La puesta en valor se extiende a la finca, que atesora ejemplares centenarios // Romero busca ayudas para restaurar las construcciones anexas TEXTO Suso Souto

Boiro estrenará este verano la nueva ‘joya’ del Pazo de Goiáns

Conservación del patrimonio
Suso Souto
SALAS DIÁFANAS. Una estancia del pazo, totalmente diáfana en aras de una mayor funcionalidad. Foto: S.S.

El cierre perimetral del pazo data del siglo XVIII y mide 1.972 metros. También se rehabilitó la torre (de 14 metros, levantada en 1688). Pero los trabajos se centran también en la limpieza de la parcela (de 120.000 m2) que atesora ejemplares de gran antigüedad y de especies muy singulares, como una camelia sasanqua y un alcornoque (de 20 metros), ambos de casi dos siglos. Una finca en la que llegaron a cultivarse espárragos, melones e incluso garbanzos. Alumnos de un curso de la UNED Senior se están formando allí en el cuidado de frutales, y se solicitará una escuela-taller sobre trabajos forestales para avanzar en la puesta en valor de esta finca.

El Concello busca ya financiación para restaurar también las construcciones anexas (la capilla, los lagares, la vivienda del personal de servicio o un palomar con 198 nichos). El pazo (en el que llegaron a trabajar 22 criados en 1723) ocupa una superficie construida de 80 m2.

Romero visitó la obra con el edil de Patrimonio, Raúl Treus; el arqueólogo municipal, Víctor Barbeito; y Diana Traba (de Proyecon).