Tres gallegos cumplen prisión permanente revisable en la cárcel de León

Ángela Precedo
CENTRO PENITENCIARIO. Así luce un patio interior de Villahierro. Foto: Junta de León

¿Cómo es el día a día de estos tres presos? La prisión tiene una capacidad para 1.008 personas, estando cada celda ocupada por un condenado. Entre doce terroristas y una veintena de presos musulmanes con tendencias yihadistas, dos de ellos vinculados a Al Qaeda, conviven diariamente entre las 07.45 y las 20.45 horas, el horario de libertad que tiene el centro hasta que se cierran los barrotes de las celdas, David, Enrique y Marcos Javier.

Compuesto por un total de 14 módulos, a los que se suman una enfermería, un módulo de aislamiento, uno sociocultural y otro de ingreso, Villahierro podría parecer desde el exterior un tormento para los allí ingresados. En este municipio de unos 2.000 habitantes, en medio amplias tierras yermas, se eleva el gran centro penitenciario, cuyas torres de vigilancia y murallas con alambrada imponen a los transeúntes por la carretera adyacente.

Sin embargo, su interior dista mucho de esa macabra imagen física. Y es que la prisión cuenta con un gimnasio, una escuela, un taller ocupacional, una peluquería, varias pistas deportivas, una capilla, un aula de informática y de enseñanza y una piscina en los distintos módulos para el uso de los reos durante el tiempo que permanecen fuera de sus celdas, en las que, además, cuentan con una pantalla de televisión individual de 32 pulgadas.

PRIMER MÓDULO DE RESPETO IMPLANTADO EN ESPAÑA. Además, la prisión leonesa está a la cabeza de las demás cárceles de España en reinserción, y es que en el año 2001 se convirtió en la pionera a nivel nacional en la implantación del llamado Módulo de Respeto.

En él, los reclusos internos deben hacerse cargo de toda una serie de responsabilidades, como el mantenimiento y cuidado de los espacios físicos de su módulo o el desarrollo de las actividades que allí se realizan.

A cambio, estos obtienen ciertas libertades, como la posibilidad de tener sus celdas abiertas. En la actualidad este proyecto se lleva a cabo en la mayoría de prisiones españolas, habiéndose tomado como un referente.

la pena a la que se enfrentan: castigo por tiempo indefinido. Tras haber conocido las instalaciones donde residen estos tres gallegos, pasemos ahora a analizar su pena: la prisión permanente revisable. ¿En qué consiste? ¿Es tan dura esta sentencia como su nombre parece indicar? Si es permanente, ¿por qué es revisable?

Para aclarar estas dudas debemos partir de la base de su reciente creación, habiendo sido aprobada por el Congreso el 26 de marzo de 2015, hace cinco años, como parte de la Ley de Seguridad Ciudadana, y con los únicos votos a favor del Partido Popular.

Hasta su entrada en vigor, el reglamento establecía unos límites máximos de 25, 30 o 40 años de condena, según la gravedad del delito, recogida en el artículo 76. El primer baremo correspondía a los condenados por dos o más delitos de entre los cuáles uno superara la pena de hasta 20 años, el tercero dos o más delitos castigados con 20 años; y la máxima condena se reservaba para actos terroristas.

Sin embargo, la condena permanente revisable supone un castigo de cárcel por tiempo indefinido, aunque sujeto a revisiones a partir de lo 25 o 35 años que condicionan la posibilidad de que el reo recupere la libertad siempre que lo solicite.

LOS PERFILES PSICOLÓGICOS. Para profundizar en el perfil psicológico de cada uno de los cuatro asesinos gallegos, hemos contado con la colaboración del catedrático de la USC Jorge Sobral, experto en psicología criminalística y penitenciaria.