La depuradora de Os Praceres, que trata las aguas de Pontevedra, acumuló 22 incumplimientos en 2020

El ‘Informe EDARS Galicia 2020’, elaborado por la asociación Ecoloxistas en Acción, pone de manifiesto que 19 instalaciones tienen numerosas ‘No conformidades’
Medioambiente
Ángela Precedo
Depuradora de Os Praceres. Foto: Viaqua

Las depuradoras de agua son esenciales para el bienestar y la protección de la salud de las personas. Un mal uso de las mismas o deficiencias en sus instalaciones podría traer consecuencias fatales a la sociedad. Es por ello que periódicamente son sometidas a una exhaustiva revisión por parte de las autoridades sanitarias y de los organismos europeos. Ahora bien, pese a las sanciones impuestas a lo largo de la historia a algunas depuradoras gallegas que reiteradamente incumplen las normativas, la situación parece no cambiar a lo largo de los años.

En concreto, de las 159 instalaciones analizadas en el año 2020, 19 registraron numerosas ‘No conformidades’. Así se recoge en el ‘Informe EDARS Galicia 2020’, elaborado por la asociación Ecoloxistas en Acción, que señala que “este análisis es solo una pequeña parte de la contaminación, ya que en el informe no se contemplan, por falta de datos estadísticos, importantes fuentes de contaminación como los constantes vertidos de los aliviaderos de los sistemas de saneamiento o los fármacos y otros productos químicos que actualmente no se eliminan en ninguna EDAR, sino que se vierten al medio ambiente” directamente.

Sea como fuere, lo cierto es que no cumplieron con los requisitos mínimos las depuradoras de Cee-Corcubión, Arcade, Touro, Burela, Foz, Pontecaldelas, Os Praceres (Pontevedra), Botos (Lalín), Río Lea (Castro de Rei), Camboa (Soutomaior) y Maceda. La que se encuentra en peor lugar de todas ellas es la EDAR de Castro de Rei, ya que no pasó ninguno de los doce análisis anuales; seguida de la de Foz, que no superó siete; y de Pontecaldelas, que no superó seis.

La mayor parte de estas depuradores, además, a excepción de la de Touro, están infradimensionadas, atendiendo a una población mayor de la que pueden atender con facilidad.

También hay otras instalaciones donde falta oxígeno en sus aguas. El exceso de materia orgánica en el agua provoca la proliferación de microorganismos que se alimentan de ella y consumen el oxígeno disuelto, provocando la muerte de muchos animales. Su indicador se denomina Demanda Química de Oxígeno (DQO) y en Galicia hay 19 depuradoras que superan el máximo. En concreto, en grave riesgo están Os Praceres, Muxía y Río Lea, con 10 ‘No conformidades’ en este ámbito.

EXCESO DE NUTRIENTES Y FALTA DE HABITANTES EQUIVALENTES. Otro de los balances a tener en cuenta es el número de nutrientes presente en las aguas. Se mide el nitrógeno total (Nt) y el fósforo total (Pt). Estos actúan como fertilizantes, favoreciendo un crecimiento excesivo de las algas y eutrofización. Esto ensucia el agua. En este sentido, en Galicia hay diez EDARS que superan el límite de nutrientes permitido y preocupa especialmente el caso de Sarria, con exceso de nitrógeno.

Sin embargo, el caso más problemático es el de la EDAR de Os Praceres, que trata las aguas de Pontevedra, y que en 2020 tuvo 22 incumplimientos de agua a depurar por habitantes equivalentes en el municipio. Además, sus niveles de nitrógeno total y fósforo total se situaron muy por encima del límite: 22 miligramos por litro y 3,07 miligramos por litro, cuando el máximo está situado en 10 y 1, respectivamente.

En el año 2019 la situación era similar en Placeres y Sarria.

Seguidamente, también hay otras catorce depuradoras que sobrepasaron el número de análisis no conformes: Rianxo, Burela, Foz y Cee-Corcubión. En el caso de la de Rianxo, la depuradora es mucho menor de lo necesario –posiblemente por la carga contaminante generada en la conservera– con una capacidad de solo 9.000 habitantes equivalentes (Heq), frente a los 20.000 necesarios.