Rastrean el ADN de treinta personas por el caso de Déborah Fernández

El abogado de la familia lamenta que el fiscal no llame nadie a declarar como investigado
Investigación policial
Maite Gimeno
Rosa Neira, izquierda, con su hija Rosa Fernández-Cervera, ante la comisaría de Vigo

Vigo. “Que espabile porque el tiempo apremia”. Es el ruego que dirigió este martes a la titular del juzgado 2 de Tui la hermana de Déborah Fernández-Cervera, Rosa, después de que su madre, Rosa neira, participase en el cribado de ADN al que han sido citadas para examen por la policía científica un grupo de más de 30 personas.

Convocada para comparecer a primeras horas de la mañana en la comisaría de la Policía Nacional de Vigo-Redondela, Rosa Neira, tiene guardada a fuego la prescripción del plazo de la causa por la muerte de su hija, dentro de poco más de cinco meses, y por eso llama a que se apuren al máximo los análisis para que el resultado del ADN no se retrase de 6 meses a 2 años, y “llegue antes de que prescriba” el caso.

Rosa Fernández-Cervera, tras explicar que la familia desconocía que esta semana se iba a proceder al cribado masivo acordado el 18 de octubre por el juzgado de Tui, se mostró muy pesimista sobre “la llegada” de los resultados. “Estarán cuando todo haya prescrito”, se lamentó, al tiempo que aseguró que no confía en los responsables de la investigación. “Estamos desesperados”, asegura.

Rosa Fernández-Cervera recuerda que hasta ahora las únicas pruebas de identificación genética se realizaron con los restos que fueron localizados en 2002 en el cadáver de la joven y en un preservativo hallado en las proximidades, sobre los que tienen la convicción de que fueron colocados con la intención de proporcionar pistas falsas y desviar la atención sobre el auténtico responsable de la muerte de su hermana.

DEFENSA El abogado de la familia Fernández-Cervera, Ramón Pérez Amoedo, explicó a esta redacción que desconoce la identidad y el número total de las personas convocadas para el examen del ADN. Incide en que aunque inicialmente se indicó que serían citadas 20 personas, finalmente han sido convocadas más.

El letrado expresa su excepticismo, indicando la necesidad de secuenciar el ADN de la cuerda hallada debajo del cadáver así como del cabello encontrado con el cuerpo, o que llegue del laboratorio de toxicología de Madrid el resultado para verificar si se localizó material genético en las uñas de Déborah. “Esa sería la quiniela perfecta. Primero, que se secuenciara el ADN y luego que coincidiera con alguna de las personas citadas, aunque personalmente estoy poco confiado en esta prueba”, dice Ramón Amoedo, al tiempo que afirma que la impresión es que “nos están tomando el pelo”.

De igual forma, el abogado asegura que desde hace dos años, cuando asumió este caso, tiene la percepción de que “la fiscalía no quiere llamar a declarar como investigado a nadie a pesar de las sospechas policiales”.

En el contexto de las investigaciones insiste en señalar la transcendencia del fenotipado forense de las muestras de ADN del pelo, de la cuerda y de los restos de las uñas extraídos tras la exhumación el pasado junio para “conocer el sexo, color de ojos, piel, o geográfico, edad, cabello”, ya que aunque no permitiría atribuir a una persona la participación en la muerte, si permitiría descartar. m.gimeno