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Los vecinos de Ames son tan ricos que hasta pagan de más

Municipal
Víctor Furelos
Imagen del regidor de Ames, Blas García.

Levantar la mano en una votación de un pleno para subir los recibos de los vecinos es fácil cuando uno tiene un buen sueldo. Y eso sucedió en Ames cuando se aprobó el encarecimiento del Impuesto de Bienes Inmuebles, el conocido por todos como la Contribución. Aquella sesión ya había sido polémica por la convocatoria irregular de los concejales del Partido Popular, tal y como ratificaron los juzgados.

Lo peor de todo es que después de ser aprobada dicha subida, y cobrada, un juez decidió anularla. El equipo de gobierno apenas le dio publicidad a esa sentencia –realmente el Ayuntamiento de Ames se hace el remolón a la hora de publicarlas ya que casi todas son en su contra–, aunque lo más grave es que no se cursó ningún tipo de aviso a los vecinos para explicarles la forma en que podrían recuperar su dinero.

Para recibir lo cobrado indebidamente tendrían que presentar un recurso en el plazo de tres meses. Pero el alcalde, tanto el de antes como el de ahora, y su equipo estuvieron callados. Hasta que el tiempo transcurrió agotando la posibilidad de reclamación.

Los vecinos perdieron su dinero por la negligencia o la mala fe de quienes tenían que velar por sus intereses, que son los mismos que reciben un sueldo generoso que les permite el lujo de no inmutarse si perdonan esa cantidad que ya ha sido abonada.

José Blas García Piñeiro (PSOE), 60.426,57 euros al año (5.035,55 al mes); David Santomil Mosquera (BNG), 40.909,82 euros al año (3.409,15 al mes); Luisa Feijóo Montero (PSOE), 40.909,82 euros al año (3.409,15 al mes); Gemma Otero Uhía (Contigo Podemos), 40.909, 82 euros al año (3.409,15 al mes); Víctor Manuel Fernández Prieto (PSOE), 35.455,28 euros al año (2.954,60 al mes); Ana Belén Paz García (PSOE), 30.000,46 euros al año (2.500,03 al mes); Natividad de Jesús González Rodríguez (BNG), 30.000,46 euros al año (2.500,03 al mes); Beatriz Martínez Domínguez (PSOE), 30.000,46 euros al año (2.500,03 al mes); Manuel Lens Cernadas (PSOE), 35.455 euros al año (2.954,60 al mes); Susana Señorís Rodríguez (PSOE), 30.000,46 euros al año (2.500,03 al mes); Escarlata Pampín López (BNG), 30.000,46 euros al año (2.500,03 al mes); Santiago Márquez Noya (PSOE), sin retribuciones; Vanessa Vidal Freire (Contigo Podemos), sin retribuciones.

Estos son los concejales que hicieron posible la subida del recibo del IBI, que lo cobraron y que ahora no parecen dispuestos a devolver lo que no les corresponde haciendo que el Ayuntamiento se quede con casi 800.000 euros arrebatados del bolsillo de sus vecinos, a los que no sé como podrán mirarle a los ojos a partir de ahora. Quizá actuaron así porque el dinero es necesario para que cobren sus magníficos sueldos –todos salen de las arcas municipales a excepción del correspondiente al alcalde, José Blas García, que cobra de la Diputación de A Coruña–.

Y atención al recibo de este año, porque como venga con el mismo precio del ejercicio anterior, en el que se aplicó la subida anulada por un juez, ya será todo un escándalo. Por inmoral e irresponsable y por traicionar la confianza de aquellos que le dieron su voto y del resto de habitantes del municipio, que a partir de ahora bien podrían caminar por las calles con los brazos en alto por aquello de simular un atraco.

Y es que quizá a estos responsables municipales no les parezca una cantidad digna de reclamar, pero los recibos que menos subieron lo hicieron en veinte euros y hay otros en los que la diferencia llega a mil euros. No tiene lógica que el que tiene que mirar por los vecinos sea quien le ponga zancadillas y le meta la mano en su cartera para llevarse para las arcas municipales un dinero que sabe que no es suyo. Como si en Ames fuesen todos ricos.

Es cierto que me está sorprendiendo de forma positiva el nuevo alcalde de Ames, que se nota que intenta tender puentes con ayuntamientos vecinos y organismos oficiales. No parece la misma persona de hace apenas un año.

Si realmente quiere demostrar que es un aliado de los vecinos tiene ahora una oportunidad inmejorable buscando la fórmula para devolver lo cobrado indebidamente y, por supuesto, emitiendo el recibo de este año sin subida.

Hasta su tocayo Blas, el de Barrio Sésamo, lo explicaba a la perfección, aunque quizá estos concejales sean de otra generación en la que ese espacio didáctico ya no se emitía. Si uno entrega dinero de más al tendero tiene que recibir la vuelta, el cambio. Sin necesidad de solicitarlo por escrito. Es lo lógico. De sentido común. Y de personas legales.

Porque de persistir en su intención de no devolver el dinero ya solo queda que los vecinos que voten a alguno de estos concejales en Ames metan en el sobre con su papeleta un billete de diez euritos (aunque, a la vista de sus sueldos, quizá les parezca poco). Ellos se lo agradecerán.