CRÓNICA. La política gallega calla pero en el CIS figura entre los tres ministros más valorados // Irene Montero tuerce el ceño cuando habla sobre el futuro de su compañera TEXTO José A. Pérez

Sitúan a Yolanda Díaz en la línea de salida para liderar Podemos

José Antonio Pérez
mensaje. Del ‘Dame el Poder’ de Iglesias a este ‘Forbes Power’ con Yolanda Díaz de gran protagonista.

Gimme tha Power... “ Dame el poder fue el mensaje que dejó escrito Pablo Iglesias tras publicar en su cuenta de Twitter la foto de Irene Montero y Yolanda Díaz. La imagen la captó Dani Gago, uno de los fotógrafos que trabaja para Podemos, en el Congreso de los Diputados. Fue trending topic y muchos se preguntaron si la foto o ese Gimme tha Power tenía algún destinatario, un mensaje en clave política, dadas las circunstancias que se avecinan y que marcarán el futuro de UP... y se sabe que el vicepresidente segundo no acostumbra a dar puntada sin hilo.

La instantánea fue tomada el 1 de julio de 2020, justo cuando echaba a andar la campaña de las autonómicas gallegas. Lo que allí ocurrió es de sobra conocido: Yolanda Díaz fue la gran muñidora para que la marca de Unidas Podemos se antepusiera a las precedentes (AGE y En Marea) que tan buenos resultados habían cosechado y el resultado fue nefasto: ni un solo escaño pese a que la ministra de Trabajo, artífice de la puesta en marcha de los ERTE con el apoyo de patronal y sindicatos y la subida del Salario Mínimo Interprofesional, se volcó en favor de su candidato. Algunos analistas sitúan ahí el inicio de las hostilidades.

Dicen que desde el entorno de Irene Montero se alzaron voces contra la ministra de Trabajo pidiéndole cuentas por la debacle electoral en nuestra comunidad. Mera disculpa porque la realidad señalaba que Yolanda se había instalado en el top three de los ministros más y mejor valorados (Barómetro de marzo de 2020 del CIS) del Gobierno bipartito, era de largo la que contaba con más respaldo ciudadano dentro del cupo de Unidas Podemos y superaba con creces a sus amigos Pablo Iglesias e Irene Montero, hundidos en todos los muestreos en el fondo de la valoración de líderes.

La ferrolana no quiso entrar al trapo y se limitó a señalar que la campaña se diseñó en Madrid y que a ella le habría gustado otro enfoque. Pasado algún tiempo, y en medio de la polémica entre la ministra de Igualdad y la andaluza Teresa Rodríguez, dejó aquella frase de que “las luchas intestinas en los partidos políticos no me interesan nada. Distraen, ya que lo importante son los problemas reales de la gente”. Ni una palabra más ni una reflexión relacionada con su futuro dentro de la coalición Unidas Podemos y siempre dejando que Alberto Garzón, a los mandos de Izquierda Unida, y Pablo Iglesias, con el control sobre Podemos, marcaran el ritmo de actuación.

CRÍTICAS EN UP. Pero Yolanda Díaz sabe jugar sus cartas. Gasta fama de persona abierta al diálogo (sus acuerdos con patronal y sindicatos en momentos tan duros son el mejor aval), tiene una gran capacidad de trabajo, rechaza los enfrentamientos, está siempre disponible (incluso para los medios de comunicación), es abierta, natural y, algo que valoran mucho en el PSOE, ni filtra ni se enfrenta a los compañeros de Gabinete. “Forma piña”, dicen socialistas gallegos en Madrid, “incluso con Nadia Calviño o Margarita Robles, que son las bestias negras para Iglesias, Montero y Garzón”.

Hay que añadir, además, que impulsada por su decisivo papel en los ERTE, Yolanda Díaz es la miembro del Ejecutivo de Sánchez que mejor prensa tiene. Concede entrevistas a todos los medios y, por ejemplo, no pasó desapercibido que El País, normalmente beligerante con la cúpula de UP, la tiene “en muy alta consideración” hasta el punto de dedicarle un tema central en El País Semanal que fue muy comentado (y criticado) en el núcleo duro de Podemos. Su naturalidad en esta exposición mediática le mantiene invariablemente entre las ministras más valoradas, como se pudo apreciar en el último Barómetro del CIS.

MENSAJES CRUZADOS. Coincidía la presentación de los datos de este sondeo con una entrevista a Irene Montero en TVE y la pregunta sobre Yolanda Díaz y el CIS resultaba obligada. A la ministra de Igualdad no le gustó demasiado y frunció el ceño aunque, como no podía ser de otra manera, fue diplomática con matices: inició la respuesta con un “ya que me pregunta”, para añadir “pienso no solo que es una de las ministras mejor valoradas, sino que es la persona que por tercera vez ha conseguido en el marco social una prórroga de los ERTE”.

Esa respuesta de Montero no gustó nada en el sector más duro de Podemos, donde existe el convencimiento de que Yolanda está jugando abiertamente sus cartas en el debate de la sucesión de la pareja Pablo Iglesias/Irene Montero, cada vez más cuestionados tanto por su política errática como por aspectos de su vida privada que no gustan nada a muchos de sus votantes.

Por eso, según varios medios madrileños, la buena sintonía que muestran en público Pablo e Irene con Yolanda “desaparece en privado donde las antaño cordiales relaciones se han enfriado”. Alguna encuesta interna de Unidas Podemos ratifica lo que muestran los sondeos del CIS: que entre los seguidores de UP se valora más el trabajo de la ministra de Trabajo que el del vicepresidente segundo o la titular de Igualdad.

“Si Yolanda saca adelante una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional, que también le interesa y mucho a Pedro Sánchez (en estos momentos de pérdida de popularidad) tiene todas las papeletas para optar a lo que ella quiera”, afirman críticos a la actual dirección de UP.

La política gallega, fiel a su estilo de que “las luchas intestinas en los partidos políticos no me interesan nada”, no se pronuncia y reafirma su mensaje de que “lo importante son los problemas de la gente”, mantiene un mutismo absoluto sobre una hipotética sucesión de Pablo Iglesias y lo último que se le recuerda es la frase pronunciada en la campaña de las generales en 2019: “Pablo Iglesias es nuestro futuro”.

Desde aquella fecha muchas cosas han pasado, Yolanda es ministra de Trabajo, figura emergente en el tablero político español, el presidente del Gobierno la tiene en la más alta estima y desde el PSOE la miran con respeto, está siendo capaz de alcanzar acuerdos con sindicatos y empresarios que garantizan cierta paz social, tiene buena imagen entre los medios y los ciudadanos, y es un animal político que sabe moverse en aguas revueltas. Y, por cierto, cada vez cuenta con más adeptos en Unidas Podemos, donde sabe colocar (está colocando) piezas en lugares estratégicos. Aunque no diga nada.