Kevin, hijo de uno de los gallegos en paradero desconocido por el naufragio, tilda de “insulto” el tiempo destinado a localizar a su padre TEXTO Ramón Martínez

Sólo dos días de búsqueda: “Surrealista”

Naufragio
Ramón Martínez
frustración. Kevin, hijo de Fernando González, uno de los marineros desparecidos en el naufragio del ‘Villa de Pitanxo’. Foto: Lavandeira Jr

Kevin es el hijo pequeño de Fernando González Martínez, engrasador del pesquero ‘Villa de Pitanxo’ que no está entre los supervivientes y cuya familia desconoce si su cuerpo es uno de los recuperados o si está desaparecido, puesto que no han tenido llamadas al respecto: un hecho que no comprenden, pero menos aún que ya no haya búsqueda.

“Me parece un poco surrealista. No lo entiendo. Entiendo que son unas circunstancias muy movidas, las de la mar. Entiendo que hay pocas posibilidades... Pero 48 horas o menos buscando, me parece un poco un insulto”, contó a Efe este jueves en el puerto de Meira, en Moaña (Pontevedra), de donde es natural Nando, que tiene un segundo hijo, Cristopher, de una relación anterior.

Tanto el padre como sus dos descendientes son miembros de la Sociedad Deportiva Tirán, por lo que son muy conocidos, y el municipio entero espera alguna noticia. Lo último que supieron los suyos de Fernando, un hombre que ya había estado en Malvinas y Sudáfrica, y que debutaba en la pesquería del fletán en Terranova, fue que el tiempo era bastante malo en la zona. Justo eso fue lo que le trasladó a su pareja.

Kevin agradece a la psicóloga que asiste a la familia sus comunicaciones y la labor de apoyo, pero echa en falta otros “contactos” pues, lamenta, incluso a la armadora, el Grupo Nores, con sede en Marín (Pontevedra), se dirigieron ellos, y no al revés.

Por lo demás, lo que saben es por la alcaldesa, Leticia Santos, y por los medios de comunicación. “No tenemos absolutamente nada más. No sé si mi padre está en alguno de los buques, si sigue en el mar...”, afirma.

Confiesa estar en shock y afrontando el hundimiento de este arrastrero congelador, con el saldo que ha tenido, como si fuese una “película” muy difícil de digerir. “En mi casa lo están viviendo muy mal, desolados, llorando, sin encontrar una explicación a la falta de respuestas, a la falta de una llamada”, añade.

Tampoco sabe la razón por la que el ‘Villa de Pitanxo’ faenaba “cuando todos los buques estaban bastante alejados” por las inclemencias temporales. “Cuando estás en el ojo del huracán y no escapas de él... es algo chirriante”, deja caer. Saber todo, todo, es lo que desea para los perjudicados y para ellos, también, dice.

“Por ahora pedimos una triste llamada para decirnos lo que van a hacer, lo que están haciendo y lo que quieren hacer. Después, ya escarbaremos en cómo se produjo la situación”, manifiesta en este sentido.

“Estamos solos”, “parece que nos están vacilando”, “estamos entrando en un nivel de crispación que ya está rebasando lo normal”, son otras de las impresiones del muchacho. “Que nos llamen, que sigan buscando y que se aclare la situación de por qué el barco se fue al fondo”, reclama, por ese orden; “que sigan buscando y que después haya explicaciones de todo”. A sus 53 años, Nando quería hacer un par de mareas más y después pretendía jubilarse.

CUERPOS Y SUPERVIVIENTES SE DIRIGEN AL PUERTO DE TERRANOVA. Los tres únicos supervivientes del naufragio del pesquero ‘Villa de Pitanxo’ (el patrón Juan Padín, su sobrino Eduardo Rial, y un ciudadano ghanés, Samuel Kwesi) y los nueve cuerpos sin vida recuperados hasta la fecha se dirigen al puerto de Saint John’s de Terranova (Canadá) a bordo de una embarcación española y otra portuguesa, y su llegada está prevista a las 6 de la mañana (hora local canadiense) de este viernes 18. Allí serán atendidos por responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación presentes.

Desde el citado departamento dicen haber contactado con los familiares de los españoles afectados por el naufragio del arrastrero gallego a 450 kilómetros de Terranova en la madrugada del pasado martes.