Greenalia ingresará de sus plantas gallegas 2.500 millones en 3 décadas

Energía eólica
Santi Riveiro
Un hombre descarga restos de corte de eucalipto en la planta de biomasa de Greenalia, que se ha dotado de 30 empacadoras para suministrarle materia prima. Foto: Efe/Cabalar

El sector de las energías renovables en Galicia es cada vez más pujante, a pesar de los impactos que ha causado la pandemia en sus proyectos. Constituye un gran ejemplo la coruñesa Greenalia, compañía que por el momento cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) o bolsa de las pymes, pero que confirmó que está alcanzando ya la masa crítica necesaria para dar el salto al parqué de los grandes, al Mercado Continuo de la Bolsa de Madrid. Será posiblemente el próximo año, cuando entrará a generar –y a rendir en sus cuentas– una potencia que, solo en Galicia, le permitirá ingresar en las próximas tres décadas más de 2.500 millones de euros: la central de biomasa de Curtis, de 50 megavatios, ya a pleno rendimiento e incluso con perspectivas de ampliación; el parque eólico de Miñón en Vimianzo (A Coruña), en marcha y con una potencia de 24 MW; el de Ourol en Lugo (22,5 MW) en fase de pruebas, junto con el complejo coruñés de Alto da Croa I, Alto da Croa II y Monte Tourado (27,7 MW), en fase de construcción; y otros cuatro más del proyecto Eolo que se construirán el año próximo y suman 135 MW.

Así se expuso en la presentación de los resultados del primer semestre del grupo, a cargo de su primer ejecutivo o CEO, Manuel García, y el CFO o responsable financiero, Antonio Fernández-Montells. En declaraciones a EL CORREO GALLEGO argumentaron que “tenemos un porfolio muy amplio que iremos concretando a medida que avancemos nuestro plan estratégico”.

La compañía detallaba que ha invertido durante este primer semestre, marcado por la crisis de la covid, 40 millones de euros en proyectos de energías renovables (eólicos y biomasa), con los que ha movilizado cerca de doscientos empleos.

Entre estas apuestas destaca la adquisición de 30 empacadoras para suministrar a la planta de biomasa de Curtis-Teixeiro, desde donde está exportando energía desde principios de año –en fase de pruebas–, y se espera que esté plenamente operativa el próximo semestre. Nos apuntaron que “tenemos en proyecto otra planta de 50 MW en Asturias y no descartamos ampliar la potencia en Galicia”, donde el pasado 1 de marzo se confirmó que cumplieron todos los requisitos exigidos por la subasta para el cobro de la retribución adjudicada. Además, en febrero el BOE recogió la orden que le da ampliación del derecho de cobro de dicha retribución operativa de 6.500 a 7.500 horas anuales, lo que le permitirá elevar la facturación de la planta en cinco millones anuales su contribución al Ebitda en otros dos. De enero a junio dicho beneficio operativo creció un 65 %, a 2,79 millones, a pesar de que el negocio bajó un 8,5 %, a 19,6 millones. El beneficio neto fue de 580.000 euros, más del doble que en 2019.

La empresa mantiene en vigor todos sus proyectos, aunque establecerá un nuevo marco temporal dentro plan estratégico por la covid. “En este momento, somos casi la única compañía que tiene en proyecto o desarrollo las cuatro tecnologías: eólica terrestre y marina, biomasa y fotovoltaica”, sumando nada menos que 3.535 MW en cartera.