Covid-19 y ‘realpolitik’

Juan Salgado

QUE SU HÁBITAT natural está lejos de los torticeros recovecos de la política hace tiempo que se sabe del conselleiro de Sanidade, que soporta esa bisoñez paralela a la, por el contrario, más certera gestión desde el punto de vista sanitario, como refrenda el hecho de haber situado a Galicia a la cabeza de las autonomías en vacunación y haber sido, además, pionera en muchas medidas anti-pandemia secundadas posteriormente desde otras geografías.

Y se señala lo de la ingenuidad política en Julio García Comesaña por sus declaraciones al salir al paso de las duras críticas que la oposición vierte por la saturación de la atención primaria, desbordada en toda España por el inabarcable tsunami del Covid y sus derivados. Sorprende que el conselleiro se haga de nuevas porque “la oposición use la pandemia para atacar a la sanidad”. La afirmación es de un candoroso tal que induciría a decirle: Bienvenido al club, sr. Conselleiro. De esto es de lo que va la realpolitik de hoy en día. El no es no, con razón y sin ella. Algo que, por cierto, no admite excepciones en ningún ámbito de la representación política ni, menos aún, en la totalidad de formaciones que participan en el juego supuestamente democrático.

Un comportamiento nada novedoso, por otra parte, como bien debiera saber el conselleiro por su pasada y eficaz trayectoria en altos puestos de organización sanitaria, que también han sido objeto en su día de inmerecidas críticas por parte de un sindicalismo que lleva tiempo vendido a la conveniencia de las ideologías antes que al interés de sus asociados. De modo que haría bien en relativizar a la justa medida de una respuesta parlamentaria esas procacidades políticas tan ajenas, por perversas, al interés ciudadano.

Tiene más difícil justificación que parte de esas críticas, como señala el responsable de la Sanidad gallega, se sustente en hechos falsos o manifiestamente distorsionados, en lo que es un ejemplo más de que frente al utilitarismo de los votos cabe todo, incluso la mentira. Y para ejemplo de manual, los dos años de continuada falsedad con la que el Gobierno de la nación se comporta con los administrados. Pero es la ciudadanía la que consiente esas reglas del juego. De modo que, ajo y agua.

Zapatero a tus zapatos, debiera también el departamento de Sanidad de la Xunta quitarse de encima las más justificadas críticas por decisiones políticas y administrativas que, trayendo causa de la situación sanitaria, ni competen ni deben figurar como carga añadida en la mochila sanitaria.

Hay, ahora mismo, otras urgencias que atender como son hallar las causas de esa no resuelta y tan aparentemente contradictoria situación de que siendo Galicia la más cumplidora en el uso de las mascarillas y la más vacunada arroje cifras de contagio similares a otras latitudes no tan precavidas o que la variante Ómicron cabalgue vacunados con terceros y hasta cuartos contagios que siguen tensando, por cuantía más que por gravedad, la no preparada para ello Administración Sanitaria gallega. Cuenta para ello con el selecto equipo de apoyo profesional que tantas certezas ha aportado a la lucha contra el Covid-19.