros y uno nuevo tardaría unos “dos años” en conseguirse.