La Cámara testará el valor del pacto para relanzar la economía

El debate sobre el estado de la autonomía volverá a ser un termómetro de una tradición no muy ligada a los consensos
Debate del Estado de la Autonomía
Alberto Vidal

Con una tradición no muy ligada a los consensos en las votaciones de las propuestas de resolución, el Parlamento de Galicia celebrará este miércoles y viernes el 26 debate sobre el estado de la autonomía, marcado por el fin de la pandemia del coronavirus y el plan de recuperación que dará aliento a una sociedad gopeada por la covid-19.

El primer debate de estas características en Galicia, en la estela de los impulsados cuando el socialista Felipe González estaba al frente del Gobierno, tuvo lugar en la Cámara autonómica en el año 1989 y el último en 2019.

En concreto, en las votaciones celebradas el 27 de septiembre de ese año, ni siquiera hubo consenso pleno para reclamar una deuda del Estado con Galicia cifrada en 700 millones de euros, que sólo contó con el apoyo del PP, BNG y En Marea.

La proximidad de las elecciones generales (el 10 de noviembre) y la inminente cita también de los comicios gallegos (contempladas para la primavera aunque después se tuvieron que celebrar en septiembre por la irrupción de la covid) caldearon el ambiente en el Pazo do Hórreo.

En la línea de los años precedentes, los acuerdos se resistieron. El Hemiciclo vio como los votos decisivos del PP sacaron adelante 57 resoluciones, de las cuales 24 fueron con acuerdos con diferentes grupos de la oposición.

Con los socialistas se fraguaron un decena de pactos, nueve con En Marea, tres con el Bloque y dos con En Común da Esquerda. Pero, al margen del acuerdo necesario con el PP para que las iniciativas salgan adelante, otros aspectos miden el entendimiento entre la oposición. Y, en esa ocasión, el acuerdo también fue pequeño entre los cuatro grupos de la oposición de izquierdas que, llegado el caso, tendrían que gobernar juntos en la Xunta de perder el PP la mayoría absoluta.

En todo caso, en las urnas al año siguiente el PP de Feijóo (42 escaños) amplió su mayoría absoluta y barrió de la Cámara a las dos fuerzas rupturistas dejando la oposición simplificada al BNG (19) y PSdeG (14 escaños).

Con el panorama de 2019 como referente más próximo, el debate testará si el clima postpandémico permite más entendimiento a la hora de que el PP y la oposición aprueben o no más propuestas de resolución por consenso o que el BNG y PSdeG sean capaces de acordar entre ellos más iniciativas con independencia del respaldo o no popular.

El punto álgido de la simbiosis entre socialistas y nacionalistas se produjo en los debates de política general del año 2006, 2007 y 2008, cuando compartían gobierno en la Xunta presidida por Emilio Pérez Touriño (PSdeG) con Anxo Quintana (BNG) como vicepresidente.

Durante aquella legislatura, en las tres ocasiones el partido del puño y la rosa y la formación frentista presentaron sus propuestas de resolución de forma conjunta.

En Galicia ahora en 2021, con el PSOE en el Gobierno central y el BNG en una incómoda postura a la hora de apoyar los presupuestos del Estado, ambas fuerzas encabezadas por Ana Pontón y Gonzalo Caballero aunque comparten ejecutivos locales y provinciales, buscarán los matices diferentes para ampliar su base electoral ante los próximos comicios.

El BNG aspira a seguir subiendo de su techo de 19 escaños con Pontón como referente, en período de reflexión para asentar la receta del éxito.

El PSdeG de Caballero, en medio del debate interno de las primarias en las que desde su propia formación le reprochan su escaso tirón electoral, también debe medir su tono.

Y el PP, con su mayoría absoluta, marcará una vez más el camino de las propuestas de resolución con más o menos consenso.