El comercio local sobrevive al COVID apostando todo a las rebajas estivales

Muchos establecimientos han cerrado sus puertas tras esta crisis, pero los que todavía subsisten lo hacen a costa de reinventarse, apostando por las ventas ‘online’ y nuevas formas de pago
Comercio local
Ángela Precedo
campaña estival. Personas frente a varios escaparates. Foto: ECG

El comercio local ha sufrido gravemente las consecuencias de una pandemia que ha llevado a la mayor parte de la población a apostar por el comercio ‘online’. Hasta ahora, eran pocas las tiendas ‘de barrio’ que tenían su propia página web para dispensar productos, porque al tener pocos trabajadores se hacía imposible gestionar de este modo el negocio. Sin embargo, a raíz de la crisis del COVID, se han visto obligados a reinventarse e incorporar esta opción dentro de su oferta. Otra de las cosas que tuvieron que hacer fue reducir el ‘stock’ que compraban para cada temporada para no incurrir en cuantiosas pérdidas económicas, así como flexibilizar los métodos de pago, modernizándolos.

“IMPRESCINDIBLE PARA LA SUBSISTENCIA DE MILES DE FAMILIAS”. La conselleira de Politíca Social, Fabiola García, destacó este mismo viernes que el pequeño comercio es algo “imprescindible para la subsistencia de miles de familias”, por lo que abogó por “un consumo responsable que permita avanzar hacia una sociedad más social, solidaria y sostenible”.

Recordó que la pandemia “permitió cambiar nuestras prioridades”. En este sentido, agregó la necesidad de “aprender a poner nuestro bienestar y el de los demás por delante de todo”. “Nuestra actitud individual a la hora de consumir puede suponer un importante impulso para todas aquellas personas que lo están pasando peor”, afirmó, para insistir, nuevamente, en el valor del pequeño comercio.

Fabiola García también consideró que “cada vez los ciudadanos son más conscientes de la importancia de realizar un consumo responsable que repercuta en una sociedad mejor”. “Sigue siendo importante que tanto las administraciones como las entidades civiles sigan acercando información y concienciando sobre su relevancia”, explicó.

El comercio hace más bonito a los pueblos y supone un atractivo también para los visitantes, mantenerlo abierto es responsabilidad de todos. La atención personalizada, el tiempo y la cercanía son valores que solo se pueden encontrar en tiendas pequeñas, por lo que suponen una buena alternativa para las personas que, con motivo de un evento o una celebración, buscan algo mucho más concreto de lo que puede aportarles la franquicia.