Facturas triplicadas condenan al cierre al 30 % de la hostelería

Pequeños locales con 2.000 euros mensuales de ingresos se están enfrentando a contratos de seis mil en electricidad
Ángela Precedo
Un trabajador del restaurante Las Vegas, en Santiago, se dispone a apagar las luces de su establecimiento en señal de protesta por los precios de la energía. Foto: Antonio Hernández

En los últimos meses los hosteleros gallegos han recibido facturas de la luz triplicadas o, en los peores casos, incluso cuatriplicadas. Esto es algo que a pie de calle no se entiende, sobre todo después de que el real decreto anunciado ‘a bombo y platillo’ por el Gobierno central fijase un tope al precio del gas. ¿Qué esta pasando realmente?

Desde EL CORREO hemos contactado con el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Pontevedra, César Sánchez-Ballesteros, que explica que “cuando se habló de limitar el precio del gas con el que las compañías elaboran la electricidad, se pensaba que iba a ser algo beneficioso, pero en realidad nos hemos visto perjudicados a medida que se nos han ido renovando los contratos”.

Desde que se renueva el contrato con la compañía, automáticamente, en la factura aparece una clásula extra a pagar para poder financiar el tope al gas, según indica Sánchez-Ballesteros. Así las cosas, “un establecimiento que pagaba 2.000 euros al mes habitualmente, ya ha pasado a pagar 4.000 por el coste actual de la electricidad, pero es que, además, con ese extra para pagar el tope al gas, se le añade aproximadamente un 50 % más a la factura”.

De este modo, el hostelero asegura que los casos más frecuentes con los que se están encontrando son los de “propietarios a los que se les ha multiplicado por tres la factura”. Eso sí, reconoce que a la Federación “van llegando a cuentagotas por el momento, a medida que se van renovando contratos, y será a partir de marzo cuando ya afecte al sector al completo”.

Con este panorama frente a ellos, la viabilidad de muchos negocios está en entredicho, y sus propietarios lo saben. “Si ves incrementado el precio de la electricidad en 3.500 euros al mes y cuando termina tu contrato y te aplican la nueva tarifa llegas a los 6.000, siendo un establecimiento que factura 2.000 euros al mes, no hay margen para que puedas permanecer abierto”, expone el presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra.

Por ello, calcula que “de aquí a junio, con todos estos costes, creemos que un 30 % de los establecimientos hosteleros del país tendrá que cerrar sus puertas”. Y critica que, mientras, desde el Gobierno solo mandan pagar, pero no dan ninguna solución, como podría ser la compra centralizada de energía para un sector con características muy particulares.

De hecho, respecto al tema del ahorro energético, Sánchez-Ballesteros reconoce que lo único que les han impuesto desde Madrid es “limitar la temperatura de los locales para aire acondicionado y calefacción y poner puertas de corredera”, algo que considera “un absurdo teniendo en cuenta que ellos tienen freidoras y todo tipo de máquinas que deben pasar todo el día encendidas y sobre las que se podrían plantear medidas más eficaces”.

Dejando esto a un lado, explica que por mucho que se reduzca temperatura o se apague la calefacción, el desembolso de la hostelería sigue siendo mayúsculo, pues “tienen que entender que nosotros trabajamos en las horas punta, en las horas de las comidas, que es cuando más cara se paga la electricidad”.

Si llegado marzo no se dan soluciones y, realmente, se cumple el pronóstico de cierre para el 30 % de los locales hosteleros del país, “un 7 u 8 % de los trabajadores contratados a nivel nacional también se quedarán sin trabajo”. “Somos pequeños, pero somos muchos”, recuerda.