La Siberia gallega se encuentra en A Veiga, Negueira de Muñiz, Vilariño y Chandrexa

Ninguno de estos cuatro concellos, tres de la provincia de Ourense y uno de la de Lugo, supera los tres habitantes por kilómetro cuadrado, cifras propias de las zonas árticas
Despoblación
Ángela Precedo
vilariño de conso. La aldea en medio de las montañas que atrae a turistas, no a habitantes. Foto: Commons

En Galicia muere más gente de la que nace cada año. Esto trae consigo un importante problema de despoblación, pues cada vez se pierden más habitantes. Sin embargo, a groso modo, esta problemática puede ser difícil de observar por parte de la sociedad, pues se trata de un indicador de los conocidos como ‘macro’, que desde el punto de vista del individuo no puede apreciarse. Sin embargo, basta con irse a pasar las vacaciones o un fin de semana a una de nuestras queridas aldeas de interior para percatarnos de que, en ellas, apenas viven unos cuantos vecinos, no más de algunos centenares en muchas, cuyas casas se distribuyen a una distancia de kilómetros. Sin servicios, con un Internet deficiente y con falta de oportunidades, no son un atractivo para las nuevas generaciones y ni siquiera para los mayores, que se quedan en ellas por resignación. Triste pero cierto.

Frente a esto, nos encontramos en nuestra comunidad con cada vez un mayor número de habitantes en las grandes ciudades, especialmente en las de la zona costera (A Coruña, Vigo y Pontevedra, suponiendo la excepción Ferrol). Y, aunque en muchos casos se dice que esos habitantes son los que han huido de los pueblos para asentarse en la urbe, no siempre es cierto, muchas veces son extranjeros que llegan persiguiendo un nuevo trabajo, una nueva pareja o una nueva vida.

Entonces, así las cosas, ¿a dónde se van los habitantes que cada año, según los datos censales, pierden los pueblos gallegos? Lamentablemente, a ningún lado, desaparecen porque son ancianos que mueren y cuyo lugar en el vecindario nunca se repone, pues no hay nadie para continuar su legado dentro de la aldea.

AYUNTAMIENTOS CON HASTA 200 KILÓMETROS CUADRADOS DE SUPERFICIE. Hagámonos ahora, teniendo este contexto, una pregunta: ¿Cómo de grave es el problema de la despoblación y del reto demográfico en Galicia? La respuesta, en una sola sílaba, sería: mucho. Pero vayamos a los datos. Hay cuatro municipios gallegos que no llegan ni tan siquiera a los tres habitantes por kilómetro cuadrado, una cifra muy similar a la de regiones que nos parecen tan lejanas y despobladas (y con razón) como Siberia o el Sáhara.

Por tanto, no hay que irse más allá de Galicia para encontrarse con Siberia en términos demográficos. La Siberia gallega estaría en Negueira de Muñiz (Lugo), que tan solo tiene 215 vecinos dispersos por 72,26 kilómetros cuadrados (2,96 habitantes por kilómetro cuadrado); Chandrexa de Queixa (Ourense), con 472 vecinos en la friolera de 171,8 kilómetros cuadrados (2,75 habitantes por kilómetro cuadrado); Vilariño de Conso (Ourense), con 524 pobladores para sus nada menos que 200,23 kilómetros cuadrados (2,61 habitantes por kilómetro cuadrado); y A Veiga (Ourense), con 857 vecinos en 290,49 kilómetros cuadrados (2,95 habitantes por kilómetro cuadrado).

Son cifras realmente escalofriantes pues hay cientos de kilómetros de terreno en los que no habita ni un alma. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), España tiene alrededor de 8.000 pueblos, de los que 3.000 ya están deshabitados (de seguir así, muchos de estos nombrados pronto podrían convertirse en aldeas fantasma).

Para compararnos con nuestros vecinos europeos, cabe señalar que en Francia no se llega a los 100 pueblos deshabitados y en Portugal o en Italia no se sobrepasan los 500. Por tanto, puede concluirse sin lugar a dudas que España es la esquina suroeste de Europa con más crisis demográfica y, dentro de ella, Galicia acusa todavía más el problema.