Cogami atendió más de 1.100 consultas en los primeros siete meses del año // Aumentan las necesidades de acompañamiento y escucha activa // Algunos de los trámites que, debido a la crisis sanitaria se tienen que hacer de forma telemática, dejan atrás a los que carecen de competencias TEXTO Íñigo Caínzos

La pandemia agranda la brecha digital de las personas con discapacidad

Coronavirus
Íñigo Caínzos
ATENCIÓN ININTERRUMPIDA. Una trabajadora social de Cogami atiende una consulta. Foto: Gallego

La pandemia ha causado grandes destrozos en todos los frentes. Se ha cobrado miles de vidas. Ha destrozado a cientos de empresas, dejando a millones de personas sin empleo. Y sigue teniendo un importante impacto social. También en las personas con discapacidad. La brecha digital se ha incrementado, y requieren más atención.

En los primeros siete meses del año, la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami) atendió 1.103 consultas. Son más que las que se habían recibido el año pasado, y el volumen también es superior al 2019, último año sin influencia de la pandemia.

La mayor parte de ellas, un 55%, fueron realizadas en el área de A Coruña. En Pontevedra se recibieron algo más de un 27%. Por debajo estuvieron Lugo (9,8%) y Ourense (6,25%). Las demás las efectuaron personas de fuera de Galicia.

Hubo casi 300 consultas que tenían que ver con la obtención del certificado de discapacidad. Se atendieron 182 procesos para acceder a las prestaciones económicas de la Administración; 153 relacionadas con el empleo, 128 sobre accesibilidad y barreras arquitectónicas. El resto fueron sobre asuntos de dependencia, productos de apoyo, vivienda, formación...

Juani Tubío, coordinadora del área de Promoción da Autonomía Persoal, comenta que el número de consultas “é moi superior ao do ano pasado”, pese a que mantienen una situación de no presencialidad en los servicios que se prestan en municipios y atenciones en el sistema médico.

Señala que está habiendo “moitas máis consultas e moitos acompañamentos e apoios”, y pone como ejemplo, las peticiones de ayuda para solicitar citas telemáticas y sobre el manejo de herramientas telemáticas como la Chave 365. En este sentido, Tubío recalca que “xa antes da pandemia había unha brecha dixital, e agora coa pandemia é máis acuciante”.

CRISIS SOCIAL. Además, alerta de que “a crise social é inversamente proporcional á crise sanitaria”. Y explica esta aseveración: “Conforme se van solventando os problemas sanitarios aumenta a crise social, sobre todo nas persoas máis vulnerables”, y se refiere a las que tienen algún tipo de discapacidad y viven en el rural, a las personas con gran discapacidad o en situación de dependencia, y a las que carecen de competencias digitales.

Se trata de un colectivo que también está sufriendo el aislamiento social, por lo que “necesitan más intervencións a nivel telefónico, máis chamadas e moita escoita activa por parte dos profesionais, ademáis do acompañamento”.

Tubío comenta que, por ejemplo, en las oficinas de la Seguridad Social se estaban postergando en el tiempo las consultas sobre el Ingreso Mínimo Vital, incluso con derivación a oficinas de otras localidades.

Todo esto les hace verse “perdidos neste entramado, necesitaban escoita activa e pedían acompañamento”. En esta labor intervino todo el equipo interdisciplinar de Cogami. Una vez superados los meses de confinamiento, y siempre cumpliendo con las medidas sanitarias, comenzaron a realizar ese acompañamiento para poder ayudarles en las tareas y procesos informáticos.

La coordinadora del área afirma que “as consultas son máis, hai más problemáticas, afectan a máis áreas”. Concretamente, atendieron solicitudes relativas a los ingresos, a la accesibilidad, al certificado de discapacidad...

En este punto, Tubío critica que las valoraciones de discapacidad se sigan haciendo telefónicamente, y apunta que se han interpuesto recursos para que vuelva a ser presencial. Considera que no se puede permitir “que a a situación vaia en detrimento das persoas con discapacidade”. “As valoracións teñen que ser presenciais, non poden ser telemáticas”, proclama, y argumenta que “non se pode valorar a mobilidade reducida a través do teléfono se non estás vendo á outra persoa”.

Aunque los casos graves sí que se están valorando de forma presencial, desde Cogami siguen reivindicando que se recupere la presencialidad. Según Tubío, es una cuestión de “reclamar dereitos”.

“Todas esas consultas fan o traballo máis complexo”, indica la coordinadora del área, “porque afecta a todas as áreas”. Asegura que “a xente ten medo e necesita verbalizar”, lo que obliga a “facer escoita activa”. “Todo eso mudou a forma de traballar. Hai veces que se ven perdidos, porque faltan competencias dixitais”, reitera.

REFORZAR SERVICIOS. Otra de las peticiones tiene que ver con la necesidad de “reforzar os servizos sociais dos concellos”, porque “non pode ser que se tarden dous meses en recibir unha cita”. Afirma que es necesario un “compromiso”, ya que los trabajadores “están saturados”.

Esto obliga a Cogami a suplir las necesidades a través de la intermediación, “dando respostas que non son propias das entidades”, y concluye diciendo que “é preciso intervir, sobre todo se hai menores, priorizando as situacións máis graves”.