Bloquean Sánchez, Casado y viceversa

Luis Pérez
Sánchez y Casado parecen convencidos de que la crispación les favorece

RESULTA sorprendente, por inusual, la unanimidad que la sentencia del Supremo sobre el caso Gürtel concitó entre la clase política. Todos aplaudieron el fallo, aunque cada uno la interpretó según sus intereses. Para Sánchez viene a justificar la moción de censura que le aupó al poder hace algo más de dos años mientras que para Rajoy supone una reparación moral a su Gobierno, y a su persona, porque el fallo exculpa al PP de cualquier delito. Lo cierto es que el partido tiene que devolver lo percibido de manera ilícita, cerca de 250.000 euros, pero sin participar ni tener conocimiento de la fechoría y por lo tanto eximido de reproche penal. Corrige además la sentencia anterior de la Audiencia Nacional en lo referido a una caja b.

Rajoy está en lo cierto cuando sostiene que la moción se presentó basada en hechos finalmente falsos. En cualquier caso, la censura se hubiera presentado igual y el resultado sería el mismo, cualesquiera que hubiera sido el pretexto esgrimido. Sánchez creyó que era su última oportunidad. Dada la crisis sanitaria actual, seguramente Rajoy hoy esté felizmente resignado, más por quedar liberado de la gestión de la pandemia que como consecuencia de una sentencia bastante favorable.

Esta rara unanimidad laudatoria sobre el trabajo del Supremo puede deberse al charco en que están metidos los políticos con el espinoso asunto de la reforma judicial, una grave crisis creada por ellos mismos en torno a uno de los tres poderes del Estado. Me explico. Diestra y siniestra estarán temerosos, y seguramente avergonzados, del lamentable espectáculo que nos dan, incapaces de consensuar una propuesta tal como exige la Constitución, la Europa democrática y el sentido común. Criticar esta sentencia supondría una demostración más del intento de suprimir la división de poderes, máxime después de la polaca propuesta gubernamental. Significaría poner la Justicia a merced de los vaivenes políticos, acentuar el acoso de algunos partidos, entre ellos de uno que forma parte del Ejecutivo con la complacencia del otro.

Bloquea Sánchez y bloquea Casado. Para salir del embrollo siéntense los dos, hagan una lista, pásenla a los demás, sométanla a los órganos consultivos y llévenla al Parlamento. PSOE y PP suman en Congreso y Senado más de los 3/5 que fija la Constitución. Así de fácil.