Román Rodríguez insiste en la necesidad de un pacto educativo que dé certezas

El conselleiro califica de positiva la rectificación con las pruebas de recuperación en la ESO pero advierte de la desigualdad que causa
Ley Celaá
Charo Barba
Román Rodríguez, segundo por la derecha, presentó los resultados de la macroencuesta ante el Consello Galego de Convivencia. Foto: Conchi Paz

El conselleiro de Cultura, Educación e Universidade, Román Rodríguez, fue tajante al asegurar que España tiene una “asignatura pendiente”, que es la de alcanzar un pacto educativo que dé “certeza, estabilidad y posibilite no estar constantemente cambiando las leyes”.

“La verdad es que esto parece una historia interminable”, manifestó este martes al ser preguntado por la reorganización académica que plantea el Ministerio de Pilar Alegría para la educación no universitaria, que afecta fundamentalmente a la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato.

Después de recordar que el anterior Gobierno del PP tenía el pacto “prácticamente cerrado”, aseguró que al cambiar el Ejecutivo tras la moción de censura “se rompieron todos los grandes consensos construidos en los últimos años” por los gobiernos de Mariano Rajoy.

Se mostró convencido el responsable educativo del Ejecutivo autónomo de que si se quiere “hacer algo de verdad, algo sólido, algo serio” habrá que sentarse con tranquilidad, con diferencias políticas, “que las tiene que haber y es lógico porque la sociedad es muy diversa, pero tener la capacidad de sentarnos, trabajar, dialogar y no estar constantemente introduciendo cambios sobre cambios, reformas contra reformas que solo generan una incertidumbre constante” en el sistema educativo, familias, profesores y administraciones autonómicas.

Sobre la rectificación del Ministerio de Educación, que permitirá este curso a las comunidades autónomas decidir si se hacen o no exámenes de recuperación en la ESO, Román Rodríguez la consideró positiva y reiteró que la Xunta, desde el principio, consideró un error eliminarlos, “porque les sacábamos oportunidades a los alumnos”.

Sin embargo, aclaró que sí ven con “preocupación la desigualdad” que se va a generar al optar algunas comunidades autónomas por las convocatorias extraordinarias y otras no, dado que una parte del alumnado será evaluado por pautas diferentes en función de dónde viva. “Entendemos que un alumno de Lugo, de Soria, de Cáceres o de Sevilla deben tener igualdad de oportunidades y una situación lo más parecida posible en el conjunto de España”.

Sobre la reordenación académica y el nuevo currículo, lamentó “practicamente conocer por la prensa esa información. Nos llegó a la vez”. Considera el conselleiro que ese hecho denota “cierta preocupación, o cierta desconfianza, hacia las comunidades autónomas, que, por cierto, tenemos que diseñar el 50 por ciento de los currículos”.

Acerca de estas modificaciones, confirmó que “sí” hay algún cambio en Bachillerato, pero también lamentó que en ESO se pierden opciones educativas, como la asignatura de Filosofía, para los alumnos. También puso en duda algunas de las cuestiones que se plantean en el Bachillerato, “que tampoco sabemos cómo se van a implementar posteriormente en territorios como Galicia, con una altísima dispersión demográfica”.

Reconoció, sin embargo, que la educación tiene que evolucionar con la sociedad, con nuevos contenidos, competencias y destrezas, “pero tenemos que tener un marco orientado a dar estabilidad al sistema y no estar constantemente haciendo cambios en los que quizás no se evalúan las consecuencias”.