Cabo de Cruz estrena cien plazas de amarre para barcos bateeiros

La localidad boirense de Cabo de Cruz es el epicentro del cultivo de mejillón en la ría de Arousa. Sin embargo, hasta ahora, la falta de unas instalaciones portuarias adecuadas obligaba a los profesionales de este sector a abarloar sus embarcaciones y a saltar de unas a otras. Desde ayer, esto yo na volverá a pasar. La presidenta de Portos de Galicia, Susana Lenguas, recepcionó las obras de instalación de los pantalanes y de un dique de abrigo sobre boyas para embarcaciones de acuicultura en dicho puerto boirense.

La responsable del organismo autonómico estuvo acompañada por los representantes de tres de las asociaciones de productores locales: Vicente Deira (de Amebarraña), Juanjo Piñeiro (de Asmecruz) y Reinaldo Miranda (de A Boirense).

Así pues, el sector tiene ya a su disposición las nuevas plazas de amarre: un total de cien atraques para armadores de la cuarta lista, que se suman a los casi quinientos distribuidos a lo largo del sistema portuario autonómico.

Los pantalanes permitirán el amarre de bateeiros con esloras comprendidas entre 14 y 22 metros.

Las obras consistieron fundamentalmente en la instalación de pantalanes de hormigón armado con núcleo de flotación de poliuretano expandido y fingers de aluminio para el atraque de embarcaciones con un francobordo de noventa centímetros que facilita el acceso a las embarcaciones.

Como solución a la agitación de la dársena, la línea exterior de atraque, que está orientada a la bocana, está constituida por módulos de dique sobre boyas que realizan a la vez la función de protección de las nuevas instalaciones frente al oleaje de viento y sirven de amarre a los buques por su cara interna.

En las próximas semanas se llevarán a cabo las actuaciones parciales pendientes, consistentes en la instalación del control de accesos y las torretas de suministros.

La Consellería de Mar, promotora de esta actuación a través de Portos de Galicia, la había licitado por casi seis millones de euros, pero se adjudicó por 4,7 millones en dos anualidades: una de 2,2 millones en el ejercicio de 2019 y otra de 2,5 en el presente. Los trabajos comenzaron a finales de marzo del pasado año y con ellos se mejora sustancialmente la seguridad para los profesionales y la flota mejillonera, así como las condiciones de trabajo de este sector estratégico para la economía gallega. Las mencionadas obras las ejecutó la UTE Aister-Astilleros Amilibia-Ronáutica Marinas.

En cuanto a las características técnicas, se trata de estructuras de hormigón armado con núcleo-flotación de poliuretano expandido (material que le aporta una gran estabilidad), fabricadas en Galicia.

‘FINGERS’ ANTIDESLIZANTES. Los fingers tienen dos metros de ancho, son antideslizantes, de estructura de aluminio con piso de pavimento sintético simulando madera. Todos los elementos están fijados por medio de pilotes de acero.

Los representantes de las organizaciones de productores de mejillón de Cabo de Cruz que ayer acompañaron a Susana Lenguas en su visita a la localidad se mostraron satisfechos con las nuevas instalaciones.

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