En el XII Congreso no hubo espacio para cábalas: Ramón Sarmiento daba fin a su informe de gestión anunciando que no se presentaría a un segundo mandato, con lo que dejó a Amelia Pérez como única aspirante a secretaria xeral TEXTO Santi Riveiro

Vía libre a que el sindicalismo de clase gallego tenga, al fin, una líder

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Santi Riveiro
Ramón Sarmiento, el secretario xeral saliente. Foto: S. R.

Temprano, alrededor de las ocho de la mañana del jueves. En el compostelano hotel Oca Puerta del Camino ya estaban quienes, en el marco del XII Congreso Nacional de Comisións Obreiras, llevaban ya semanas, si no meses, moviendo los hilos de cara a revalidar con su segundo mandato al secretario xeral saliente, Ramón Sarmiento, o dar paso a su relevo, con una lista liderada por una mujer, Amelia Pérez. Dos nombres propios muy ligados a la urbe olívica, el primero al sector naval, la segunda al comercio de textil y moda. Se hablaba, se echaban cuentas y en el resultado salía que, al parecer, se acercaba el momento de un cambio en el sindicato.

Así que Sarmiento hizo honor al lema congresual, ‘Con decisión para avanzar’, y sin titubeos atendió a los medios, como estaba previsto, a las 10.30 horas. Minutos antes, los periodistas habían conseguido unas declaraciones de su posible rival, que aseguraba que fueron muchas voces las que la animaron a dar el paso y postularse. Por su parte, no daba demasiadas pistas entonces el secretario xeral de que eran sus últimas palabras como tal ante los micrófonos, sin posibilidad de reválida.

Señalaba su trabajo en estos tiempos difíciles, cómo se logró taponar las sangrías financiera y de afiliaciones, y defendía la movilización, el conflicto, como defensa ante el capital y para lograr despertar a las administraciones. Instaba a aprovechar las potencialidades de Galicia y los fondos europeos no solo capear, sino salir fortalecidos, de la crisis provocada por la pandemia y los acelerados procesos de digitalización y transición energética, que tanto empleo costaron.

Incluso amenazaba con más contundencia si las vicepresidentas y ministras gallegas Nadia Calviño y la compañeira Yolanda Díaz cumplían la palabra dada y derogaban, de una vez por todas, la última y denostada reforma laboral popular.

Pero pocos minutos después, antes del mediodía, sorprendía a propios y extraños al culminar la defensa de su informe de gestión con la primicia de que no presentaría su candidatura a la secretaría xeral, dejando vía libre así a la de Amelia Pérez, que le disputaba el liderazgo. Así las cosas, cambiaban las tornas frente al XI Congreso, celebrado en mayo de 2017, cuando Maica Bouza fue la que dio un paso atrás para que él fuese la única lista. Contó con ella como secretaria de Emprego.

Ahora todo apunta a que este viernes, por primera vez, una mujer estará al frente de un sindicato de clase en Galicia. Amelia Pérez Álvarez (Moaña, 1970) lleva más de dos décadas afiliada a CCOO (desde 1998) y que es delegada sindical en Zara desde 1999. En los últimos ocho años fue secretaria general del sindicato en Vigo, también primera mujer en asumir esta responsabilidad tras relevar a José Cameselle. El pasado abril anunciaba que no optaría a una nueva reelección y la sustituyó Montserrat Carrera.

Ya tenía en mente dar el salto después de que diversas organizaciones y compañeros le propusiesen encabezar una lista alternativa. “El compromiso y la militancia te llevan a afrontar estas decisiones”, dijo. Y lo hizo, asegurando que afrontaba con alegría e ilusión un gran reto: “Si al final todo sale bien, seré la primera mujer en dirigir el sindicato en Galicia y creo que sería un hito importante para Comisións Obreiras”, destacaba, feminismo mediante.

Le tocará plantar cara a una crisis que comenzó en el ámbito sanitario para mutar, como el virus, en económica y social. Citó a los periodistas desafíos importantes como los raudos cambios en los ciclos productivas, ante los que CC.OO. seguirá defendiendo los intereses de clase sabiendo utilizar el mix de movilización y negociación “que es imprescindible seguir teniendo”. En la industria seguirá estando el motor productivo, en la calle la principal herramienta de presión. De no haber sorpresas, la suya será la única lista que se presente... y ganará.

¿Y Ramón Sarmiento? Nacido en Baiona en 1973 y militante desde 1997, aseguró que volverá a trabajar a su empresa, donde comenzó a los 20 años y llevaba en excedencia desde 2013: los astilleros Barreras.