El Eje Galicia-Andalucía

Luis Pérez
Feijóo y Moreno Bonilla coinciden en sus estrategias para gobernar en solitario

ALGUNOS todavía recordarán una frase que hizo fortuna durante el bienio (1977-99) en que el socialista González Laxe presidió la Xunta cuando habló del Eje Berlín-Silleda al referirse al potencial de la Semana Verde de Galicia comparándola con la Grüne Woche berlinesa. Ambas no solo comparten nombre, Semana Verde Internacional, sino que en sus respectivos ámbitos compiten en excelencia. La gallega, tras unos años de dificultades por la crisis económica primero y los efectos de la pandemia después, recuperó su esplendor estos días en su 44 edición que hoy se clausura.

Pero hoy va de otra feria, la electoral. La figura metafórica del eje como alineamiento político, social o económico sigue siendo usada con frecuencia. Podemos aplicarla, ahora, con motivo de los comicios andaluces, cuya campaña comenzó hace un par de días. Entre otras incógnitas el día 19 sabremos si funcionará el Eje Galicia-Andalucía que impulsan Feijóo y Moreno Bonilla, con la obvia aquiescencia de Rueda. El presidente andaluz optó por una gestión centrista en colaboración con Ciudadanos, desde una minoría parlamentaria en la que por falta de apoyo de los demás no pudo aprobar algunas leyes fundamentales, incluida la de presupuestos. Las encuestas, también la del CIS de Tezanos, auguran el respaldo a sus políticas moderadas, alejadas de su rival directo: Vox. La campaña es un calco del modelo Feijóo en Galicia, con resultados electorales incuestionables.

Fuera de los tópicos, hay muchas similitudes entre las sociedades de ambos territorios. Entre otros, un fuerte sentimiento identitario, pero en concordia con la pertenencia a España y Europa. Probablemente el gran error de Sánchez con respecto a Andalucía, la comunidad más poblada de España, es degradarla en sus preferencias en favor de Cataluña y País Vasco. El PSOE, y el conjunto de la izquierda por efecto arrastre, puede perder la hegemonía que mantuvo en el Sur durante la práctica totalidad de la etapa democrática.

En todos los partidos hay varias almas que se exhiben públicamente, salvo cuando están en el poder que domina la de quien manda. En el PP, ahora Feijóo tiene que atender a ambas, aunque se encuentre más cómodo con la gallega-andaluza que con la de Ayuso. Si Moreno logra el objetivo es seguro que este será el camino hacia las generales, aunque por medio haya que superar una municipales y autonómicas en las que Madrid volverá a ser gran protagonista.

El Eje Galicia-Andalucía, si se cumplen los pronósticos, se convertirá en el factor principal del futuro político en España. No creemos en la extrapolación de resultados electorales, pero habela haina. Marcan tendencia.